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Latinoamérica

La acción de Petrobras perdió el 20% de su valor después que Bolsonaro dijo que la pondrá al mando de un militar retirado

El presidente Jair Bolsonaro

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El viernes, el presidente Jair Bolsonaro anunció que un general quedará al frente de Petrobras. El lunes, la empresa había perdido cien mil millones de reales de valor y sus acciones se habían desplomado un 20%, entre temores de que el gobierno federal intervenga en los precios de los combustibles. Los mercados le habían cobrado caro a Brasil la política de su presidente de lotear entre sus aliados -militares de línea dura y apoyos parlamentarios de derecha- los cargos en el interior de la petrolera estatal.

El general de reserva Joaquim Silva e Luna fue la persona elegida por Bolsonaro para ocupar la presidencia de Petrobras. Desde enero de 2019, el presidente es el economista Roberto Castello Branco. Su nombre había sido propuesto por el ministro de Economía, Paulo Guedes, firme defensor de las posiciones neoliberales y de la no intervención del Estado en la vida económica empresarial y privada, para el período 2019-2021. El viernes, intempestivamente según medios brasileños, se advirtió el radical cambio de rumbo presidencial.

La Justicia le dio tres días a Bolsonaro para explicar su decisión unilateral de remover y sustituir al actual director. La decisión judicial fue del magistrado federal de Minas Gerais André Prado, en respuesta a un ampro presentado por dos abogados en contra del cambio de mando de la empresa petrolífera de bandera.

También la Comisión de Valores Mobiliários (CVM) inició una investigación independiente. Como Petrobras está listada en la Bolsa de Valores, una decisión como la de Bolsonaro debía ser presentada al público previamente a ser comunicada como un hecho consumado. Nada de esto ocurrió.

Economistas habitualmente adversarios confluyeron en criticar la decisión presidencial -que atiende a cementar su posición y mejorar sus defensas ante cualquier hipotético impeachment-, porque hace peligrar en el futuro inmediato el interés de la inversión extranjera en dirigirse a las empresas brasileñas.  Algunos añadieron la rutinaria acusación de populismo, antes reservada a las presidencias del PT de Lula da Silva y de Dilma Rousseff, su sucesora en el palacio de Planalto. La caída de Petrobras arrastró otras. El lunes, la bolsa paulista había caído casi un 5%.

Aunque la decisión fue súbita, no faltaron indicios de que Bolsonaro iba a hacerse notar con algún cambio de alto impacto en la mayor empresa estatal. Dos semanas atrás, el presidente brasileño había hecho saber su estridente descontento con el aumento en el precio de los combustibles. En especial, expresó con voz todavía más alta su desaprobación a que las naftas valieran más que antes cuando el sindicato de camioneros amenazó que llevaría adelante, como medida de protesta gremial, una huelga calcada de la de mayo de 2018, que dejó un daño duradero a la economía nacional después de arrastrarse por once días consecutivos. El aumento del valor de los hidrocarburos no se debe a una nueva política de precios adoptada por Petrobras. La empresa estatal explicó que el incremento, de un 30% en lo que va del año, se debe al comportamiento de los mercados internacionales y a la depreciación del real ante el dólar. Estas aclaraciones le aclararon poco, y disgustaron mucho, al presidente brasileño. El jueves fue el cuarto reajuste en lo que va del año, de un 10% de la nafta y un 15% el diesel. El viernes, Bolsonaro anunció que Petrobras cambiaría a manos más duras y oídos menos atentos a los mercados y más en sintonía con el gobierno. 

El presidente brasileño anunció que hará más cambios en el personal de mayor relieve y responsabilidad de la administración pública, y dejó en claro cuánto le gustaría poder estar al frente de un gobierno en verdad autorizado y autoritario. “Si fuera por mí, si todo dependiera solamente de mí, no sería este el régimen bajo el cual viviríamos”, prometió en el discurso que pronunció el sábado como cierra de una ceremonia de graduación de cadetes en Campinas, en el estado opositor de San Pablo.

AGyB, con información de agencias

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