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Alergia al frío: cómo identificarla y tratarla

Foto: Pixabay

Marta Chavarrías

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De lleno en la temporada de invierno, es posible que muchas personas lleven algunas semanas sufriendo los síntomas de una especie de resfriado perpetuo. Congestión y estornudos que no desaparecen y que se asientan cada invierno. Y es que, para muchas personas, el clima frío es más que una condición climatológica, es una molestia que puede desencadenar ataques de asma, hacer que nuestra piel se seque de forma extrema e inducir dolor en las articulaciones.

Alergia a las bajas temperaturas

Mientras muchas personas enferman cuando hace frío, algunas (se calcula que una de cada 100.000 personas) desarrollan una reacción alérgica al frío, literalmente. Las personas que sufren reacciones físicas intensas a las bajas temperaturas, como erupciones cutáneas y urticaria, hinchazón, fatiga, dolor de cabeza, sibilancias y dificultad para respirar, tienen lo que se conoce como alergia al frío o urticaria por frío.

Es la forma médica de decir que el cuerpo reacciona de forma negativa cuando su cuerpo entra en contacto con algo frío. La alergia al frío es una reacción a una amplia gama de alérgenos e irritantes. Está causada por histaminas, un compuesto que nuestro cuerpo produce para movilizar el sistema inmunitario contra las amenazas. El mecanismo de acción de este tipo de alergia es similar al de otros alérgenos comunes como el polen o los frutos secos.

Al igual que con otras alergias, las personas alérgicas al frío tienen reacciones graves cuando se exponen al clima frío. La gravedad y los síntomas varían según la persona, pero pueden incluir reacciones cutáneas, como erupciones en partes de la piel expuestas al aire frío o, en casos severos, presión arterial baja, palpitaciones del corazón o dificultad para respirar.

La erupción suele empezar solo unos minutos después de la exposición y dura aproximadamente unas dos horas, según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. Y aunque esta condición es particularmente relevante durante la temporada de invierno, algunas personas pueden incluso tener problemas al comer alimentos fríos.

Una alergia poco común

Otro de los desencadenantes de esta alergia es nadar en agua fría en un día caluroso, hacer ejercicio en un día frío y ventoso o incluso tomar una cerveza bien fresca en un caluroso día de verano. Las temperaturas frías pueden causar la activación de los mastocitos, lo que conduce a la liberación de histaminas e inflamación, de ahí la aparición de cicatrices.

En otras palabras, el cuerpo percibe la exposición al frío como un invasor extraño y ataca el tejido sano que está expuesto. En la mayoría de los casos, la alergia al frío se manifiesta durante la adolescencia. Afecta tanto a hombres como a mujeres. Según la Organización de Trastornos Raros estadounidense (NORD), la urticaria por frío representa del 1% al 3% de todos los casos de urticaria.

En un estudio realizado por expertos de los Institutos Nacionales de Salud estadounidenses, los científicos identificaron una mutación genética que causa no solo urticaria por frío, sino también otros síntomas que incluyen deficiencia inmunológica y autoinmunidad y trastornos inflamatorios de la piel. La prueba de diagnóstico principal es la de la estimulación por frío. Se coloca un cubito de hielo en el antebrazo durante unos cuatro o cinco minutos. Se evalúa la zona a intervalos de uno, tres, cinco y diez minutos para detectar la aparición de ronchas o manchas.

Cómo se trata la alergia al frío

Si te han diagnosticado alergia al frío, es posible que te cuestiones si emigrar a una zona más cálida o evitar salir a temperaturas bajas. Sin embargo, no será necesario llevar a cabo ningún tipo de medida drástica. Los síntomas generalmente se pueden prevenir con antihistamínicos, así como medidas de precaución como asegurarte de que todas las partes del cuerpo están cubiertas antes de salir al aire libre en invierno.

Los antihistamínicos no eliminan la alergia, sino que suprimen la respuesta natural del cuerpo al desencadenante de la alergia al bloquear la liberación de histamina. En este sentido, para los expertos, es más fácil prevenir la erupción que tratar la alergia; el uso regular de antihistamínicos puede mantener bajos los niveles de histamina. Además, es importante mantener la piel siempre bien hidratada: la barrera contra la humedad es clave para mantener la alergia a raya.

En los casos más severos, quienes padecen urticaria por frío pueden necesitar un EpiPen para evitar daños graves. La epinefrina (conocida como adrenalina) administrada a través de un EpiPen ayuda a estrechar los vasos sanguíneos para mantener la presión arterial y aumentar el flujo de aire en los pulmones.

¿Cómo sé si es una alergia y no un resfriado?

Los síntomas de un resfriado y una alergia pueden ser similares: secreción nasal, cansancio y, en ocasiones, dolor de garganta. Pero las causas son distintas. Un resfriado está causado por un virus, mientras que una alergia es una respuesta del sistema inmunitario a sustancias desencadenantes, los alérgenos.

En el caso de un resfriado, puede aparecer fiebre; en una alergia, raramente lo hace. Una de las principales pistas que nos ayudará a distinguir entre alergia al frío y resfriado es la duración de los síntomas. Mientras que un resfriado común no suele durar más de dos semanas, la alergia puede durar mientras se esté expuesto a la sustancia.

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