Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Israel abre otro conflicto con España por hablar de genocidio en Gaza
¿Ha tocado 'techo' el crecimiento de la economía española?
Opinión - Exclusivo para socios El rompecabezas de ERC. Por Neus Tomàs

El 'boom' de la guerra de Ucrania llega tarde a las librerías: “Se les ha pasado el arroz”

Otro título sobre Ucrania en la Feria del Libro

Mónica Zas Marcos

2

El 24 de febrero Rusia comenzó su ofensiva contra el país vecino. Vladímir Putin había amenazado y, aún así, el ataque pilló de improviso a los incrédulos periodistas, que reorganizaron sus agendas de un día para otro. Mientras, en las editoriales ocurría lo mismo pero a distinto tempo. El público no quería leer de otra cosa que no fuera la guerra en Ucrania.

El mercado editorial necesita un período de cortesía para subirse al tren de la actualidad. No es lo mismo darle la vuelta a la escaleta de un telediario, cambiar de prioridades en la portada de un periódico o encontrar a nuevos expertos para una mesa de debate que editar una obra. Pero siempre acaba subiéndose. La última prueba es que los libros de esta temática han empezado a brotar por decenas durante el mes de junio. La pregunta es: ¿han llegado a tiempo?

“Los tiempos tienen que ser rapidísimos porque la intensidad mediática es fundamental para que haya demanda”, reconoce Daniel Moreno, editor jefe del sello Capitán Swing. “Lo ideal es tener algún libro ya publicado que se apoye de alguna manera en los acontecimientos y poder aprovechar el flujo de interés editorial desde el inicio”, asegura, y desvela que “es casi imposible traducir algo muy relacionado con un tema de actualidad y que llegue a publicarse justo en la cresta mediática”.

Algunas editoriales partían con ventaja: soplaron el polvo de su fondo de catálogo y sacaron algunos títulos antiguos que respondían a la urgente actualidad. Otras, como Capitán Swing, optaron por publicar libros anteriores al conflicto que fuesen accesibles, como los dos que tienen en el catálogo escritos por el experto en Rusia Mark Galeotti: “Una historia breve de Rusia sirve para avanzar en una información más general e histórica, y a continuación se puede leer Tenemos que hablar de Putin, que da un análisis de contexto sobre la invasión rusa”, dice Moreno.

En Roca Editorial siguieron un modus operandi parecido. Orden de embargo. Una historia real de blanqueo de dinero, asesinatos y resistencia frente a Vladimir Putin, de Bill Browder, apareció en el momento ideal. “En este caso, fue su agente británica quien me lo ofreció y por supuesto con las primeras páginas del libro, lo contratamos”, cuenta Blanca Rosa, jefa de Roca.

Los libros de historia son una de las escapatorias socorridas. Editorial Crítica rescató Rusia, de Antony Beevor. Son 680 páginas del “maestro de la narración bélica” que relatan un episodio clave para los nostálgicos del imperialismo ruso. En la Editorial Dos Passos también recurrieron al pasado, pero de una forma un poco más original, con Escribir en la nieve, de Santiago Velázquez. “En pleno debate de si hay que cancelar a los artistas rusos, este libro es un alegato a favor de una de las grandes literaturas de la historia”, explica el sello.

Por su parte, Astiberri corrió a hacerse con la imprescindible novela gráfica de Darryl Cunningham, La Rusia de Putin. El autor investiga a través de viñetas la trayectoria del político como matón de patio de colegio en el Leningrado de la era soviética, oficial del KGB y presidente de Rusia.

Pero, a veces, la oportunidad simplemente aparece sin querer. “Nosotros ya nos habíamos fijado en No se necesita contraseña bastantes meses antes de que Putin tuviera la peregrina idea de comenzar una guerra. La publicamos porque es parte de la popular saga de novela negra Crónicas políticas, escrita por el ruso Yulián Semiónov, de la que ya habíamos sacado dos títulos con anterioridad”, reconoce Daniel Álvarez, de la editorial Hoja de Lata. Asegura que no buscan títulos según la actualidad: “Si te soy sincero, más bien huimos de la tendencia efímera del momento”. Pero, ¿y al contrario? ¿Cómo se hace para escribir y publicar un libro sobre lo que está ocurriendo en el momento?

Escribir en el fragor de la batalla

No son pocas las editoriales que han optado por encargar ensayos con celeridad que explicasen al público exactamente lo que estaban viendo por la televisión. Ediciones Destino contactó rápido con Marta Rebón, traductora de obras esenciales de Svetlana Aleksiévitx, Vassili Grossman o Lev Tolstói, y formada en Varsovia, Moscú, San Petersburgo y Beerseva. Suya es la obra El complejo de Caín. El “ser o no ser” de Ucrania bajo la sombra de Rusia, que acaban de publicar. Prohibido dudar. Las diez semanas en que Ucrania cambió el mundo (Akal), de Pascual Serrano, y La invasión de Ucrania (Agora Ctxt), de Rafael Poch, responden a esa misma necesidad.

“La premisa fundamental es que sea un tema que suscite interés social, que esté en la calle, que preocupe a la gente. En nuestro sello tenemos especial vocación por estos temas y, cuando surge alguno relevante, nos movemos rápido para encontrar a los especialistas. La actualidad es una carrera contrarreloj para un editor”, reconoce Félix Gil, editor de no ficción de La Esfera de los Libros.

Ellos consiguieron el libro más ansiado de todos los que se han publicado sobre la temática: la biografía del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, de Regís Genté y Stéphane Siohan. Y no es la única. Deben competir contra Zelenski: la forja de un héroe, de Andrew L. Urban y Chris McLeod, que ha sacado la Editorial Deusto, y Zelenski. Un retrato natural del hombre que se enfrentó a Putin, un audiolibro a cargo del periodista y publicista ucraniano Serhiy Rudenko. 

“Un título de estas características exige mucha agilidad. En cuanto nos enteramos de esta importante novedad en Francia contactamos con los propietarios de los derechos para nuestro idioma y, tras una negociación dura y rápida, los obtuvimos”, explica Gil. “Muchas veces no es solo una cuestión de dinero, sino de reputación, catálogo y relaciones”, asegura.

La otra opción es encargar el título a alguien que conozca el asunto o que esa persona se proponga, como ocurrió en el caso de Ucrania. El camino hacia la guerra (La Esfera de los Libros). “Ya en 2021 nos planteamos la posibilidad de que estallase una guerra y le propusimos a la editorial realizar este libro cuando finalmente ocurriera lo que veíamos venir, ya que sería esencial conocer las primeras fases del conflicto y no solamente la fase previa con la diplomacia que podría haberlo evitado”, cuenta su autor, Alejandro López Canorea, y también coordinador del medio de información internacional Descifrando la guerra.

“Lo bueno es que en absoluto era un tema nuevo para nosotros o que tuviéramos que asimilar, como sí pasó con la prensa generalista”, explica López. “Tras el inicio de la invasión hubo que hacer un concienzudo trabajo de análisis geopolítico sobre cómo todo esto afecta al mundo, a la región y a los propios países implicados a futuro”, para lo cual era imprescindible conocer la reacción.

“El resultado sigue siendo un contenido meditado y profundo sin el riesgo que aporta la inmediatez”, diferencia, y añade que por eso le costó menos llegar al deadline acordado con la editorial. Llegados a este punto, ¿coincide esa fecha límite con la impuesta por los medios?

¿Hay sitio en la librería para todos?

Librerías independientes como Tipos Infames, en Madrid, o Ramón Llul, en Valencia, no han notado este boom editorial en sus estanterías. “Es quizá porque hacemos otro tipo de selección más cuidada y no incluimos novedades inmediatas sobre un tema determinado. Con la pandemia ocurrió lo mismo, hubo muchas cosas, pero no entraron aquí”, aseguran desde la primera. “El bestseller o la novedad no son nuestro fondo. Lo notarán más las grandes superficies como Fnac o tiendas generalistas como Casa del Libro”, dicen los valencianos.

Precisamente en esta última, en la Gran Vía de Madrid, trabaja Raúl desde hace años y ha sido testigo de olas de popularidad parecidas. “Al principio había interés, pero ahora estamos en un momento de saturación editorial”, explica el librero. “A la mayoría de las editoriales se les ha pasado el arroz. Las primeras que ya tenían un título vendieron muy bien, pero el resto llegan cuando el mercado ya está saturado y lo tienen más difícil”, asegura.

Raúl explica que hasta hace unas semanas tenían un mostrador destacado con libros sobre el conflicto. Lo que más pedían eran las biografías de Putin, “porque tienen morbo”. “Luego bajamos el módulo a la segunda planta y ya ha desaparecido”, dice. El único libro que aguanta entre los bestsellers es Los hombres de Putin, de Catherine Belton.

“Es un interés puntual, lo provoca el hecho en concreto y el mundo editorial responde ante la posible demanda. No suele ser duradero y basta con mirar cómo han ido desapareciendo de las mesas de novedades los libros sobre la pandemia en estos últimos meses”, comparte Álvaro Manso, portavoz de Cegal y librero en Burgos. “Con la COVID-19 se publicaron un montón sobre antibióticos, bacterias y pandemias hasta que el tema se desvaneció. Tenemos un stock enorme de libros que se han quedado obsoletos”, añade el encargado de La Casa del Libro.

En su opinión, el interés fluctúa dependiendo de la cobertura mediática. “Con el calor que hace, si tuviéramos libros nuevos sobre el cambio climático, se estarían vendiendo a patadas”, compara. “Que los medios de comunicación mantengan vivo y en la primera plana el tema es muy importante”, comparte Félix Gil, editor de La Esfera de los Libros. Pero también cree que “los acontecimientos o personajes de referencia siempre cuentan con lectores que buscan perspectivas menos fugaces”.

Blanca Rosa, de Roca Editorial, responde con total honestidad: “La verdad es que esperaba que las ventas de Orden de embargo fueran mejor porque son libros muy interesantes que profundizan en conflictos mundiales que afectan a todo el mundo. Su autor, Bill Browder, es enemigo número uno de Putin, sus abogados fueron asesinados y se está jugando la vida”, destaca la editora. “Muchas veces el público ve la televisión o lee las noticias y se piensa que ya tiene suficiente información, pero se pierde los entramados y los intereses que hay detrás de las acciones violentas”, lamenta Rosa.

Alejandro López Canorea, autor de El camino hacia la guerra, es el único que se mantiene optimista: “Las personas interesadas en entender el conflicto más allá de la propaganda nos piden este tipo de texto, mucho más rico en matices que lo que pueden encontrar en un artículo o un reportaje en prensa generalista. Y más aún cuando los grandes medios están perdiendo el interés. Por eso acaba de salir una nueva edición y ya está disponible en librerías y grandes superficies”.

Etiquetas
stats