La guerra entra en una nueva fase

“La diferencia entre armas ofensivas y defensivas es que las defensivas son las que quieres enviar y las ofensivas, las que quieres limitar”, decía este lunes el analista militar Michael Kofman, experto del Center for Naval Analyses de EEUU en el podcast War on the Rocks. Los aliados de la OTAN, que hasta hace tan solo unos días se habían mostrado reticentes públicamente a enviar carros de combate y armas ofensivas, han dado un giro de 180 grados respecto al inicio de la invasión rusa y han anunciado esta semana varias entregas coordinadas en lo que supone una nueva fase de la guerra.

Este miércoles, tras varios días de presiones internas –con el socio de coalición y oposición– y externas –de otros aliados como Polonia–, el canciller alemán, Olaf Scholz, ha anunciado el envío de 14 carros de combate Leopard 2 (con la posibilidad de enviar más en el futuro), así como la autorización a otros socios para que puedan entregar el modelo alemán a Kiev. Horas después, el presidente de EEUU, Joe Biden, ha anunciado el envío de 31 carros de combate Abrams. Esta decisión se suma a la tomada por Reino Unido la semana pasada, que informó de la entrega a Kiev de 14 tanques Challenger 2.

No se trata solo de carros de combate, la semana pasada se reunieron alrededor de 50 países en la base aérea alemana de Ramstein y acordaron nuevos e importantes paquetes de asistencia militar. Polonia y Noruega, por su parte, también han dicho que enviarán Leopard 2 a Kiev y otros Estados europeos, entre ellos España, podrían sumarse a la conocida como 'coalición de los tanques'.

“España está dispuesta desde esa coordinación a tratar con nuestros aliados todo lo que sea necesario y que haga referencia al envío de Leopard y al entrenamiento y ayudar también a su sostenimiento y mantenimiento”, ha asegurado la ministra de Defensa, Margarita Robles.

El jefe del Estado mayor ucraniano, el general Valerii Zaluzhnyi, ha dicho que el país necesita 300 tanques y 600 blindados de infantería. Según un análisis del International Institute for Strategic Studies, Kiev necesita al menos 100 carros de combate para que tengan un efecto significativo en el campo de batalla.

“Hemos visto cómo los rusos se atrincheran y construyen fortificaciones”, ha asegurado este miércoles Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN. “Si queremos que Ucrania sea capaz tanto de defenderse de las próximas ofensivas rusas, sabemos que los rusos están planeando nuevas ofensivas, como de retomar territorio, tenemos que darles más blindaje, más armas pesadas y modernas”. Stoltenberg también ha insistido en que “los Abrams, junto a los Challenger de Reino Unido y los Leopard 2 de Alemania, pueden marcar una diferencia significativa en la lucha contra Rusia”.

“Estamos entrando en una nueva fase. Aunque algunos países occidentales habían enviado antes armas pesadas a Ucrania, no se había hecho tan abiertamente y a este nivel de cantidad y solidaridad”, dice a elDiario.es Kerim Has, analista de política rusa radicado en Moscú. “Esto demuestra que el bloque occidental ya está dispuesto a correr el riesgo de cruzar las líneas rojas de Moscú sin importarle ninguna de sus advertencias”.

Escaso margen temporal

Los aliados occidentales insisten no solo en la importancia de hacer estos envíos de manera coordinada, sino que también transmiten una sensación de urgencia para esta nueva fase. “Tenemos una ventana de oportunidad de aquí hasta primavera, o cuando comiencen su operación de contraofensiva, y eso no es mucho tiempo”, ha asegurado en Ramstein el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin. En la misma línea se expresó Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto de la defensa de EEUU: “Si se observa el clima y el terreno, se ve que hay un margen de tiempo relativamente corto para cumplir los objetivos”.

Kofman cree que “la primavera será decisiva”. “Para evaluar qué esperar de la guerra, ambos bandos se basarán probablemente en su actuación en la primera mitad del año. Esa es mi impresión”. “En la próxima ofensiva, Ucrania tiene una gran oportunidad de demostrar que puede seguir recuperando territorio”.

La cadena estadounidense CNN publicó este martes una pieza citando miembros del gobierno de EEUU y de Ucrania en la que asegura que oficiales estadounidenses y occidentales están instando a Ucrania a cambiar el foco de la batalla brutal en Bakhmut y priorizar en su lugar una ofensiva en el sur en la que puedan aplicar tácticas de combate diferentes aprovechando las nuevas entregas de material militar por parte de Occidente.

En una reciente entrevista con elDiario.es, Josep Borrell, alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, decía que en la guerra se han dado hasta ahora tres fases: “La primera fase fue el intento rápido de Rusia de tomar Kiev y el Donbás, que salió absolutamente mal”; “la segunda fue la contraofensiva ucraniana”; y “la tercera es la guerra de posiciones, trincheras y destrucción de infraestructuras”. “Esto ha conducido a cierto estancamiento”, aseguró Borrell, “y ahí está la discusión de si hay que dar a Ucrania armas que no solamente le permitan contener a los rusos, sino rechazarlos rompiendo su frente”.

“El suministro de carros de combate a Ucrania por parte de los Estados occidentales ayudará a Ucrania a llevar a cabo una guerra mecanizada para derrotar al ejército ruso y liberar el territorio ucraniano”, señalan los analistas del think tank estadounidense Institute for the Study of War. “Occidente ha contribuido a la incapacidad de Ucrania para sacar provecho de haber inmovilizado a las fuerzas rusas en Bakhmut al ralentizar o retener sistemas de armas y suministros esenciales para las operaciones de contraofensiva a gran escala”.

Cuando la guerra llevaba un mes en marcha, el presidente Biden se mostraba bastante claro sobre el apoyo militar: “La idea de que vamos a enviar material ofensivo con aviones, tanques y trenes con pilotos y equipos estadounidenses... entendedlo, eso se llama Tercera Guerra Mundial”. El segundo día de invasión el líder estadounidense decía lo siguiente: “Hay dos opciones: empezar un Tercera Guerra Mundial y luchar contra Rusia físicamente o asegurarse de que el país que actúa contraviniendo la legislación internacional paga el precio [con sanciones]”.

“El cambio [de opinión] es porque Rusia ha variado su estrategia y se está preparando para una guerra a largo plazo y dando la sensación de que está dispuesta a hacer todo para ganar”, sostiene Has. “El bloque occidental, que en mi opinión ya es parte directa de esta guerra, tampoco puede permitirse el lujo de perder estratégicamente esta batalla contra Rusia. Así que ambas partes están subiendo las apuestas”.

“Los principales actores que están determinando la estrategia, visión y objetivos del bloque occidental en este conflicto son EEUU y Reino Unido”, opina Has.

La respuesta rusa y el impacto de los tanques

Respondiendo al envío de los carros de combate alemanes, el ministro de Interior ruso, Vlasímir Kolokoltsev, ha dicho que los Leopard 2 serán destruidos igual que lo fueron sus predecesores, los Panzer y los Tiger. “Se acuerdan de la imagen de los Tiger y los Panzer ardiendo en suelo ruso y se acordarán también de los Leopard”. En este sentido, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha señalado que hay una “sobreestimación” del efecto que tendrán los carros de combate sobre el terreno.

Según señalaba Paul Poast, analista del Chicago Council on Global Affairs, la guerra está actualmente en un escenario de “desgaste continuo en el que, con las condiciones actuales, Rusia no puede ganar, pero no va a perder”. Sin embargo, “los tanques pueden marcar la diferencia para Ucrania”, dice.

“Las investigaciones muestran que depender solo de los tanques puede debilitar la contrainsurgencia. Tienen que combinarse con infantería y potencia aérea. Las operaciones relámpago alemanas al principio de la Segunda Guerra Mundial fueron exitosas porque los carros de combate Panzer estaban apoyados por fuego aéreo a baja altura”, señalaba Poast en Twitter. “Además, los tanques son necesarios para hacer efectivas otras armas. La fuerza aérea solo funciona combinada con fuerza terrestre”. 

“Pero hay una razón más fundamental por la que los carros de combate seguirán siendo relevantes en la guerra. La guerra es una cuestión de territorio: invadir, adquirir y conservar tierras. De hecho, la clave de la victoria en la guerra es la capacidad de mantener territorios, lo que requiere una presencia física y protegida. Los tanques ofrecen eso”, añadía el experto. “En conclusión, son vitales para que Ucrania siga luchando, pero no son la solución definitiva, sino que son parte de esa solución decisiva”.