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PERFIL

Lula, el “padre de los pobres” que ha marcado la política de Brasil durante cuatro décadas

Luiz Inácio Lula da Silva en un acto de campaña en Río de Janeiro el 23 de octubre

Ayelén Oliva

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Luiz Inácio Lula da Silva, de 77 años, ha pasado por seis candidaturas a presidente de Brasil en lo que va de su vida. Después de más de seis décadas dedicadas a la política, el líder del Partido de los Trabajadores ha conseguido edificar para esta elección un amplísimo arco electoral, integrado por partidos que van desde el centro-derecha tradicional hasta las más pequeñas agrupaciones de izquierda, y así ha conseguido derrotar a Jair Bolsonaro.

Más de diez partidos, pero también muchos líderes políticos se sumaron de manera personal a la lista 13. Antiguos rivales como Geraldo Alckmin, en la candidatura a vicepresidente, el expresidente Fernando Henrique Cardoso, del Partido de la Social Democracia Brasileña, Simone Tebet, del Movimiento Democrático Brasileño, y Ciro Gomes, del Partido Democrático Trabalhista, respaldaron de manera pública la candidatura del expresidente.

También ha acercado su propuesta a un grupo de empresarios y religiosos, en especial, a las iglesias evangélicas mediante una gran cantidad de actos y una carta pública en la que debió aclarar que de ganar no cerraría las iglesias, ni legalizaría el aborto de manera inmediata, sino que el tema sería tratado en el Congreso.

La campaña del expresidente de Brasil ha llegado a estirar su identidad al límite. El tradicional rojo dejó de ser el color elegido para pasar al blanco, pero además Lula aprendió a jugar con las reglas propuestas por su oponente. La campaña del PT ha conseguido con éxito amplificar debates absurdos en contra de Bolsonaro como el supuesto consumo de carne humana por parte del militar retirado o la asistencia a las misas masónicas.

El fundador del PT, candidato a la presidencia en 1989, 1994 y 1998, resultó electo por primera vez en 2002. En 2006, compitió en un segundo turno con el exgobernador del estado de São Paulo, Gerlado Alckmin, que ahora lleva como candidato a vicepresidente. En 2010, Lula terminó la presidencia con un 87% de imagen positiva. Ese mismo año, apadrinó la candidatura de Dilma Rousseff.

La anulación de las condenas

Después de pasar 580 días detenido en Curitiba, Lula decidió ir por la presidencia. El Tribunal Supremo Federal ordenó en marzo de 2021 anular las condenas en su contra en la causa Lava Jato, por considerar a la Justicia Federal de Paraná era incompetente para juzgarlo y debía pasar la causa a Brasilia.

Sergio Moro, juez a cargo del proceso, acompañante cercano de Bolsonaro en esta elección, determinó en 2017 una condena de nueve años y seis meses de prisión contra el expresidente por delitos de corrupción y blanqueo de capitales. La sentencia se amplió en enero de 2018 a 12 años. Ese mismo año, Moro dejó el poder Judicial para pasar a ser el ministro de Justicia de Jair Bolsonaro. Si bien Moro coqueteó con la idea de postularse para presidente, en esta elección compitió y ganó una banca en el Senado por el estado de Paraná.

Ya con Jair Bolsonaro como presidente, el juez de la Corte Suprema, Edson Fachin, determinó que Moro había actuado con “parcialidad” en la conducción del proceso y ordenó la liberación del expresidente. Lula recuperó así los derechos políticos que le permitieron presentarse como candidato en estas elecciones. En abril de este año, el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas respaldó está decisión. La ONU determinó que el proceso judicial violó su “derecho a ser juzgado por un tribunal imparcial, su derecho a la privacidad y sus derechos políticos”.

Del Nordeste al Sudeste

Luiz Inácio Lula da Silva nació en 1945, en la ciudad de Garanhuns, en estado de Pernambuco, en una de las regiones más pobres de Brasil, donde se crió con sus padres y seis hermanos. Aristides Inácio da Silva, su padre, abandonó la familia por otra paralela que había formado cuando eran muy pequeños. Por ese motivo, desde muy temprana edad, él y sus hermanos empezaron a trabajar en la periferia de São Paulo. Un tiempo después, Lula ingresó a la metalúrgica en São Bernardo do Campo, donde se sumaría a las organizaciones sindicales donde haría carrera.

Es ahí cuando Lula empieza a ganar protagonismo en el ámbito público. En 1986, fue elegido diputado e integró la Asamblea Constituyente que recuperó las elecciones libres. Ese mismo año, el Partido de los Trabajadores consiguió 16 diputados en el Congreso. En 1989, Lula presenta su primera candidatura a presidente, pero pierde ante Fernando Collor de Mello. Recién el 27 de octubre de 2002, Lula consigue ganar la presidencia, después de tres intentos previos.

El paso por el Gobierno

La política económica del gobierno de Lula consiguió resultados que ubicaron a Brasil como potencia emergente a escala mundial. El crecimiento del PIB pasó de 510.000 millones de dólares en 2002 a 2.210.000 millones en 2010, según datos del Banco Mundial. Pero además, su gobierno consiguió reducir la pobreza del 25% a 15%, por medio de los programa Fome Zero y Bolsa Familia. Por su origen y por sus ocho años de Gobierno, el líder del PT es apodado por sus bases electorales como “el padre de los pobres”.

“Los dos gobiernos de Lula fueron el combate contra la miseria, la reducción de la pobreza y la disminución de la desigualdad”, dicen las historiadoras Lilia Schwarcz y Heloisa Strarling en Brasil, una biografía.

Después de haber llegado a ser presidente, Lula nunca perdió una elección en la que él se presento como candidato. El extenso recorrido político muestra su alto nivel de constancia. Hace 40 años que Lula se mantiene como personaje central de la política brasileña.

Pero las acusaciones de corrupción del llamado mensalão y la monumental causa de corrupción de Lava Jato que, si bien golpearon a los principales dirigentes políticos de los distintos partidos, llegaron como un broche de plomo para cerrar los años del PT. De todos modos, después de haber pasado 580 detenidos y habiendo conseguido recuperar los derechos políticos, Lula decidió presentar en agosto pasado su sexta candidatura.

La figura del expresidente es central en la historia de la política brasileña. “Para algunos, Lula es la estrella del héroe popular. Para otros, un populista. Esa ambigüedad tan común en nuestra historia política. Pero lo que cuesta encontrar es alguien que sea indiferente a Lula”, dice Rodrigo Vizeu en su podcast documental Presidente de la Semana.

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