Un hombre con corazón de cerdo: preguntas y respuestas sobre trasplantes de órganos de animales a personas

Ana Hernando

Agencia SINC —

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Estos días ha sorprendido un avance médico sin precedentes: un hombre de 57 años con una cardiopatía terminal recibió el pasado 7 de enero un trasplante exitoso de un corazón de cerdo modificado genéticamente, tal y como anunciaba la Universidad de Maryland

La operación duró ocho horas y el paciente, David Bennett Sr., de Maryland, se encontraba bien el lunes, según los cirujanos que le operaron. En su página de Twitter la universidad estadounidense subió este jueves una foto en la que se puede ver el buen estado del paciente. 

Esta intervención quirúrgica era la única opción disponible para Bennett y da esperanza a cientos de miles de personas con órganos defectuosos que esperan un trasplante. Aclaramos dudas sobre esta operación histórica.

¿Qué es un xenotrasplante?

El término se usa para denominar a los trasplantes de órganos de animales a personas. “La idea surgió hace más de 30 años como una estrategia para paliar las reducidas tasas de donación de órganos”, comenta Lluís Montoliu, investigador del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC). “Este tipo de intervención se aplica en particular al trasplante de órganos de cerdos modificados genéticamente a primates no humanos y a seres humanos”, señala.

Beatriz Domínguez-Gil, directora general de la Organización Nacional de Trasplantes, asegura que “en el pasado se realizaron xenotrasplantes en humanos que fracasaron por el denominado rechazo hiperagudo. La modificación genética de animales para ‘humanizar’ sus órganos es lo que ha permitido el salto cualitativo que representa el trasplante de un corazón de cerdo a un paciente sin opciones terapéuticas disponibles que hemos conocido estos días”.

¿La intervención es similar a la del trasplante de un corazón de donante humano?

“En esencia sí, ya que se trata de sustituir un corazón dañado humano por uno sano de un cerdo transgénico”, indica Montoliu. Ahora bien, “aunque muy parecidos, los dos órganos no son exactamente iguales y los cirujanos han tenido que solventar estas pequeñas diferencias anatómicas para conectar venas, arterias y nervios del corazón porcino en el tórax del paciente xenotrasplantado”. Obviamente, destaca el biólogo, “la introducción de un corazón de un cerdo en un tórax humano ha sido un reto que estos cirujanos han tenido que resolver”.

Por su parte, Domínguez-Gil resalta que aún se desconocen los pormenores de la intervención debido a que “toda la información de la que disponemos hasta el momento proviene de la prensa y no de la literatura científica”. Sin embargo, agrega, “la cirugía realizada es seguramente similar a la que se efectuaría para el trasplante de un corazón de origen humano”.

¿Cómo puede ayudar la tecnología CRISPR a que sea más viable el trasplante de órganos entre especies? 

El investigador del CNB explica que los cerdos que se usan para xenotrasplantes son transgénicos. “En particular el que se ha usado en la Universidad de Maryland porta hasta diez modificaciones genéticas distintas: cuatro genes inactivados del genoma porcino y seis genes humanos añadidos”.

Montoliu indica que estas modificaciones genéticas pueden realizarse también con la tecnología CRISPR de edición genética, en particular la inactivación específica de genes. “Todas estas modificaciones están encaminadas a impedir, regular o retrasar lo más posible el rechazo fulminante y el que se puede producir a medio y a largo plazo al situar un órgano no humano dentro del cuerpo humano. Se trata de evitar que nuestro sistema inmunitario reconozca al órgano del cerdo como extraño”, destaca.

Respecto al cerdo transgénico, cuyo corazón ha servido para el trasplante efectuado a Bennett, no existe aún información exacta de los genes alterados ni de las tecnologías usadas. Así que “no sabemos si se ha utilizado CRISPR en alguna de las modificaciones”, aclara.

¿Supone este trasplante un primer paso hacia los órganos a la carta procedentes de animales?

Este primer xenotrasplante exitoso —así como el que se realizó en septiembre conectando el riñón de un cerdo transgénico a la circulación sanguínea de una mujer en muerte cerebral— suponen “un gran avance que culmina más de tres décadas de avances científicos y tecnológicos, y de experimentos análogos realizados trasplantando órganos de cerdos transgénicos a primates, como a babuinos”, explica el biólogo.

Se trata, dice, de un paso que demuestra que “es factible utilizar órganos de cerdos transgénicos para sustituir, al menos durante un tiempo, los órganos dañados humanos. De esta forma, se podría ganar tiempo en las listas de espera hasta que haya un órgano humano compatible”.

Sin embargo, Montoliu opina que “aún estamos lejos de los trasplantes de órganos animales a la carta. Estos son experimentos pioneros, que habrá que repetir y analizar dentro de ensayos clínicos, pero estamos en el buen camino”.

La responsable de la ONT destaca que “gracias a las diferentes líneas de investigación que ahora están abiertas, el futuro de los pacientes que necesiten el reemplazo de un órgano enfermo por otro sano es muy prometedor. El xenotrasplante —añade— está más cerca de convertirse en una realidad clínica, si bien queda un largo camino por recorrer desde un punto de vista técnico, ético y legal”.

Otra opción que esta experta valora como muy interesante es la generación de órganos bioartificiales. “Partiendo de células del propio receptor, permitiría construir órganos a la carta. No solo en el sentido de disponer del órgano, sino en el de poder evitar el uso de inmunosupresores en el paciente una vez trasplantado”, subraya.

¿Qué sabemos de Revivicor, la empresa de EE UU que ha modificado el corazón trasplantado?

Esta empresa, con sede en Blacksburg (Virginia, EE UU), “surgió del desmantelamiento de otra anterior, la británica PPL Therapeutics, desaparecida en 2003, que fue la responsable de la creación de la oveja Dolly y de mostrar al mundo la tecnología de clonación en 1997”, afirma Montoliu.

Precisamente, señala el investigador, “mediante técnicas de clonación es como se siguen obteniendo estos cerdos con múltiples modificaciones genéticas. Por lo tanto, de alguna manera, el éxito de este primer xenotrasplante de cerdo a humano se lo debemos a la famosa oveja Dolly”. En 2011 Revivicor fue comprada a su vez por United Therapeutics, una compañía farmacéutica estadounidense.

¿Qué problemas éticos plantean los xenotraslantes?

Desde el punto de vista ético, Lluís Montoliu considera que esta experimentación está justificada, dado que “las posibles alteraciones del bienestar animal causadas a los cerdos por las modificaciones genéticas se compensan ampliamente con el fin último de salvar la vida a personas que necesitan un nuevo órgano para sobrevivir”.

El cerdo, explica el biólogo, “es un animal común que se consume en cantidades enormes. En España hay casi tantos cerdos para consumo, engorde y exportación como habitantes. Por ello, no suscita tanta empatía ni dilemas éticos como si ocurriría con el uso de primates no humanos para el mismo objetivo”. Por otro lado, comenta que los primates no humanos no son tan adecuados ni en tamaño ni en facilidad de cría y, además, son animales protegidos especialmente por la legislación europea y nacional.

Para este investigador, “los límites éticos de los xenotrasplantes probablemente estén más allá de los órganos metabólicos habitualmente involucrados en estos procedimientos: corazón, hígado, páncreas, riñón... Aparecerían —afirma— si nos acercáramos a trasplantar partes del sistema nervioso central o del cerebro, una línea roja científica en la actualidad e inasumible desde el punto de vista ético”, concluye.