Cuando el pasado miércoles, 9 de marzo, las fuerzas aéreas rusas bombardearon un hospital materno-infantil en Mariúpol, una imagen dio la vuelta al mundo. Era una fotografía de una mujer embarazada y herida, con la cadera aplastada, en una camilla que transportaban entre los escombros personal de emergencia y voluntarios. Esa mujer ha muerto finalmente a consecuencia del ataque, según ha informado Associated Press este lunes.
Esta víctima civil de la invasión rusa de Ucrania había sido trasladada a un hospital cercano a la frontera, donde se esperaba que diese a luz. Según indican las fuentes citadas por el medio, los médicos trataron de salvar la vida del bebé, que nació sin signos vitales tras realizarle a la madre una cesárea. Después, la mujer también falleció, tras más de 30 minutos de intentos de reanimación.
Tras el ataque, las autoridades locales informaron de que la menos tres personas, dos de ellas menores, habían muerto en el ataque y que al menos otras diecisiete habían resultado heridas, en lo que calificaron como “atentado terrorista”, que ha sido condenado por la comunidad internacional.
Con información de elDiario.es