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Sesión de 30 horas, embajadores de la Rosada y discusiones en puerta: Diputados debate la ley Bases

Martín Menem recibe instrucciones de uno de sus asesores, durante el debate de la nueva de ley de Bases en Diputados.

Mauricio Caminos

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“Acostumbrate que ya no sos mayoría”. Germán Martínez había cruzado todo el recinto desde la bancada de Unión por la Patria para encarar a sus pares del PRO cuando Cristian Ritondo lo paró en seco con una chicana. “Él sabé que tengo razón”, le retrucó el jefe del bloque peronista y señaló al compañero de silla del titular de la fuerza amarilla, Damián Arabia, que se llamó al silencio. La escena fuera de la transmisión oficial marcó el tono del inicio en Diputados de la discusión por la ley Bases y el paquete fiscal, momento en que el oficialismo logró que una mayoría holgada apruebe la hoja de ruta que pretende para todo el debate: que se discutan en conjunto las dos iniciativas parlamentarias y que la votación en particular sea por capítulo, en vez de artículo por artículo, como marca el reglamento y exigía el peronismo junto con varios espacios opositores.

Esa primera votación sobre el plan de labor parlamentario le dio a La Libertad Avanza una pista de cuál es su capital político para sortear el primer tramo de la discusión y desterrar el fantasma del fracaso de la ley ómnibus en el verano pasado: 140 votos –frente a 109– aprobaron la línea que marcó Martín Menem. Fueron cinco votos más al quórum que consiguieron los libertarios para abrir la sesión pasado el mediodía: 135 diputados, entre oficialistas y los aliados circunstanciales del PRO, parte de la UCR y del espacio Hacemos Coalición Federal de Miguel Pichetto, más algunas fuerzas provinciales. El acta nominal reveló que hubo un puñado de radicales y federales que votaron junto con el kirchnerismo.

Con ese piso el oficialismo tendría asegurada la aprobación en general de la ley Bases y el paquete fiscal, pero su desafío comenzará en los momentos clave de la votación en particular. Será por capítulos, pero ante el primer reclamo opositor el titular de la Cámara Baja está obligado a conceder la votación de cualquier artículo en particular. Dicha novela ocurrirá recién este martes: por la cantidad de oradores, se estima unas 30 horas de debate. “Acá hay una votación hasta la medianoche y otra después de la medianoche”, alertó un encumbrado legislador amarillo.

La expectativa parlamentaria irá in crescendo porque los primeros artículos de la ley Bases son muy cuestionados por la oposición más dura: principalmente los primeros, que versan sobre la delegación de facultades –superpoderes para el presidente Javier Milei– y la reforma del Estado, que dispone una amplia reforma administrativa y le da al Gobierno la capacidad de eliminar de un plumazo un sinfín de organismos públicos. 

De hecho, la Coalición Cívica, que acaba de romper con HCF, ya avisó que rechazará el artículo 3 “si el oficialismo no mejora sustancialmente su pésima redacción”, dijo el lilito Maximiliano Ferraro en el recinto. “La delegación de facultades son decisiones de extrema emergencia”, se quejó el radical Fernando Carbajal. Su intervención fue aplaudida por Facundo Manes y hasta por el kirchnerismo.

“Tendrían que haber mandado los primeros capítulos más polémicos al final, nosotros se lo recomendamos y no nos dieron bola”, apuntó a elDiarioAR un influyente diputado del PRO. La extensión del debate no tomó de sorpresa al legislador: se llevó de su casa al despacho que ocupa en el Anexo al Palacio su almohada personal y una manta para descansar durante esta noche. 

“No descarto que haya conflicto”, adelantó un operador del radicalismo que estuvo en las negociaciones más finas de la redacción de las leyes. La primera versión de la ómnibus cayó luego de una seguidilla de derrotas en las votaciones en particular. El oficialismo apuró su vuelta a comisión antes siquiera de llegar a la primera decena de artículos y en las puertas a la votación sobre las privatizaciones. Esta vez el listado de empresas a privatizar fue recortado sensiblemente. Incluso el Gobierno sacó al Banco Nación para asegurarse el voto de sus aliados. 

Otros puntos polémicos sobre la nueva versión de la ley Bases son la acotada reforma laboral, que abarca desde el artículo 75 al 98, y el Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones, del 161 al 225. Generó esquirlas en el Parlamento la denuncia pública de Carrió de que el mínimo de US$ 200 millones: “Lo de Carrió generó un manto de sospecha, no sabemos cómo va a salir esa votación”, admitió una voz en la UCR. “No se va a caer nada”, afirmaron desde el PRO.

Una incógnita más es qué pasará con el capítulo sobre la restitución del impuesto al tabaco, que no está en el actual dictamen, pero que la UCR y parte de HCF quieren incorporar durante la votación. El plan de labor estima que esa jugada ocurrirá hacia el final de la votación en particular de la ley Bases. “Quiero verlos que lo incorporen realmente”, desafió una encumbrada voz en UxP que dio señales de que el peronismo acompañaría esa movida. Será un momento candente por el fuerte lobby empresarial alrededor en el que están enfrentados Tabacalera Sarandí y Massalin Particulares. De hecho la Casa Rosada admitió sacarlo del proyecto para no empiojar toda la votación.

El Gobierno sigue con atención el debate de la ley Bases. En el palco central del recinto de Diputados se ubicaron funcionarios de segundas líneas pero claves tanto en la discusión técnica como en la rosca política. De un lado se ubicaron Lule Menem, primo del titular de la Cámara Baja y mano derecha de Karina Milei en el armado nacional liberario, y Sebastián Pareja, operador en la provincia de Buenos Aires y titular de la Secretaría de la Integración Socio Urbana. En otro, se sentaron José Rolandi y María Ibarzabal Murphy, funcionarios del círculo de Nicolás Posse y que estuvieron en la redacción de las leyes.

“La votación sale tranquila”, planteó confiado un libertario clave. La bancada oficialista ya recibió el golpe de la crisis interna que estalló tras la comisión de Juicio Político: Marcela Pagano se ausentó del recinto y Oscar Zago, ex jefe del bloque, se ubicó al fondo de las butacas, en el lateral derecho. Ante ese panorama, Menem tiene una doble tarea: mantener a la tropa alineada y soportar la fiebre que lo tiene a maltraer desde el fin de semana. Con todo, ya avisó que se mantendrá incólume al frente de la maratónica sesión: “De acá solo me sacan me sacan muerto”. 

MC/MG

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