El origen

De tripas de animales al látex: cómo el preservativo transformó nuestra salud sexual

Laura Cuesta

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La salud sexual es un concepto amplio que abarca desde la posibilidad de tener relaciones placenteras y con consentimiento hasta el derecho a acceder a información de calidad sobre sexualidad. Además, hablar de salud sexual también pasa por hablar de métodos anticonceptivos. Píldoras, anillo vaginal, DIU… Hoy en día, existen multitud de mecanismos para prevenir el embarazo.

Sin embargo, si hay un método popular y con historia, ese es el preservativo. Según el último informe de Control, un 58% de los jóvenes entre 18 y 26 años en España usan siempre el condón a la hora de tener relaciones sexuales. No es una sorpresa. Tal como recuerda la Organización Mundial de la Salud (OMS), los preservativos, cuando se utilizan correcta y sistemáticamente, son seguros y muy eficaces; no solo para prevenir embarazos, sino también la transmisión de diferentes enfermedades e infecciones. 

Esta funda que se coloca en el pene es hoy conocida por todos, pero la sociedad no siempre tuvo a su alcance un método de barrera así. De hecho, los primeros registros de los condones de látex datan de 1930. Este material, más flexible, cómodo y efectivo, fue clave para desarrollar los preservativos modernos.

¿Cuál es el origen del preservativo?

Se cree que los primeros preservativos se utilizaron hace miles de años. La primera evidencia del uso de estos métodos podrían fecharse en torno al año 1000 a.C., cuando los egipcios utilizaban tripas de animales anudadas como protección para prevenir enfermedades. 

Esto nos da pistas de cómo, en un primer momento, el objetivo de utilizar estas fundas no tenía nada que ver con el control de natalidad. Así fue durante mucho tiempo. Por ejemplo, eel siglo XVI, durante el Renacimiento, el médico italiano Gabrielle Fallopio documentó el primer condón destinado a prevenir la sífilis. 

Para el siglo XVIII, los preservativos hechos con tripas de animales ya eran ampliamente utilizados y reconocidos por gran parte de la sociedad occidental. Para usarlos se tenían que remojar previamente con leche y, una vez usados, se desinfectaban para su reutilización

No fue hasta el 1843 cuando se inventó el caucho vulcanizado, un material que empezó a utilizarse como alternativa más resistente y reutilizable para fabricar condones de goma. El caucho se acabó reemplazando por el látex en 1930 y, el resto, es historia. Hoy en día, los preservativos fabricados con este material se siguen utilizando en todo el mundo, aunque la tecnología ha permitido crear todo tipo de variedades, con distintos sabores, texturas, colores y tamaños.