Mi factura llegó con mucho aumento: ¿ya rige la quita de subsidios a la luz y el gas?

0

Muchos usuarios detectaron en las facturas de luz y gas que llegaron a los hogares en los primeros días de agosto un aumento brusco en el monto a pagar. Si bien el plan de segmentación tarifaria y quita de subsidios está en la agenda pública y el ministro de Economía, Sergio Massa, mostró voluntad de avanzar con ese esquema, las subas registradas ahora no se explican por este motivo. De hecho, la quita de subsidios comenzará a hacerse efectiva, para quienes corresponda, recién a partir del 31 de este mes. 

Sin embargo, el aumento en muchos casos es real y las quejas se multiplicaron en las redes sociales. Dos ejemplos aislados: un hogar de Capital Federal que registró en julio una factura de gas de $1.985 recibió este mes una factura de $5.529: 178% de aumento. Otra familia, también en la ciudad de Buenos Aires, señaló que pagó $1.800 dos facturas atrás, $6.000 en la anterior y que debe abonar ahora $6.050: 236% de aumento entre junio y la boleta actual.

¿Cuál es, entonces, la explicación? Hay dos factores, que vienen de más atrás en el tiempo pero se ven reflejados en las facturas con cierta demora. Por un lado, la suba del precio de la energía que fue autorizada por el Gobierno para junio. Por otro, el aumento del consumo por el inicio de los días fríos. 

El Gobierno autorizó desde junio una suba promedio del 16% para la luz y de hasta 25% para el precio del gas. Ese cambio puede constatarse si se comparan las facturas. Las de Metrogas muestran que hasta junio el m3 de gas se facturaba a $14,70 y que con el último aumento de junio quedó en $17,76. Del mismo modo, el kWh de electricidad pasó de $4,47 a $3,77, de acuerdo con liquidaciones de Edenor.

Ese aumento del costo de la energía comenzó a ejecutarse a mediados de junio. Así, las facturas que llegaron en julio tenían solo algunos días de consumo a ese valor (que se promedia con los días de energía al valor viejo), pero las que llegaron en agosto ya tienen el impacto pleno. 

El segundo punto es el consumo, afectado por la estacionalidad. “Una factura que llega en julio por ahí tenía unos días más cálidos de mayo. La que llega ahora ya tiene todos días de frío”, señalan. Cabe recordar que la facturación de los servicios es bimestral, solo que con dos pagos mensuales. 

Además, como una estrategia para promover el cuidado de la energía, si un usuario consume mayor cantidad de energía que en el mismo período del año anterior, se le aplica una penalidad que encarece la factura. Al revés, si consume menos, es premiado con una bonificación. 

Distintas fuentes del sector de electricidad y gas aseguraron que todavía no hay ningún aumento derivado de la segmentación. Las empresas ni siquiera han recibido todavía los listados de las personas a las que se les deberá aplicar el aumento ni saben cuál es el porcentaje de suba que deberán trasladar.

Según anunció, la estrategia del ministro Massa se monta sobre la segmentación que dejó en marcha Martín Guzmán, basada en ingresos, pero va más allá al imponer adicionalmente un tope al consumo subsidiado. 

Entre los más de nueve millones de hogares que pidieron mantener el subsidio a través del formulario de la Secretaría de Energía y cumplen con las condiciones para retenerlo se “promoverá el ahorro”: el Estado subsidiará hasta 400 kwh de consumo. Datos de la Secretaría de Energía dan cuenta de que casi el 80% de los usuarios consume mensualmente por debajo de ese límite, mientras que el 20% restante explica el 50% de la demanda eléctrica residencial.

MT