Mucho más que votos

El Gobierno y el peronismo se preparan para llegar primero con su propio relato del resultado electoral

“Después del 26 de octubre, ¿dónde va a estar el eje de poder? ¿En el Congreso o en la Casa Rosada? Más allá de los números, más allá de las bancas, lo que hay que esperar es la percepción de poder”, analiza, precavido, un referente del peronismo. La oposición acaba de fracasar en juntar el número del quórum para interpelar a Karina Milei, y está conversando, en un pasillo del Congreso, con una dirigenta de Provincias Unidas. Ninguno sabe si, después de las elecciones, estarán parados en el mismo bando, pero coinciden en algo: será la interpretación del resultado electoral, más que el mismo resultado, lo que definirá el poder del Gobierno a partir de diciembre.

A varios kilómetros de distancia, en Casa Rosada, un funcionario de La Libertad Avanza coincide. Es cuestión de expectativas. Javier Milei necesita poder mostrarle a su amigo Donald Trump que ganó las elecciones para destrabar los 20 mil millones de dólares del swap. No importan los detalles, lo único que importa es poder mostrar, en los diarios del lunes, que LLA fue la fuerza nacional más votada y que amplió sus fuerzas en el Congreso.

Otros dirigentes de LLA agregan una tercera variable: hacer una elección digna en la Provincia de Buenos Aires. Es decir, achicar la diferencia de 14 puntos de las elecciones bonaerenses y, pese al drama de haber tenido que bajar a la cabeza de lista por sus vínculos con un empresario investigado por lavado de dinero del narco, mostrarse como una opción competitiva en la provincia más populosa del país. 

La mayoría de las encuestas, por estas horas, confirman las expectativas oficialistas: LLA será primera fuerza a nivel nacional. Es el único sello electoral, después de todo, que compite en las 24 jurisdicciones del país. Fuerza Patria, en cambio, estará presente solo en 15 distritos, por lo que es razonable intuir que, aún haciendo una mala elección, el Gobierno podrá mostrarle a Trump que fue la fuerza más votada. 

El primer desafío del Gobierno será imponer la lectura política del domingo de elecciones. Un triunfo con hasta el 35% de los votos será considerado aceptable e, incluso, festejado, en los búnkers libertarios. Se pasará a enumerar la cantidad de bancas que LLA tendrá en la Cámara de Diputados y la corta distancia que los separa, con ayuda del PRO, del tercio vetador. Un resultado más cercano al 30%, en cambio, será percibido como un fracaso, una confirmación de que lo único que le queda a Milei es el voto duro que lo llevó al ballotage en 2023.

El día después, en cambio, será diferente. El 27 de octubre, luego de haber salido a instalar la versión del triunfo en los medios nacionales e internacionales, el Gobierno pasará a mirar lo que realmente le interesa. Es decir: el número de bancas que pasará a tener el peronismo a partir del recambio legislativo de diciembre.

La calculadora del peronismo

Sin saberlo, Cristina Fernández de Kirchner coincide con la clave de lectura del gobierno libertario. Lo importante de la elección del 26 de octubre, insiste puertas adentro, es el número de porotos opositores que habrá en el Congreso para oponerse a Milei. “En la elección se eligen legisladores oficialistas, para oficialistas y opositores. Provincias Unidas va a volver a acordar con el Gobierno. Lo que hay que contar el domingo es cuántos diputados opositores va a haber, a partir de diciembre, para frenar a Milei”, reflexiona un dirigente de La Cámpora cercano a CFK.

Estas palabras podrían haber salido, a su vez, de la boca de un funcionario libertario, que también observa en el caudal de votos peronistas el principal indicio del poder relativo que podrá tener el Gobierno en el Congreso para los próximos dos años. Cuentan, como CFK, que los diputados de Provincias Unidas pasarán a convertirse en aliados para las reformas futuras –como la laboral y la previsional– y que un triunfo de los oficialismos provinciales no representará, a mediano plazo, una amenaza directa.

No todos en el peronismo coinciden, sin embargo. El kicillofismo es más optimista y sostiene, como otros dirigentes peronistas con aspiraciones a ganar en sus territorios –Santa Fe, La Pampa o Chubut–, que el criterio de interpretación del resultado electoral tiene que ser otro. Tiene que ser, contrario a lo que sostienen CFK y LLA, el color con el que se tiña el mapa electoral.

“El domingo a la noche va a haber 24 pantallas diferentes, cada una mostrando qué fuerza ganó en cada provincia. Y la gente se va a dar cuenta cuando vea que LLA ganó en muy pocas”, reflexiona un dirigente peronista santafesino. 

Pese a las diferencias interpretativas, sin embargo, el peronismo buscará disputarle a LLA la lectura del domingo a la noche. Se sabe en desigualdad de condiciones, ya que el sello de Fuerza Patria aparecerá en 9 distritos menos que LLA, pero buscarán plantear un escenario nacional que acumule todos los sellos peronistas. “Es ridículo pensar que el Frente para la Victoria de Gildo (Insfrán) o el sello de (Sergio) Ziliotto no suman a Fuerza Patria”, explican en el equipo de campaña de FP.

Es por este motivo que el peronismo está desarrollando una app que permitirá mostrar los resultados del domingo unificando los resultados de Fuerza Patria con el de las otras marcas peronistas provinciales. El objetivo es demostrar la dimensión del voto peronista a nivel nacional. Y competir, a su vez, por la lectura política del resultado electoral.

Al día siguiente, sin embargo, el énfasis volverá a estar puesto en las bancas conseguidas. El kicillofismo está confiado de que hará una buena elección y, si bien advierte que la distancia será menor a los 14 puntos que le sacó a LLA en las elecciones bonaerenses, aspira a poder sacarle una amplia ventaja a Diego Santilli en PBA. Los puntos de ventaja que pueda sacar en PBA serán claves, ya que obligará al Gobierno a tener que hacer muy buenas elecciones en Córdoba, Santa Fe y Ciudad de Buenos Aires para compensar los votos perdidos en la Provincia.

No todos en la mesa electoral bonaerense están confiados, sin embargo. Los números que le llegan al massismo, de la mano de Sebastián Galmarini, son poco optimistas. No solo muestran que LLA ganará en CABA, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Neuquén, Salta y Misiones. Sino que, además, muestran que la distancia con FP en PBA será de menos de 5 puntos

Es decir, un triunfo contundente del Gobierno. Aunque, una vez más, depende de la interpretación del día después. “Y el lunes, después de festejar, Milei se derrumba”, vaticina el más escéptico de los integrantes de la mesa de campaña bonaerense.

MCM/MG