El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció hoy que decretó una nueva cuarentena nacional en Inglaterra, que incluye el cierre de los colegios, debido a la alarmante expansión del coronavirus causada por la nueva variante.
“Los hospitales están bajo más presión que nunca desde el comienzo de la pandemia”, dijo Johnson en un discurso a la nación, en el que instó a todos los ciudadanos a no salir de sus hogares salvo por motivo esencial.
Desde el martes, todas las escuelas y centros educativos de Inglaterra volverán al formato remoto, con la excepción de los hijos de trabajadores esenciales y niños de sectores vulnerables, según reprodujo el diario The Guardian.
En esta tercera cuarentena nacional, la gente deberá permanecer en sus casas al menos hasta el 15 de febrero y se cierran todos los comercios no esenciales. Los restaurantes, sin embargo, podrán mantener sus servicios a domicilio. Solo se permitirá salir del domicilio para realizar compras esenciales, acudir al trabajo, hacer ejercicio, acudir a una cita médica o huir del abuso doméstico.
Estas restricciones deben ser aprobadas, todavía, por el Parlamento. Sin embargo, Johnson aseguró que las normas deberán seguirse a partir de este mismo lunes.
Inglaterra sigue así los pasos de Escocia, que reinstauró este lunes un confinamiento total similar al de la primera ola. Allí, tal y como anunció la primera ministra Nicola Sturgeon, la ciudadanía deberá permanecer al menos durante todo el mes de enero en sus hogares.
Johnson también informó que todas las personas que se encuentran en un grupo de riesgo recibirán en breve una carta para alertarles de la necesidad de volver a aislarse hasta que el número de contagios descienda y el sistema hospitalario vuelva a ganar capacidad de respuesta.
Según destacó el premier en su discurso, difundido por todos los canales de televisión, las hospitalizaciones en Inglaterra aumentaron un 30% la semana pasada y los hospitales están al borde del colapso.
Reino Unido registró este lunes 58.784 nuevos contagios, lo que supone la cifra más alta registrada desde el inicio de la pandemia coincidiendo con la expansión de la nueva cepa del virus, que, según las autoridades británicas tiene una mayor capacidad infectiva. Este lunes fue el séptimo día consecutivo en que los nuevos casos superan la barrera de los 50.000.
Los contagios están aumentando de forma abrupta y los hospitales tuvieron que suspender operaciones y ampliar sus capacidades para atender un número de pacientes superior al de la primera ola.
“Es claro que tenemos que hacer más y hacerlo juntos”, sentenció el primer ministro británico, antes de intentar matizar las malas noticias con la aceleración de la campaña de vacunación de las últimas horas.
Reino Unido fue el primer país en sumar a su plan de inmunización la aplicación de la vacuna de la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca.
El país, que ya inoculó a 1 millón de personas con la vacuna de Pfizer y BioNTech se enfrenta a una nueva ola de contagios desde el descubrimiento en diciembre de una nueva variante del coronavirus.
Con información de Télam
CB