Francia organizará conciertos-test mezclando a espectadores sanos con positivos en COVID-19

Sara Canals

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Con el objetivo de encontrar un modelo apropiado para celebrar conciertos en plena pandemia, Francia organizará tres conciertos-experimento –uno en París y dos en Marsella, entre marzo y abril– inspirándose en el ensayo clínico en la Sala Apolo de Barcelona y que tuvo lugar en diciembre. Así lo anunció la ministra de Cultura, Roselyne Bachelot, a principios de semana, mostrándose “muy optimista” respecto a los conciertos con un público sentado y “más pesimista” en aquellos en los que los espectadores están de pie. 

El anuncio le dio esperanzas al sector del espectáculo, que lleva semanas presionando al gobierno para una reapertura de teatros, cines o salas de conciertos, clausurados en toda Francia desde finales de octubre. No obstante, la celebración de estos estudios científicos dependerá de la situación sanitaria y se llevará a cabo “siempre y cuando la situación no sea catastrófica”, según Roselyne Bachelot. 

Con las fechas aún por concretar, cada concierto seguirá un protocolo distinto con el fin de evaluar mejor el riesgo de contagio. En París, por ejemplo, se exigirá una PCR negativo y los espectadores estarán de pie, mientras que en Marsella el público permanecerá sentado y se incluirá a aquellos que den positivo por COVID-19 antes de la función. En todos los casos, los espectadores serán voluntarios jóvenes y será obligatorio llevar mascarilla y utilizar gel hidroalcohólico durante todo el concierto.

En ambas ciudades, además, los experimentos estarán supervisados por entidades sanitarias públicas: el Instituto Nacional de Investigación de Salud y Medicina (Inserm) en el caso de Marsella y los Hospitales Públicos de París (AP-HP) en la capital francesa. Posteriormente, las conclusiones de estos ensayos se analizarán en una conferencia con científicos europeos en Marsella, el próximo 8 de abril, para establecer un modelo seguro que se pueda replicar en todo el país. 

Mezcla de positivos y negativos en Marsella: “Nos sentimos como conejillos de indias” 

El primer estudio científico tendrá lugar a finales de marzo en Marsella y evaluará los resultados de dos conciertos con 1.000 asistentes cada uno. Ambos se celebrarán en la sala de conciertos Dôme, un local con una capacidad para 8.000 personas. Los voluntarios deberán hacerse una prueba PCR entre 24 y 48 horas antes del concierto y dos pruebas más al cabo de siete y 14 días del espectáculo. A diferencia del ensayo en la Sala Apolo de Barcelona, no se filtrará a aquellos que den positivo por COVID-19 para que el experimento sea lo más realista posible. Tampoco habrá distancia social entre la mitad de los asistentes.

Según Vincent Estornel, médico y miembro del grupo de expertos que organiza los conciertos en Marsella, los voluntarios serán jóvenes sin patologías previas. “Reclutaremos a estudiantes de entre 20 y 30 años de la Universidad de Aix-Marseille. A través de una plataforma, deberán rellenar un formulario y aceptar una serie de parámetros. Evidentemente, la entrada será gratuita”, detallaba Estornel este jueves en una entrevista en la radio Europe1.

Sin embargo, el hecho de mezclar a positivos con negativos genera dudas e inquietudes entre los estudiantes. “Nos preocupa que pueda suponer un peligro para nosotros y queremos que haya garantías”, explica Rémi, portavoz del Sindicato de Estudiantes Solidarios de Aix-Marseille, a este diario. “Aunque no seamos considerados como población de riesgo, mezclarse con infectados con COVID-19 es arriesgado. Preferimos que se solucionen temas como la precariedad estudiantil, en vez de organizar conciertos. Nos sentimos como conejillos de indias.” 

Según el Ministerio de Cultura, la participación de los infectados en este experimento es crucial. “Tenemos que ponernos en situación”, decía Roselyne Bachelot esta semana. En la misma línea, Vincent Estornel opina que “los conciertos que se han celebrado hasta ahora, como el de Barcelona o Alemania, no han tenido en cuenta el riesgo real de posibles brotes” mientras que este experimento busca “resultados realistas para soluciones realistas”. Este médico también asegura que se adaptarán “todas las medidas posibles para garantizar la seguridad del público” como, por ejemplo, el uso obligatorio de mascarillas FFP2.

5.000 espectadores en París: el mayor experimento en Europa

En París, el mayor reto será la cantidad de asistentes: el concierto reunirá a 5.000 voluntarios en el recinto AccorHotels Arena —popularmente conocido como Bercy— con capacidad para más de 20.000 personas. En el pabellón, los espectadores estarán de pie durante todo el concierto, sin limitar las distancias, pero deberán enseñar una PCR negativa en la entrada, realizado 72 horas antes del evento.

Dada la magnitud del público, el espectáculo en la capital francesa supondrá el mayor experimento de este tipo realizado en Europa: la Sala Apolo de Barcelona reunió a 463 asistentes, Alemania aglutinó a poco más de 2.000 voluntarios en una prueba similar realizada el pasado agosto y Luxemburgo organizará cinco conciertos-ensayo con 100 asistentes por función a partir de la semana que viene.

Tanto en París como en Marsella, los criterios para estos conciertos aún no cuentan con la aprobación del Ministerio de Sanidad, quien se ocupará de dar el visto bueno a la versión final de los protocolos para cada ensayo. Según este departamento “los protocolos están siendo definidos por equipos de investigación” y a día de hoy “aún no han sido validados por las autoridades sanitarias”. El Ministerio de Sanidad también asegura a elDiario.es que cualquier protocolo debería pasar por un “comité de protección de personas” para garantizar la seguridad de los participantes.

Francia permitirá celebrar festivales en verano

Después de un día de reuniones entre la titular de Cultura, Roselyne Bachelot, y varios representantes de la industria de festivales y espectáculos, el Ministerio de Cultura ha anunciado que permitirá la celebración de festivales en verano: “¡Nuestro objetivo es tener una temporada de festivales en 2021!”, exclamaba Bachelot en Twitter el jueves por la noche. Una noticia recibida positivamente por este sector, quien lleva meses diseñando un protocolo junto con el gobierno. “Ha habido un progreso importante”, dice Aurélie Hannedouche, delegada general del Sindicato de Músicas Actuales (SMA), a este diario. Hannedouche es una de las representantes que lleva meses reuniéndose con el Ministerio de Cultura para definir este protocolo y su entidad representa a más de 500 centros culturales, entre ellos 150 festivales.

En un comunicado oficial, el Ministerio detalla un protocolo sanitario reforzado para los festivales, tanto interiores como exteriores: se limitará el aforo a 5.000 asistentes, se deberá respetar la distancia de seguridad y el público tendrá que estar sentado. Según el informe, “si la situación sanitaria se degrada” se ajustarán el aforo y protocolo establecidos, mientras que “si la situación mejora, se podrá plantear un aforo superior a 5.000 personas o autorizar que el público esté de pie”. 

A pesar del progreso de esta semana, Aurélie Hannedouche revela que, desde el sector, sigue habiendo muchas dudas: “No sabemos a partir de cuándo podremos empezar a organizar festivales, ni si los bares y la restauración en los recintos estarán permitidos. Tampoco se ha especificado si la distancia social será entre individuos o entre grupos de personas”. Asimismo, el Ministerio de Cultura propone una ayuda de 30 millones de euros para los festivales, una cantidad que los representantes consideran inviable. “Si tenemos en cuenta que cada año se celebran 6.000 festivales en todo el país, nos quedan 100.000 euros por concierto. Es insuficiente”, dice Hannedouche.