La ola polar no da tregua y el sistema energético argentino atraviesa su semana más crítica en años. Con temperaturas bajo cero en casi todo el país, este jueves se mantuvieron los cortes de gas a la industria y a las estaciones de GNC, mientras el Gobierno decidió liberar los precios de las garrafas justo cuando el gas envasado se convirtió en la única alternativa para millones de hogares.
El Comité Ejecutivo de Emergencia, convocado por la Secretaría de Energía, extendió hasta este viernes las restricciones al GNC y a grandes usuarios industriales, con el fin de preservar el suministro para hospitales, escuelas y residencias. El servicio sigue cortado en provincias como Mendoza y regiones enteras del Centro y Cuyo. Las estaciones de servicio no pueden cargar GNC desde hace días, situación que afecta la movilidad urbana y el transporte de carga.
En paralelo, el Área Metropolitana de Buenos Aires sufrió nuevos cortes de luz que afectaron a unos 10.000 usuarios en barrios como Recoleta y partidos del conurbano bonaerense como Quilmes, Ezeiza, La Matanza y Merlo. El frío extremo provocó escarchas en calles y autos congelados en varias localidades del Gran Buenos Aires, y obligó a los alumnos y trabajadores a salir a la calle con hasta tres camperas.
En este contexto, el Gobierno eliminó los precios de referencia para las garrafas de GLP y desreguló por completo el mercado con el Decreto 446/2025. La medida, anunciada por el ministro Federico Sturzenegger, permite precios “libres”, habilita importaciones y elimina autorizaciones previas para operar como fraccionador o distribuidor.
Los valores que hasta ahora orientaban el mercado —$10.500 para garrafas de 10 kg, $12.600 para las de 12 kg y $15.750 para las de 15 kg— quedaron sin efecto en medio de una demanda récord del producto. Según la Cámara de Empresas Argentinas de Gas Licuado (CEGLA), el consumo de garrafas creció hasta un 30% interanual y muchas zonas del país están al borde del desabastecimiento.
El 46,3% de los hogares argentinos depende del gas envasado para cocinar y calefaccionarse. El GLP se volvió esencial en las zonas sin gasoducto, donde la ola de frío paralizó industrias, congeló cañerías y dejó sin alternativas a miles de familias. Las empresas del sector trabajan al máximo de su capacidad, coordinando con municipios y provincias para distribuir garrafas en los puntos más críticos.
La emergencia energética estalló esta semana cuando una serie de eventos simultáneos desestabilizó el sistema:
- El martes 2 de julio fue el día más frío desde 1991, con un pico de demanda prioritaria de hasta 100 millones de m³ diarios.
- Hubo fallas en plantas clave de Vaca Muerta —como La Calera y Aguada Pichana— donde el frío paralizó equipos e interrumpió la inyección de gas.
- Un incendio en Río Neuquén y problemas en la planta compresora Churrón agravaron la falta de presión en los gasoductos.
- El gasoducto Perito Moreno (ex Néstor Kirchner) funcionó al 70% de su capacidad.
La red se quedó sin presión suficiente y hubo que interrumpir el servicio incluso a industrias con contratos “firmes”, algo inédito en los últimos 15 años. En Mar del Plata, más de 1.000 hogares, escuelas y hospitales tuvieron que ser reconectados manualmente por técnicos de Camuzzi, debido al apagado automático de reguladores por baja presión.
La electricidad también colapsó. El martes, el país alcanzó un récord histórico de demanda de 28.119 MW, según Cammesa, lo que obligó a cortes preventivos. En zonas como el AMBA, la situación se agravó por la saturación del sistema en plena ola polar.
El Servicio Meteorológico Nacional anticipó que las bajas temperaturas seguirán: para este viernes se esperan mínimas de 5 grados y máximas de 13; el sábado habrá neblinas y cielo nublado con registros similares, y el domingo persistirá el frío con mínima de 9 y máxima de 13 grados.
Frente a este escenario, el Gobierno priorizó el ajuste fiscal: demoró el reemplazo del gas por combustibles líquidos en las centrales térmicas —una decisión más costosa pero necesaria— y optó por cortar el servicio antes que aumentar la importación de GNL.
JJD