La actriz Verónica Echegui, quien saltó a la fama por su papel en Yo soy la Juani, de Bigas Luna, murió a los 42 años víctima de un cáncer, tal como confirmaron fuentes cercanas a la intérprete. El fallecimiento se produjo el domingo 24 de agosto tras haber estado varios días ingresada. Echegui se convirtió en uno de los rostros más populares del cine español gracias a su refrescante y descarado papel de una joven de barrio que quiere ser actriz y que le valió una nominación al Goya a la Mejor actriz revelación.
Aquel papel la catapultó al primer plano de la industria, y comenzó a encadenar papeles con los cineastas más interesantes. Solo dos años después de su primera nominación al Goya logró la segunda como Mejor actriz protagonista por El patio de mi cárcel, la ópera prima de Belén Macías que compitió por la Concha de Oro del Festival de Cine de San Sebastián. A su presencia magnética se rindieron directores como Cesc Gay, Manuel Martín Cuenca, Eduardo Chapero-Jackson o Icíar Bollaín, que con Katmandú, un espejo en el cielo le daría su tercera nominación al Goya.
La cuarta llegaría como actriz de reparto por La gran familia española, la comedia de Daniel Sánchez Arévalo en 2014, y la quinta en la misma categoría siete años después por Explota, explota, el musical sobre la censura en la televisión durante el franquismo a ritmo de canciones de Raffaela Carrá. Solo un año después ganaría el galardón de la Academia de Cine en la categoría de Mejor corto de ficción por Tótem Loba, su debut en la dirección y en donde abordaba la violencia contra las mujeres.
En aquella ceremonia, Echegui protagonizó uno de los momentos más comentados cuando en su discurso se dirigió al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que había acudido a la gala. “Me encantaría que la vieras con tus hijas y con tu mujer y luego hablamos. Tómatelo en serio”, le dijo en un vídeo que rápidamente se hizo viral. El propio presidente ha sido uno de los primeros en publicar un mensaje de condolencias a través de sus redes sociales: “Recibo impactado la noticia del fallecimiento de Verónica Echegui, una actriz con un talento y una humildad enormes que se marcha demasiado joven. Mi abrazo sincero en estos momentos tan duros para toda la familia y amigos”.
En los últimos años había alternado sus papeles en cine en títulos como Justicia Artificial o Yo no soy esa con series como la adaptación de la novela de Almudena Grandes, Los pacientes del doctor García; Citas Barcelona o A muerte, el que hasta ahora es su último trabajo, aunque recientemente había rodado la miniserie de Netflix Ciudad de sombras. En una entrevista en la revista Fotogramas por su última serie la actriz abordaba cómo “esta sociedad se ha esforzado mucho en que tengamos miedo a la muerte”. “Yo, más que miedo a la muerte, tengo miedo a la enfermedad y al sufrimiento”, aseguraba.
Aunque debutó en la televisión en series como Paco y Veva, fue aquel papel de la Juani el que le cambió la vida. En una entrevista, Bigas Luna recordaba que ella le dijo que no le iba a decepcionar y que así fue. “Yo siempre trabajo con gente con la que puedo ir a cenar. Es una selección que hago siempre, ya sea un eléctrico o un director de fotografía, y Verónica tiene una actitud ante la vida muy luminosa”, decía entonces el cineasta al periodista Miguel Munárriz sobre lo que le enamoró de Echegui, esa luz y esa predisposición a todo.
La actriz, que recordaba en una entrevista para la revista AISGE que supo que quiso ser actriz desde los nueve años, trabajó en una cadena de restauración para poder pagarse los cursos de teatro de improvisación. Cuando aprobó la selectividad se presentó a la RESAD y allí la cogieron. Comenzaba la formación de una actriz todoterreno para la que el cine fue algo más que una profesión. “Las películas han sido mi manual de autoayuda, mi refugio, mi todo”, decía en la misma publicación.