Organizaciones de Israel denuncian que su país comete un genocidio en Gaza: “Es un ataque claro e intencionado contra civiles”

Emma Graham-Harrison

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Dos importantes organizaciones de derechos humanos con sede en Israel, B'Tselem y Médicos por los Derechos Humanos, dijeron que Israel está cometiendo un genocidio contra los palestinos en Gaza y que los aliados occidentales del país tienen la obligación legal y moral de detenerlo.

En informes publicados este lunes, las dos organizaciones afirman que Israel atacó a civiles en Gaza únicamente por su identidad como palestinos durante casi dos años de guerra, causando daños graves y, en algunos casos, irreparables a la sociedad palestina.

Múltiples organizaciones internacionales y palestinas ya calificado la guerra de genocida, pero los informes de dos de las organizaciones de derechos humanos más respetadas de Israel y Palestina, que llevan décadas documentando abusos sistemáticos, probablemente aumentarán la presión para que se tomen medidas.

Los informes detallan crímenes como el asesinato de decenas de miles de mujeres, niños y ancianos, desplazamientos forzados masivos y hambruna, y la destrucción de viviendas e infraestructuras civiles que privaron a los palestinos de la asistencia sanitaria, la educación y otros derechos básicos.

“Lo que vemos es un ataque claro e intencionado contra la población civil con el fin de destruir a un grupo”, dice Yuli Novak, directora de B'Tselem, quien pidió que se tomen medidas urgentes. “Creo que todo ser humano debe preguntarse: ¿qué harías ante un genocidio?”.

Novak sostiene que es fundamental reconocer que se está produciendo un genocidio, aunque no haya una sentencia de la Corte Internacional de Justicia. “El genocidio no es solo un delito legal. Es un fenómeno social y político”.

Médicos por los Derechos Humanos (PHR, por sus siglas en inglés) se centra en su informe en un relato cronológico detallado del ataque al sistema sanitario de Gaza, con muchos detalles documentados directamente por el propio equipo del grupo, que trabajaba regularmente en Gaza antes del 7 de octubre de 2023.

Su director, Guy Shalev, señala que la destrucción del sistema sanitario por sí sola convierte la guerra en genocida según el artículo 2c de la Convención sobre genocidio, que prohíbe infligir deliberadamente condiciones de vida calculadas para destruir a un grupo “en su totalidad o en parte”.

“No es necesario que se cumplan los cinco artículos de la Convención sobre genocidio para que algo sea genocidio”, afirma, aunque el informe también detalla otros aspectos genocidas de la guerra de Israel.

“No podría suceder sin el apoyo de Occidente”

Tanto B'Tselem como PHR denuncian que los aliados occidentales de Israel están permitiendo la campaña genocida y comparten la responsabilidad por el sufrimiento en Gaza. “No podría suceder sin el apoyo del mundo occidental”, dice Novak. “Cualquier líder que no esté haciendo todo lo posible para detenerlo es parte de este horror”.

Shalev dice que Estados Unidos y los países europeos tienen la responsabilidad legal de tomar medidas más enérgicas que las que tomaron hasta ahora. “Se deben utilizar todas las herramientas disponibles. Esto no es lo que pensamos, es lo que exige la Convención sobre el genocidio”.

Israel niega que esté llevando a cabo un genocidio y afirma que la guerra en Gaza es una medida de autodefensa tras los ataques transfronterizos de Hamas el 7 de octubre de 2023, que causaron la muerte de 1.200 personas, en su mayoría civiles. Más de 250 personas fueron secuestradas y llevadas a Gaza, donde 50 siguen retenidas como rehenes, 20 de las cuales se cree que siguen con vida.

Un elemento clave del delito de genocidio, tal y como lo define la convención internacional, es demostrar la intención de un Estado de destruir total o parcialmente a un grupo objetivo.

Tanto PHR como B'Tselem creen que las declaraciones genocidas de políticos y líderes militares, y una cronología de los impactos bien documentados sobre la población civil tras casi dos años de guerra son prueba de esa intención, incluso sin un rastro documental de órdenes de las altas esferas.

El informe de PHR detalla cómo “la intención genocida puede inferirse del patrón de conducta”, citando el precedente legal del Tribunal penal internacional para Ruanda.

“Israel tuvo tiempo de detener este ataque”

La extensa documentación recopilada por médicos, medios de comunicación y organizaciones de derechos humanos durante un largo período de tiempo hace que el Gobierno de Israel no pueda alegar que no comprendía el impacto de sus acciones, defiende Shalev. “Israel tuvo tiempo y oportunidades suficientes para detener este ataque sistemático y gradual”.

Desde el inicio de la guerra se registraron incitaciones al genocidio. Es uno de los dos asuntos sobre los que el juez israelí que lleva del caso en la Corte Internacional de Justicia votó con la mayoría al ordenar medidas de emergencia para proteger a los palestinos del riesgo plausible de genocidio.

“No necesitamos adivinar lo que está haciendo Israel y lo que está haciendo el Ejército israelí, porque desde el primer día de este ataque, los líderes israelíes, los más altos dirigentes, los líderes políticos, incluidos el primer ministro, el ministro de Defensa y el presidente de Israel, dijeron exactamente eso”, dice Novak. “Hablaron de animales humanos. Hablaron del hecho de que no hay civiles en Gaza o de que hay toda una nación responsable del 7 de octubre”.

“Si los dirigentes de Israel, tanto los militares como los políticos, conocen las consecuencias de esta política y siguen adelante con ella, está muy claro que es intencionado”, asegura.

La destrucción de la infraestructura sanitaria, dos años sin atención médica y el asesinato de trabajadores sanitarios también significan que el número de víctimas del genocidio seguirá aumentando incluso después de que cualquier alto el fuego detenga los combates, explica Shalev.

“Por ejemplo, hace meses que no hay máquinas de resonancia magnética en Gaza, así que ¿qué pasa con todas las enfermedades y dolencias que no se diagnosticaron durante todo ese tiempo? Hay casos de malnutrición y enfermedades crónicas que no se trataron, y vamos a ver los efectos de eso durante los próximos meses y años”.

Si bien los medicamentos pueden traerse en cuestión de días, no hay una forma fácil de reemplazar a los trabajadores sanitarios que fueron asesinados, incluidos los especialistas que tardaron décadas en formarse, agrega el activista. “Al observar las condiciones de vida, se abre una escala temporal aterradora si queremos creer en un futuro en el que la población de Gaza pueda de alguna manera vivir sus vidas con seguridad y buena salud. Es muy difícil verlo”.

El número de muertos en Gaza a causa de la guerra se acerca a los 60.000, lo que supone más del 2,5% de la población anterior a la guerra. Algunos de los que defienden la guerra de Israel argumentan que es una cifra demasiado baja para que la campaña se considere un genocidio. Novak responde a estas voces e indica que esto se basa en un malentendido fundamental del delito de genocidio, que la convención define como atacar a un grupo “en su totalidad o en parte”. “No significa que haya que matar a todas y cada una de las personas”.

El genocidio contra los palestinos como grupo solo fue posible porque Israel los deshumanizó durante décadas y les negó sus derechos, añade Novak. Los políticos de extrema derecha aprovecharon el trauma colectivo para acelerar una agenda que llevaban años persiguiendo. “[El 7 de octubre] fue un momento impactante y un punto de inflexión para los israelíes, porque les infundió un sentimiento sincero y real de amenaza existencial. Ese fue el momento que empujó a todo un sistema y su funcionamiento en Gaza desde una política de control y opresión hacia una de destrucción y exterminio”.

Preocupación por Cisjordania

Ahora que Israel lanzó una campaña genocida en Gaza, existe un riesgo urgente de que se extienda para atacar a otros palestinos, advierte el informe de B'Tselem.

“El régimen israelí tiene ahora una nueva herramienta que no había utilizado antes: el genocidio. Y el hecho de que esta herramienta o esta política utilizada en Gaza aún no se haya desplegado en otras zonas no es algo con lo que podamos contar durante mucho tiempo”, dice Novak.

Cisjordania es motivo de especial preocupación, con 1.000 palestinos muertos y más de 40 000 desplazados de comunidades como Yenín y Tulkarem, en una campaña de ataques cada vez más intensos y limpieza étnica desde el 7 de octubre de 2023.

“Lo que vemos es básicamente el mismo régimen con la misma lógica, el mismo ejército, normalmente los mismos comandantes e incluso los mismos soldados que acaban de luchar en Gaza. Ahora están en Cisjordania, donde la violencia va en aumento”, afirma Novak. “Lo que nos preocupa y sobre lo que queremos advertir es el hecho de que cualquier pequeño detonante podría hacer que el genocidio se extendiera desde Gaza a Cisjordania”.