Las actuales medidas contra el cambio climático abocan al mundo a un calentamiento sin control de 3ºC

Raúl Rejón

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Promesas sin respaldo. Las actuales medidas para atenuar el cambio climático llevan a un recalentamiento global del planeta de 3ºC al final de siglo. Es el doble del objetivo más ambicioso firmado en el Acuerdo de París e incluso un 1ºC por encima del mínimo aceptable.

Si se pusieran en marcha todas las medidas que los distintos planes climáticos de los países pusieron por escrito, ese límite se proyecta a 2,9-2,5ºC por encima del nivel que había antes de la explosión industrial y el consecuente uso masivo de combustibles fósiles, según el último informe sobre la brecha de emisiones del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA).

Sin embargo, a renglón seguido, el mismo análisis dice que “las actuales promesas de conseguir emisiones netas cero de los países no son creíbles”. ¿Por qué? “Ningún país del G20 está reduciendo las emisiones al ritmo necesario para cumplir esos compromisos por lo que, así, incluso en el mejor de los casos, la posibilidad de atajar el calor extra de la Tierra en 1,5ºC es de un 14%”.

La cuestión es que cuando los cálculos científicos ya hace tiempo que muestran cuál debe ser el sendero de recortes de emisiones que precisa cumplir con el Acuerdo de París, la tendencia todavía es la contraria: en 2022 subió la cantidad de gases de efecto invernadero que se lanzó a la atmósfera, no se redujo. El Acuerdo de París fue adoptado en 2015 y fue firmado voluntariamente por 194 países.

El récord del año pasado sumó 57,4 gigatoneladas de CO2 (cada Gt es mil millones de toneladas) a la capa de gases de efecto invernadero que atrapa el calor y altera el clima. Esa costra es más densa que nunca, según calculó la Organización Meteorológica Mundial hace unos días.

A ese nivel, los recortes para el año 2030 estimados por el PNUMA en su informe son los siguientes: “Un 28% sobre el actual volumen para el objetivo de un recalentamiento máximo de 2ºC y de un 42% para el de 1,5ºC”. Los planes que están ahora mismo encima de la mesa, se quedan en recortes del 2% al 9% en el mejor de los escenarios.

Con este panorama, el exceso de CO2 que se estaría inyectando es como las emisiones actuales de EEUU, China y la Unión Europea todas juntas. “Más que una brecha es un cañón”, afirmó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, tras recibir el informe. “Un cañón empedrado con promesas rotas, vidas rotas y récords batidos”.

En ese sentido, hasta octubre se habían registrado 86 días con una temperatura 1,5ºC más cálidas que su nivel preindustrial. Septiembre pasado fue el mes con más diferencia medida: 1,8ºC más caluroso que esa referencia pre emisiones masivas.

¿Secuestrar carbono a gran escala?

Un aspecto que destacó el análisis del PNUMA es que los países, al retrasar los recortes de sus emisiones de gases de efecto invernadero, “están incrementando su esperanza en eliminar cantidades de CO2 que ya estén en la atmósfera”. El llamado secuestro y almacenaje de carbono. Justo una de las demandas que viene haciendo reiteradamente el actual presidente de la Conferencia del Clima COP28 de Emiratos Árabes Unidos, Sultan Ahmed Al Jaber.

El informe habla de que, a día de hoy, la principal tecnología que se está usando para intentar secuestrar ese CO2 es la reforestación, es decir, plantar árboles. “Se estima que se están almacenando 2 Gt”. Los métodos para absorber CO2 del aire y guardarlo, por ejemplo, bajo tierra aún presentan problemas técnicos, políticos y económicos que hacen que haya riesgo de que “su desarrollo a gran escala no vaya a llegar a tiempo”.

Esta evaluación llega solo unos días antes de que comience la COP28. La cumbre climática debe, en teoría, utilizar el balance de situación actual llevado a cabo durante este año para marcar las siguientes promesas y planes climáticos de todos los países. El peligro es que sean una vez más, como dice la ONU, “promesas no creíbles”. 

RR