Claves

Cómo el cambio climático amenaza a la economía y a la seguridad alimentaria

Rodrigo Ponce de León

Bruselas —

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“El estado general del medioambiente europeo no es bueno. El impacto del cambio climático se está acelerando y la degradación ambiental continúa, amenazando la salud, la prosperidad, la competitividad y la seguridad de Europa”. Esta es la conclusión del informe Medio ambiente y clima en Europa: conocimiento para la resiliencia, la prosperidad y la sostenibilidad, que realizó la Agencia Europea de Medioambiente.

“Europa es el continente que se calienta más rápido del mundo. El clima está cambiando a un ritmo alarmante. Esto amenaza la seguridad alimentaria e hídrica, la salud pública, los ecosistemas, las infraestructuras y la economía. El cambio climático está provocando fenómenos meteorológicos cada vez más impredecibles y extremos. Todos lo hemos presenciado en los últimos años y estos impactos continuarán y empeorarán”, advirtió Leena Ylä-Mononen, directora de la Agencia Europea de Medio Ambiente.

La vicepresidenta de Competencia, Teresa Ribera, señaló que “si Europa, su economía y su estilo de vida quieren sobrevivir y prosperar, debemos actuar con determinación y unidad antes de que sea demasiado tarde. Las crisis climáticas y de biodiversidad se retroalimentan, los ecosistemas desempeñan un papel esencial en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y en la adaptación al cambio climático mediante soluciones naturales. Conservar y restaurar nuestros hábitats naturales puede protegernos contra sequías, inundaciones, incendios forestales y degradación del suelo, y nos ayuda a mitigar el cambio climático, así como a adaptarnos a él. La protección y la restauración de la naturaleza son esenciales para garantizar la viabilidad a largo plazo de nuestros sistemas alimentarios y recursos hídricos”.

Este informe se realiza cada cinco años y los datos son poco alentadores para la UE: más del 80% de los hábitats protegidos se encuentran en mal estado, con fórmulas de consumo y producción insostenibles. Los depósitos que ayudan a eliminar el carbono de la UE se redujo aproximadamente un 30% en una década debido a la tala forestal, los incendios de bosques y las plagas. El estrés hídrico ya afecta a uno de cada tres europeos y se agravará con el cambio climático. Las emisiones de gases contaminantes apenas cambiaron en las industrias del transporte o la alimentación. Los países no están haciendo lo suficiente para adaptarse a las condiciones meteorológicas extremas que está provocando el cambio climático.

“Debemos profundizar en el replanteamiento fundamental del funcionamiento real de nuestras economías. Hay que descarbonizar la economía. En segundo lugar, restaurar los ecosistemas naturales, no solo para proteger la biodiversidad, sino también para fortalecer la resiliencia climática y la seguridad alimentaria e hídrica. En tercer lugar, hay que adoptar la circularidad para reducir los residuos y la dependencia de los materiales, reforzando así nuestra autonomía estratégica. En cuarto lugar, reducir aún más la contaminación para proteger la salud de los ciudadanos y los ecosistemas europeos. Y en quinto lugar, reducir los niveles generales de consumo en toda Europa. En estos tiempos de incertidumbre, Europa no puede permitirse rebajar sus ambiciones en materia de clima, medio ambiente y sostenibilidad”, alertó Leena Ylä-Mononen.

“Tenemos una hoja de ruta, el plan de acción para el futuro. Al mismo tiempo tenemos que enfrentarnos a desafíos. Ahora hay un impulso político en torno a encontrar soluciones”, apuntó la comisaria de Medio Ambiente, Jessika Roswall. Sin embargo, a pesar de la mala situación del medio ambiente, Roswall anunció la semana pasada que había pedido al Parlamento europeo y al Consejo retrasar otro año la regulación contra la deforestación para “evitar la incertidumbre de las autoridades y las dificultades operativas relativas a la tecnología”.

Ante los incendios que han asolado el sur de Europa este verano, Ribera remarcó que “un grupo de alcaldes de países del sur de Europa está pidiendo no comprometer la acción climática de la UE porque no quieren que sus ciudadanos tengan que vivir con 45-50 grados de temperatura durante largos períodos del año. La primera medida de adaptación que necesitamos asegurar es la reducción de emisiones. También hay que aprender y anticipar escenarios por estos eventos catastróficos”.

La directora de la Agencia Europea de Medio Ambiente admitió que “los grandes emisores de gases de efecto invernadero en Europa son el transporte y la agricultura, dado que el sistema energético ya se transformó. Transformar la agricultura a más climáticamente neutra es un gran desafío. Al mismo tiempo, los agricultores europeos están luchando contra los impactos del cambio climático, la escasez de agua o el calor extremo, etc. Es un gran problema”.