Refuerzan el acompañamiento para mujeres vulnerables en el conurbano

La red de centros comunitarios impulsada por parroquias de barrios populares Hogares de Cristo inauguró un nuevo espacio en el conurbano, esta vez en el partido bonaerense de Moreno. El acto fue el viernes y reunió a referentes sociales, religiosos, judiciales y a mujeres de distintas comunidades que participaron de la apertura de este centro destinado especialmente a brindar contención a quienes enfrentan situaciones de consumo problemático, violencia y exclusión. A pesar de la lluvia, hubo una alta convocatoria.

Una frase se repitió con fuerza y sintetizó el sentido del proyecto: “Si te caés, no hay nada de malo en volver a empezar”. Lejos de un formato institucional, el encuentro se vivió como una celebración popular. Con bombos, mates, cantos y abrazos, la jornada estuvo marcada por testimonios de mujeres que contaron su experiencia en primera persona.

El nuevo centro se enmarca en una red que busca crecer en todo el país con un enfoque territorial. No se trata solo de asistencia: la propuesta del Hogar de Cristo intenta reconstruir lazos sociales en contextos atravesados por el abandono estatal. La presencia constante, la escucha activa y la comunidad como forma de cuidado son ejes centrales.

Entre los asistentes estuvo el arzobispo de La Plata, monseñor Gustavo Carrara, referente del ala más social de la Iglesia argentina y figura cercana al papa Francisco. En su intervención, Carrara afirmó que “la Iglesia debe estar donde está el dolor” y reivindicó la necesidad de una presencia pastoral que no se limite al templo.

También participaron referentes del Poder Judicial, entre ellos parte del equipo del camarista federal Alejandro Slokar, cuya presencia fue destacada por los organizadores como un gesto de compromiso con los sectores más postergados.

El padre Leonardo Silio, referente local del Hogar de Cristo, agradeció el apoyo de las parroquias, organizaciones y voluntarios que hicieron posible la apertura. “Este espacio no es un milagro, es fruto del trabajo colectivo y de una mirada concreta sobre cómo acompañar sin juzgar”, dijo durante su intervención.

En un momento de crisis económica profunda, con aumento de la pobreza y retroceso en políticas sociales, la inauguración del centro en Moreno funciona también como señal política: frente al repliegue del Estado, las redes comunitarias siguen sosteniendo la vida en los márgenes.