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Y el meme de la década es: ¿la vecina que “reconstruyó” el mural Ecce Homo en Borja?

Felipe G. Gil

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En 2012, varios de los nombres más buscados en Google fueron Barack Obama, Leo Messi y... Cecilia Giménez. Esta mujer, que tenía por entonces 81 años, era la encargada de restaurar una pequeña pintura mural originalmente pintada por Elías García Martínez en el Santuario de Misericordia de Borja (Zaragoza). ¿La razón? El que podría ser el meme de la década de los años 10.

Recordemos lo sucedido: Elías García Martínez, un catedrático de la Escuela de Arte de Zaragoza, pasaba sus vacaciones en Borja. En 1930 realiza una pintura al óleo, inspirado en el Ecce Homo de Guido Reni. La obra se consideraba de poco valor, pero más de 80 años después se planteó su restauración a una aficionada a la pintura: Cecilia Giménez.

El 21 de agosto de 2012, saltó la noticia en el Heraldo de Aragón: la “restauración” de Giménez había acabado en tragedia. El medio se hacía cargo de lo publicado en el blog del Centro de Estudios Borjanos, en el que se declaraba: “Con profundo pesar tenemos que dar cuenta de un hecho incalificable ya que, en el momento de redactar estas líneas, desconocemos las circunstancias en las que se ha producido, cuya investigación corresponderá a las autoridades competentes”.

A finales de agosto, la noticia llegó a las redes sociales: ese lugar para el que las autoridades competentes y su solemnidad poco importan. El jolgorio fue de tal calibre que en unos pocos días se generaron millones de memes, imágenes de parodia, bromas... una fiesta.

Cecilia Giménez y su 'remix' del Ecce Homo se habían convertido en un fenómeno. Tras una disputas iniciales entre la familia de Elías García y Cecilia Giménez por los derechos de autor de la obra y algún que otro desfalco por parte de un cura que robó parte de la recaudación, el pueblo se dio cuenta de que tenía que rentabilizar el icono pop involuntario con el que se habían encontrado.

Paralelamente, en la red comenzaron a complejizarse las versiones y obras derivadas: el Horno de San Onofre ofrecía una creppe inspirada en él, se hizo un pastel en Australia titulado Ecce Homo Reloaded, se convirtió en un cuadro viviente junto a La Gioconda o el Grito de Munch en Tokyo, se pueden conseguir todo tipo de camisetas (recomendamos la de Kill your Idols) y hasta sirvió de inspiración en la creación de una Ópera cómica, que fue estrenada en Nueva York.

Por supuesto, los principales medios globales cubrieron el fenómeno. Desde un sketch en Saturday Night Live hasta varias piezas en The Guardian. La última vez en 2018, para explicar cómo la vida de Borja nunca sería la misma gracias a la creación de Cecilia Giménez. La imagen del Ecce Homo está ahora en botellas, dedales, peluches, tazas, camisetas y chapas y no solo ha servido para dar trabajo al personal de la iglesia, sino que también está financiando el asilo de Borja.

En palabras de su alcalde, Eduardo Arilla, la restauración fue un “fenómeno mediático, pero también un fenómeno social que está ayudando a la gente”. De hecho, a día de hoy han visitado el Santuario de Misericordia, donde se encuentra el Ecce Homo, más de 220.000 personas de más de 180 países en el mundo. Y el pueblo instaló en el mismo santuario un centro de arte interpretativo en el Santuario, donde los visitantes pueden pintar sus propias versiones de Ecce Homo y adquirir muchos otros productos.

Si todo esto no fuera suficiente, hay también argumentos de carácter académico para alzar el Ecce Homo no ya solo al meme de la década, sino a la categoría de fenómeno artístico o cultural.

“Veo reseñas de la década a punto de terminar y diferentes hitos culturales que nos definieron, pero creo que pocos momentos representan los 10 mejores que el Ecce Homo: una persona común, que toma una tarea compleja en sus manos sin habilidad o preparación y ofrece un resultado desconcertante para la posteridad. Las generaciones venideras tendrán que vivir con esta ”restauración“. Si esa no es una buena metáfora de nuestra política actual, no sé qué lo será 😂”, declaraba la escritora feminista Flavia Dzodan.

En 2017, el periodista Pablo Ortiz apuntaba que “la revista especializada Art Info colocó al Ecce Homo en el número 52 de las obras de arte más icónicas creadas en el mundo entre 2007 y 2012 (por delante de Damien Hirst). Además, el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el más importante del mundo, se interesó por comprarlo. Al menos es lo que dice Scott Cleverdon, que investigó sobre la obra para producir un documental basado en su historia para la televisión británica Sky”.

El aragonés Alberto Sánchez Sánchez concluyó su Máster en Conservación del Patrimonio Histórico en la Universidad de Columbia en Nueva York con la publicación de su tesis Behind the Ecce Homo: Rural Development Policy and the Effects of Depopulation on the Preservation of Spanish Heritage (Detrás del Ecce Homo: políticas de desarrollo rural y los efectos de la despoblación en la conservación del patrimonio español). El investigador declaró en un programa de radio: “No he encontrado a nadie que no reconociera el Ecce Homo de Borja”.

Nadie duda de que se trata de una obra de arte involuntaria. De hecho, la propia Cecilia Giménez perdió hasta 17 kg por culpa del estrés y la vergüenza provocados por haber dejado el Cristo hecho un cristo. Pero tal y como apunta el crítico de arte Antonio García Villarán, “Giménez es a Borja, lo que Picasso a Málaga (...) es un icono del siglo XXI”. Por lo viral, por ser un remix, por las risas y, sobre todo, por incrustarse como pocas obras creadas en España en la cultura popular global: el Ecce Homo de Borja es uno de los memes de la década de los años 10.

FP