Conflicto

EEUU eleva la tensión con Venezuela tras anunciar el despliegue de 4.000 marines en aguas del Caribe

Víctor Honorato

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La destemplada relación diplomática entre EEUU y Venezuela tuvo esta semana otro capítulo de tensión tras el comienzo de un nuevo despliegue militar estadounidense en el mar Caribe. Participarán en él 4.000 marines, barcos, aviones y hasta un submarino con el argumento de luchar contra el narcotráfico. Venezuela ha respondido con el anuncio de un plan para armar a milicianos para el supuesto de una hipotética invasión estadounidense.

La noticia del despliegue, adelantada por la CNN, la corroboró posteriormente la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Katerine Leavitt. A la pregunta de si la nueva operación contemplaba también el desembarco de tropas, contestó que el país contemplaba “usar todo su poder” para frenar el flujo de drogas de Venezuela a EEUU, e insistió en que el líder venezolano, Nicolás Maduro, es el jefe de un cártel, además de un gobernante ilegítimo. Ofrecen ahora 50 millones de dólares a quien dé información que lleve a su arresto.

Entre los medios asignados a la misión de vigilancia se incluyen un submarino nuclear, aviones de reconocimiento P8 Poseidon, varios destructores y un barco de guerra equipado con misiles.

El gobierno venezolano reaccionó a la operación militar con una iniciativa para armar a 4,5 millones milicianos de cara a una hipotética invasión estadounidense tras lo que Maduro calificó de “renovación de las amenazas extravagantes, estrambóticas y estrafalarias” estadounidenses.

Otros gobernantes latinoamericanos reaccionaron ante la noticia. El presidente colombiano, Gustavo Petro dijo en una reunión televisada del consejo de ministros que “los gringos están en la olla si piensan que invadiendo Venezuela resuelven su problema, (y con eso) meten a Venezuela en el caso de Siria”.

El asesor para Asuntos Internacionales de la Presidencia brasileña, Celso Amorim, señaló también su “preocupación” por el despliegue.

Hace unos meses se hizo público una carta del secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien recordaba que el ejército estadounidense tiene por tarea defender la patria, lo que incluye “sellar las fronteras, repeler toda forma de invasión, incluida la inmigración masiva, el tráfico de drogas, el contrabando de seres humanos y otras actividades criminales, así como deportar a inmigrantes ilegales en coordinación con el Departamento de Seguridad Nacional”.

La tensa relación entre ambos países sufre vaivenes desde el regreso al poder de Donald Trump. Si a principios de año, como parte de su cruzada contra la migración irregular, el mandatario estadounidense acusaba al Gobierno de Maduro de enviar a pandilleros criminales al país, en los últimos meses el acuerdo para un canje de presos y el tímido regreso de la petrolera Chevron al país parecieron dulcificar las relaciones. El anuncio del nuevo despliegue vuelve a elevar la temperatura.

Los países de la ALBA hacen un llamado a la unión regional ante “amenazas” de EE.UU.

Los gobernantes de los diez países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), reunidos este miércoles por videoconferencia, hicieron un llamado a la unión latinoamericana y caribeña ante las que señalaron como “amenazas” de Estados Unidos, nación a la que acusaron de llevar a cabo un “despliegue militar” en “aguas del Caribe”.

Durante las casi dos horas y media de la “cumbre del ALBA más corta de la historia”, como la llamó el presidente venezolano, Nicolás Maduro, los jefes de Estado y de Gobierno del bloque insistieron en la unión regional ante la “clara intención” que, aseguraron, tiene EE.UU. de “imponer políticas ilegales, injerencistas y contrarias al orden constitucional de los Estados de América Latina y el Caribe”.

Maduro, quien encabezó el encuentro desde Caracas, aseguró que “es tiempo de la unión” entre los pueblos de la región para consolidarla como un “territorio de paz”, en vista, dijo, de “la política que el Gobierno imperialista” de EE.UU. “pretende implementar ahora” con América Latina y el Caribe.

Asimismo, el chavista hizo un llamado a la “unión de todos los pueblos rebeldes, de todos los movimientos sociales” de América Latina, el Caribe, de EE.UU., de África y “más allá”, en defensa del “derecho del pueblo venezolano a la soberanía, a la paz, a la autodeterminación y a su futuro”.

La ALBA, integrada también por Cuba, Bolivia, Nicaragua, Dominica, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, San Cristóbal y Nieves, Granada y Santa Lucía, fue convocada un día después de que la Casa Blanca asegurara que EE.UU. está preparado para “usar todo su poder” para frenar el “flujo de drogas hacia su país”.

El martes, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, preguntada previamente sobre el despliegue de tres buques con 4.000 soldados en las aguas del Caribe cerca de Venezuela, dijo que el presidente estadounidense, Donald Trump, “está preparado” para frenar el narcotráfico y “llevar los responsables ante la Justicia”.

Trabajar “juntos”

Durante su intervención en la XIII Cumbre Extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de la ALBA, el copresidente de Nicaragua Daniel Ortega criticó que “América Latina entera no haya reaccionado de manera unánime y fuerte ante la amenaza (...) de Washington”, que duplicó a 50 millones de dólares una recompensa por información que conduzca al arresto del chavista.

“No ha habido una respuesta contundente de la comunidad de Estados latinoamericanos y caribeños, no la ha habido, y eso es cobardía, eso es sumisión, eso es rendición”, dijo.

Por tanto, subrayó la necesidad de “unir fuerzas” y de que “salga la dignidad de los gobernantes latinoamericanos para defender la soberanía de sus propios pueblos”.

El primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, también abogó por “trabajar juntos” en medio de una “desafortunada intensificación de las actividades contra Venezuela y Cuba de parte de algunas fuerzas políticas en Norteamérica”.

El jefe de Gobierno sanvicentino defendió que estos dos países “tengan la libertad de escoger sus propios caminos de desarrollo”.

Por su parte, el presidente boliviano, Luis Arce, sostuvo que los pueblos latinoamericanos deben prepararse para “resistir y vencer” al “fascismo” que acecha a la región, mientras que el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, denunció como “una nueva demostración de fuerza imperial” la supuesta presencia militar de EE.UU. en el sur del mar Caribe.

Al final de la cumbre, la ALBA emitió un comunicado en el que los gobernantes advirtieron que “el despliegue militar estadounidense en aguas del Caribe, disfrazado de operaciones antidrogas, representa una amenaza a la paz y a la estabilidad de la región y constituye una violación flagrante del derecho internacional”.

Con información de EFE