Con apoyo de gobernadores y entre el malestar social, la oposición activa el Congreso por el Garrahan y las universidades
Hubo quórum y la Cámara baja sesiona con varios frentes abiertos. La inclusión a último momento de un proyecto para bajar las retenciones funciona como incentivo para los gobernadores. El compromiso de Martín Llaryora.
Trabajadores del Garrahan fueron al Congreso a defender el hospital público. NA
Con el financiamiento de las universidades y la emergencia en el Hospital Garrahan como caballitos de batalla, la oposición se prepara para arrinconar, una vez más, a Javier Milei en la Cámara de Diputados. Este miércoles, los diputados opositores sesionan mientras, afuera, en las calles del Congreso, los jubilados convocarán una conferencia para lanzar una “Marcha antirrepresiva” para el 16 de julio. Apalancados en el malestar social y el enojo de los gobernadores con la gestión libertaria, la multipartidaria opositora replica su modus operandi y se entusiasma con asestarle una nueva derrota a Milei.
Pasó un mes desde la última vez que la Cámara de Diputados abrió sus puertas y dio media sanción a la ley de emergencia en discapacidad y el incremento a los jubilados. En el medio, Cristina Fernández de Kirchner fue apresada y los gobernadores se pusieron en pie de guerra con Milei por el reparto de los ATN. La actividad parlamentaria se congeló por un mes, y el oficialismo se limitó a adoptar una postura defensiva mientras la oposición intentaba reorganizarse en el medio de sus propias internas partidarias.
La crisis en el Garrahan funciona como gran aglutinador. “¿Quién va a decirle no al Garrahan y a las universidades?”, provocan, sacando pecho, en el radicalismo díscolo de Democracia Para Siempre, impulsor de la sesión. DPS convocó la sesión en soledad como resultado de una interna que mantiene con Rodrigo de Loredo, y enfrentó satisfactoriamente el desafío de garantizar el quórum habiendo decidido jugar en soledad, rechazando incluir en el temario los proyectos que había pedido Unión por la Patria. Finalmente una mayoría circunstancial habilitó abrir el recinto desde el mediodía. Ahora se espera una larga sesión a partir de un temario tan variado.
Quedará en el aire la jugada del jefe de la bancada peronista, Germán Martínez, quien convocó una nueva sesión para esta misma tarde. El peronismo está molesto con Pablo Juliano, titular de DPS, por haberse negado a incluir el rechazo de varios decretos presidenciales que, entre otras cosas, reestructuran el Banco Nacional de Datos Genéticos, desmantelan el Instituto Nacional del Teatro y desregulan la marina mercante. “Les interesaba convocar solo para rapiñarle diputados a De Loredo”, masculló, irritado, un diputado de UxP. La bancada peronista, sin embargo, dio quórum para la sesión original.
Hay dos motivos que explican el entusiasmo opositor, que por lo general tiende a revolcarse en un pesimismo pragmático. El primero, es el comparativo de costo-beneficio para los aliados del Gobierno. El objetivo de la sesión es emplazar a la comisión de Presupuesto, que preside José Luis Espert, para tratar una ley de emergencia pediátrica y otra de actualización presupuestaria para las universidades nacionales. No hay costo fiscal en un emplazamiento, por lo que el costo de enemistarse al Gobierno es menor. Mientras que, por el contrario, el costo político de vaciar una sesión que trata temas tan sensibles es elevado.
El segundo motivo es el guiño que el radicalismo incluyó, a último momento, a las provincias agropecuarias para conseguir su apoyo. ¿Cuál? La inclusión de varios proyectos que apuntan a evitar el aumento de las retenciones a la soja y al maíz que comenzará a operar a partir de julio, tras el vencimiento de la rebaja temporaria que había dispuesto el Ejecutivo a principio de año. Un incremento que tiene al campo en pie de guerra, así como a los gobernadores de la región centro reclamando por una prórroga de la rebaja de los derechos de exportación.
Martín Llaryora, gobernador cordobés
La inclusión de estas iniciativas fue un pedido directo del gobernador cordobés Martín Llaryora, así como de Juan Schiaretti. Ambos dirigentes cuentan con cuatro diputados que les responden y que, por lo general, suelen funcionar como el fiel de la balanza de las sesiones opositoras. Para bien o para mal, los gobernadores son quienes definen el éxito de las iniciativas opositoras, y en la oposición especulan con que la zanahoria de las retenciones funcionará como incentivo suficiente para que varios mandatarios se ven obligados a sentar a sus legisladores.
“El Gobierno está buscando que no haya sesión y a nosotros nos sobra nada, pero con el tema retenciones se le acaban excusas a varios”, deslizó un armador opositor, que digitó el poroteo desde las oficinas de Encuentro Federal. El ojo está puesto, así, no solo en los cordobeses de Llaryora, sino también en algunos diputados con vínculos con el agro, como Fernando Morchio, que responde a Rogelio Frigerio, y el radical Atilio Benedetti.
El capítulo retenciones se cuela, además, como una cuña en el internismo radical. DPS ya logró sumar las firmas de Julio Cobos, Natalia Sarapura y Mario Barletta, y apostó a que la inclusión de un emplazamiento para tratar la baja de retenciones incomodara lo suficiente a varios de sus ex compañeros como para que terminen bajando a dar quórum. En la bancada que conduce De Loredo admitían, por lo bajo, que habría entres 3 y 5 diputados que romperían con el bloque y darían quórum, aunque la mayoría insistirá en no soltarle la mano al Gobierno. Ni siquiera para emplazar una comisión para tratar la emergencia en el Garrahan. Finalmente, apenas pasadas las 12 de este miércoles, la sesión comenzó con el quórum correspondiente.
Martin Menem, presidente de la Cámara de Diputados Télam
En el temario, además, hay otros proyectos. Como la iniciativa de juicio por jurados o una que busca modificar el huso horario. El plato fuerte es una modificación de la ley que regula los DNU, que tiene como objetivo ponerle limitaciones a Milei para gobernar vía decreto. El proyecto, a diferencia del resto, tiene dictamen y podría ser aprobado, pero hay un problema: la oposición no cree que tendrá la mayoría especial para darle la media sanción, por lo que especula con que la sesión se quede sin quórum para cuando llegue el momento de tratarlo.
El otro cabo suelto es qué sucederá con la comisión $LIBRA. La oposición buscará emplazar un proyecto que modifica el mecanismo de designación de autoridades de la comisión investigadora: el objetivo es salir del empate paralizante en el que se sumió la comisión desde que Martín Menem retocó la composición de todos los bloques para hacerse con la mitad de los lugares. En una previa más bien desorganizada, la multipartidaria opositora no estaba del todo segura de poder hacerse con el número.
El protagonismo de la sesión, sin embargo, no lo tendrán ni $LIBRA ni la reforma de la ley de DNU. Será el Garrahan y las universidades: dos puntos nodales de la conflictividad social que viene incomodando, hace semanas, al gobierno libertario. Y el objetivo de la oposición es incomodar aún más.
MC/JJD
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