GUERRA EN UCRANIA

Qué se sabe de la posible ofensiva rusa de la que hablan Kiev y sus aliados

Icíar Gutiérrez

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Con el debate sobre el envío de más armamento como telón de fondo, en Ucrania y Occidente se multiplicaron las voces que advierten sobre la intención de Rusia de llevar a cabo una operación ofensiva próximamente. Aunque los siguientes pasos no están claros, varias autoridades y expertos apuntan a que, probablemente, Moscú intentará adentrarse aún más en el este de Ucrania.

Kiev lleva tiempo advirtiendo de que Rusia se está preparando para lanzar una maniobra militar, un mensaje que ha redoblado en los últimos días. El último en hacerlo ha sido el ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, quien declaró este miércoles que Rusia está preparando una ofensiva de gran envergadura y que podría “intentar algo” para conmemorar el aniversario de su invasión. “Creemos que como ellos (los rusos) viven del simbolismo, intentarán hacer algo en torno al 24 de febrero”, dijo Reznikov a la cadena francesa BFM.

“No hay que subestimar al enemigo”, apuntaló, antes de incidir en que si bien Moscú ha anunciado oficialmente la movilización de 300.000 soldados, “por lo que se ve en las fronteras”, las estimaciones de Ucrania “apuntan a que son muchos más”.

También esta semana, Andriy Yusov, que representa al departamento de inteligencia en el Ministerio de Defensa ucraniano, ha explicado que esperan que los combates se intensifiquen en febrero y marzo. “Estamos en vísperas de una fase muy activa”, dijo en la televisión nacional ucraniana.

Al mismo tiempo, Oleksiy Danilov, secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, aseguró en una entrevista con Sky News emitida esta semana que Rusia se está preparando para una “escalada máxima” y se avecinan los “meses decisivos en la guerra”. “Soy consciente de que los principales combates están aún por llegar y de que se producirán este año, dentro de dos o tres meses”, ha dicho. “[Rusia] Está reuniendo todo lo posible, haciendo simulacros y entrenamientos. Cuando se trata de una ofensiva desde diferentes direcciones, por ahora, puedo decir que no excluimos ningún escenario en las próximas dos o tres semanas”.

“Creo que Rusia realmente quiere algún tipo de gran revancha. Creo que ya la ha iniciado”, dijo el lunes el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. “Y creo que no podrán ofrecer a su sociedad ningún resultado positivo convincente en la ofensiva. Confío en nuestro Ejército. Los detendremos poco a poco, los destruiremos y prepararemos nuestra gran contraofensiva”.

Washington también ha indicado que espera que Ejército ruso intente pasar a la ofensiva en las próximas semanas y meses a medida que el tiempo mejore.

“Vemos que se están preparando para más guerra, que están movilizando más soldados, más de 200.000, y potencialmente incluso más que eso”, ha dicho por su parte el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. “Y sobre todo, no hemos visto ninguna señal de que el presidente Putin haya cambiado su objetivo general de esta invasión, que es controlar a un vecino, controlar Ucrania.

En una entrevista reciente con elDiario.es, el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, manifestó igualmente la probabilidad de que Rusia intente una ofensiva en primavera.

Una ofensiva, ¿dónde?

En estos momentos, la línea de frente parece mantenerse más o menos estática, a excepción de Bakhmut, foco durante meses de una encarnizada y costosa batalla para ambos bandos que ha devastado esta ciudad de Donetsk, en el este, y sobre la que Rusia sigue intentando avanzar con el apoyo de los mercenarios del grupo Wagner. También hay intensos combates en Vuhledar, al suroeste de la región de Donetsk.

A la espera de cómo se desarrollan los acontecimientos en el campo de batalla y sin solución diplomática a la vista, la forma en que Moscú puede desplegar su potencial ofensiva tras meses de reveses militares ha sido objeto de especulación.

La semana pasada, Danilov afirmó en otra entrevista que Moscú está preparando una nueva oleada de ofensivas contra Ucrania para el 24 de febrero, y aseguró que las tropas rusas han recibido el “encargo” de “ir más allá de las fronteras” de las regiones orientales de Donetsk y Lugansk. 

Por su parte, el ministro de Defensa ha vaticinado que el Ejército ruso podría intentar una ofensiva probablemente en dos zonas: el este del país, escenario de intensos combates a lo largo de la guerra, y el sur.

El coronel ucraniano Serhiy Hrabskyi ha indicado que Moscú no tiene fuerzas suficientes para llevar a cabo un ataque desde diferentes lados a lo largo de los 1.500 kilómetros de la línea del frente y cree que concentrará sus esfuerzos en un futuro cercano en apoderarse de Donetsk y Lugansk. El jefe de la dirección principal de inteligencia militar (GUR) ucraniana, Kirill Budanov, también declaró al Washington Post que las fuerzas rusas se centrarán en ocupar más territorio de estas dos regiones.

Los analistas del think tank con sede en Washington Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, en inglés) creen que las fuerzas rusas parecen estar preparándose para una ofensiva “inminente” en los próximos meses en el este, especialmente en Lugansk.

“Es probable que el Ejército ruso siga acumulando fuerzas convencionales en Lugansk y aumente el despliegue de los efectivos movilizados restantes en el este de Ucrania en apoyo de un inminente esfuerzo estratégico decisivo en el oeste de Lugansk”, dijeron los investigadores en su informe el martes. El ISW también cree que los ataques localizados contra Vuhledar y otras localidades en Donetsk y Zaporiyia “probablemente tengan la intención de dispersar a las tropas ucranianas y establecer las condiciones para la ofensiva rusa decisiva” en el oeste de Lugansk, y quizás intenten volver a capturar Limán, en Donetsk, recuperada por Kiev.

El gobernador de Lugansk, Serhiy Haidai, ha afirmado que las fuerzas rusas se preparan para una ofensiva en febrero en la región.

Durante la invasión lanzada hace casi un año, las tropas rusas han intentado apoderarse de la totalidad de las regiones Lugansk y Donetsk, el territorio que reclaman los separatistas prorrusos y epicentro de un conflicto armado desde 2014. Ambas componen el Donbás, cuya anexión fue anunciada por el Kremlin en un movimiento condenado internacionalmente. La ofensiva rusa capturó casi todo Lugansk durante el verano, pero Donetsk escapó al mismo destino.

A mediados de enero, varios medios de comunicación ucranianos informaron, citando a la Dirección de inteligencia, de que Vladímir Putin ha dado instrucciones al nuevo comandante de la agrupación conjunta de fuerzas rusas en Ucrania, Valeri Guerásimov, para que se apodere del Donbás para marzo.

Entre otras posibilidades que se han mencionado en los últimos días, el New York Times recogía esta semana, citando a autoridades ucranianas y analistas militares, que Moscú podría estar preparándose “para abrir un nuevo frente, empujando a través de la frontera rusa para recuperar territorio en Sumy o Járkov, en el noreste”, de donde sus fuerzas fueron expulsadas hace meses. Según el diario estadounidense, Rusia también “podría estar intensificando los combates en el frente oriental para desviar recursos ucranianos y mermar la capacidad de Kiev para lanzar su propia ofensiva”.

Budanov, de la inteligencia militar ucraniana, asegura que una nueva ofensiva de las fuerzas estacionadas al norte es poco probable y “un intento de distraer y dividir a las tropas de Kiev”.

El experto en el Ejército ruso Michael Kofman sostiene que el área del Donbás seguirá siendo probablemente el centro de atención de Moscú. A su juicio, en términos de objetivos rusos, si consiguen tomar esta parte del este del país, “puede que también quieran empujar hacia Járkov y otros lugares que sean accesibles”, según explicó la semana pasada en el podcast War on the Rock.

“No suscribo ninguno de esos planes ofensivos fantasiosos de que Rusia va a atacar con un montón de flechas rojas diferentes en el mapa a través de Ucrania de nuevo. No creo que Rusia vuelva a Kiev. Si lo hace, me sorprendería. En cualquier caso, la presencia militar rusa en Bielorrusia tendría que multiplicarse varias veces con respecto a la actual. Y las indicaciones y advertencias estarán ahí con bastante antelación para ver ese tipo de acumulación. Y no es así”, dijo.

“Creo que, de hecho, están difundiendo desinformación inteligente para hacer creer que van a llevar a cabo ofensivas desde Bielorrusia y Belgorod hasta Járkov y desde aquí y allá, para tratar de dispersar y desorientar a las fuerzas ucranianas”, señaló el experto. “La verdadera pregunta es: ¿a quién veremos pasar primero a la ofensiva? ¿Serán las fuerzas ucranianas quizás hacia finales del invierno, principios de la primavera? ¿O serán las fuerzas rusas?”, se preguntaba el experto.

Por lo general, los analistas han sido cautos al pronosticar los próximos pasos en la guerra y han cuestionado la capacidad del Ejército ruso para llevar a cabo operaciones ofensivas a gran escala efectivas.

“La capacidad material es realmente lo que lo impulsa. (...) Y creo que en términos de artillería, municiones, equipos, sin duda tienen limitaciones”, dijo Kofman. “En general, debemos ser francos al decir que hay dudas sobre lo que está ocurriendo con la munición rusa y no hay una claridad del 100%, ni mucho menos, sobre el estado de las fuerzas rusas en Rusia mucho más allá del campo de batalla real”. 

El ISW cree que los rusos pretenden llevar a cabo varias fases de operaciones ofensivas que culminen asegurándose las fronteras de Donetsk y Lugansk. “Estas fases requerirían probablemente entre seis y 12 meses de campaña rusa, si es que son posibles, extrapolando los patrones operativos rusos del pasado y asumiendo unos niveles de poder y capacidad de combate rusos superiores a los que hemos observado desde el comienzo de la guerra”.

Guerra de posiciones

Según informó Bloomberg a finales de enero citando a funcionarios, asesores y otras personas familiarizadas, Putin prepara una ofensiva con la que pretende demostrar que sus fuerzas pueden recuperar la iniciativa tras meses perdiendo terreno, “presionando a Kiev y a sus partidarios para que acepten algún tipo de tregua que deje a Rusia el control del territorio que ahora ocupa”.

Hasta ahora, la opinión generalizada ha sido que Ucrania tenía la iniciativa en la guerra tras las retiradas rusas de Járkov en septiembre y Jersón en noviembre. Sin embargo, el Instituto para el Estudio de la Guerra ha evaluado que, desde entonces, Kiev no ha podido iniciar una nueva contraofensiva importante, lo que ha llevado a que el conflicto se asiente en una “guerra de posiciones” y a que los rusos tengan “la oportunidad de recuperar la iniciativa si lo desean y de elevar el listón para futuras contraofensivas ucranianas incluso si no lo hacen”.

Dan Sabbagh, periodista especializado en Defensa de The Guardian, recuerda en este análisis que algunos de los mensajes sobre una nueva ofensiva son, en parte, políticos, mientras Ucrania “se esfuerza en la interminable campaña de presión para conseguir armas occidentales, desde tanques hasta aviones F-16”.

“Pero la expectativa creciente, al menos entre los servicios de inteligencia occidentales, es que la guerra de Ucrania durará a lo largo de 2023, con Rusia tratando de alargarla para que su ventaja en personal pueda contar. El suministro de armamento occidental nunca parece llegar lo suficientemente rápido, y aunque se espera que la primera oleada de 120 a 140 tanques prometida a Ucrania llegue en Semana Santa, con las tripulaciones entrenadas, podría ser en mayo o más tarde”, escribe Sabbagh.

En el marco de la entrega de más apoyo militar occidental también se ha hablado largo y tendido sobre una posible contraofensiva ucraniana. Budanov, de la inteligencia militar ucraniana, dijo en enero que las fuerzas de Kiev tienen la intención de lanzar una gran contraofensiva en primavera.

Parece que la primavera y el verano “van a ser bastante decisivos”, a juicio de Kofman. “Creo que en la próxima ofensiva, Ucrania tendrá una gran oportunidad para demostrar que puede seguir recuperando territorio en estas condiciones. (...) Si no tiene éxito, Ucrania se enfrenta al peligro real de una contraofensiva. Esto no era un riesgo en Jersón. Los militares rusos no tenían capacidad”.

“Aunque creo que la capacidad ofensiva rusa es limitada, sin embargo, si algo sale mal en la próxima ofensiva de Ucrania, ahora hay un riesgo real”, dijo el experto, antes de plantear una posible operación ucraniana en Zaporiyia, en la que Kiev intente presionar hacia la localidad de Melitópol, ocupada por las fuerzas de Moscú.

La invasión rusa ha dejado a su paso un reguero de destrucción, ha obligado a huir a millones de personas y se ha cobrado miles de vidas. La ONU ha confirmado que al menos 7.110 civiles han muerto y 11.547 han resultado heridos. Se da por hecho que las cifras reales son más altas.