Trump arrasa en las primarias republicanas del Supermartes y se volverá a enfrentar a Biden en las presidenciales de EEUU

Antònia Crespí Ferrer

Washington —

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El Supermartes menos emocionante en años dejó unos resultados igual de poco sorprendentes: una reedición del pulso entre el expresidente Donald Trump y el presidente Joe Biden. Ambos han arrasado y se han llevado la mayoría de delegados que había en juego. Biden ya tiene 1.397 y Trump 923, según la última actualización de AP. Se trata de unas victorias que todas las encuestas ya auguraban y allanan el camino de ambos candidatos a las nominaciones de sus respectivos partidos.

El presidente estadounidense no ha tenido rival y ha superado ampliamente a los resultados registrados por Dean Phillips, congresista por Minnesota, y la escritora de libros de autoayuda Marianne Williamson, quien oficialmente se retiró semanas atrás de la carrera por la nominación demócrata y ha vuelto a concurrir. Por su parte, Trump contaba con el 73,9% de los sufragios, mientras que Nikki Haley, exembajadora de EEUU ante la ONU y exgobernadora de Carolina del Sur, sumaba el 21% cuando se había escrutado el 45% de los votos republicanos.

Este martes 15 estados y un territorio han ido a las urnas para elegir 863 delegados republicanos y 1.420 demócratas. Además, se han sumado los resultados de los caucus demócratas de Iowa, que no se habían sabido hasta la fecha. Más del 30% de los delegados que están en juego –2.429 en el bando republicano y 3.934 en el demócrata– se han repartido esta noche. Los votos emitidos en cada estado se traducen en delegados, que son los que después participarán en las convenciones que el partido Republicano y el partido Demócrata celebran en verano. Será allí, en Milwaukee y Chicago, respectivamente, donde finalmente se decidirán los candidatos para las elecciones presidenciales de noviembre.

Trump ha seguido la noche electoral desde Mar-A-Lago (Florida) donde ha hecho las primeras valoraciones como ganador antes siquiera de saber los resultados de Alaska y California: “Ha sido un día increíble”. Como ha hecho en anteriores discursos, también ha tachado Biden de ser el “peor presidente de la historia” y lo ha culpado de la situación de la frontera y la inflación. El expresidente no le ha dedicado ni un segundo a su rival Nikki Haley, aunque ha pedido unidad dentro del partido.

Los interrogantes de Haley

Una de las pocas sorpresas de la noche ha sido la victoria de Haley en Vermont, donde ha conseguido alrededor 50% de los votos, según AP. Se trata de la segunda victoria contra Trump, después de vencer en las primarias de Washington. A pesar de ello, la exgobernadora termina la noche con el peso de la derrota (solo suma 86 delegados) y una pregunta: ¿retirará su candidatura? Haley ha seguido el recuento de votos con su equipo y no hay planificada ninguna aparición pública. De momento, tampoco ha realizado ninguna valoración sobre los resultados.

En caso de que Haley abandone las primarias en los próximos días, también está la cuestión de si apoyará la candidatura de Trump, o no. Ninguna de las dos opciones es fácil, la primera supone contradecir la imagen anti-Trump que ha construido durante toda la campaña y la segunda significa seguir siendo la resistencia de los moderados dentro de un Partido Republicano completamente plegado a Trump. Hecho que puede acabar convirtiéndola en una paria dentro del partido. 

Los votantes con estudios universitarios han sido el principal grupo que ha apoyado a Haley durante esta jornada, lo que resalta aún más el abismo los separa de Trump. De cara a las elecciones de noviembre, uno de los principales retos del multimillonario durante la campaña de noviembre será solventar esta distancia. De lo contrario, los votantes independientes que este martes se han decantado por Haley podrían acabar sintiéndose más inclinados a votar por Biden en otoño.

Biden gana plácidamente

Biden no ha hecho ninguna celebración pública de su victoria, pero sí que se ha pronunciado en redes después de saber su victoria: “Hoy, millones de votantes en todo el país han hecho oír su voz, demostrando estar dispuestos a luchar contra el plan extremo de Donald Trump de hacernos retroceder”. 

A pesar de que Biden ha arrasado en el Supermartes, el voto protesta es un elemento que pone en evidencia la fragilidad del apoyo de algunos grupos que lo auparon a la presidencia en 2020, como los árabes o los jóvenes. En las primarias de Michigan, un 13,2% de los votantes demócratas marcaron la opción “sin preferencia” en las papeletas como castigo al presidente por su apoyo explícito a Israel.

El principal termómetro del voto protesta por el apoyo de Biden a Israel ha sido Minnesota. Después de Michigan, Minnesota es uno de los estados con más votantes árabes y Minneapolis, una de sus ciudades, tiene una fuerte base progresista. Los líderes detrás de la campaña del voto protesta esperaban obtener al menos 10.000 votos para la opción “sin preferencia” este martes. Al final en Minnesota ha superado el objetivo con creces: más de 40.000 votos, casi un 20%, han sido para la opción “sin preferencia”, según la última actualización de AP. 

Estos votos asignados a la opción de “sin preferencia” también se traducen en delegados que llegaran sin ningún tipo de compromiso a la convención de Michigan. En Michigan ya se otorgaron 2 a esta candidatura. 

La otra sorpresa (anecdótica) de la noche ha sido la votación demócrata en los caucus de la Samoa Americana, donde Biden ha sido derrotado por Jason Palmer. Palmer, un candidato totalmente desconocido hasta el momento.

Los dos titanes de la jornada eran Texas y California. En el primero se han repartían 161 delegados republicanos y 244 demócratas y en el segundo, 169 delgados republicanos y 424 demócratas. En ambos estados Biden y Trump han dominado el recuento desde el principio. 

No obstante, a pesar de su indiscutible ventaja, Biden y Trump tendrán que esperar unos días más para alcanzar la nominación de sus partidos porque ni aunque hubieran conseguido todos los delegados de este Supermartes, habrían llegado a la cifra de 1.968 y 1.215 que necesitan el demócrata y el republicano, respectivamente, para ser candidatos oficialmente.