Análisis

El arca de Alberto

Cuentan en la comitiva presidencial que Antonia tenía dos conejos en Olivos. Antonia es Antonia Macri, la hija de Mauricio Macri y Juliana Awada y habitó en edad temprana la quinta presidencial. Los conejos, una promesa cumplida de alguno de ellos. Arribada la nueva familia presidencial, tiempo después, alguien decidió que los conejos, que habitaban jaulas separadas, se reunieran en una. El resultado no puede sorprender: hoy viven 80 conejos en Olivos. “Antonia vive cerca, puede venir cuando quiera a visitarlos”, dicen una fuente. Alguien acota que Eduardo de Pedro, el ministro del Interior, llevó a la residencia una oveja. No queda claro si hablan en serio. 

El clima en el vuelo que trajo a Alberto Fernández a Santo Domingo reproduce lo que cada viaje en cualquier presidencia. Los funcionarios hacen un switch, se visten de fin de semana y buscan escaparse de la diaria. ¿Disfrutan lo que hacen? Menem solía decir que el poder desgasta a quien no lo tiene. Con menos entusiasmo que la historia de los conejitos de Antonia, en la comitiva vuelven a los suyo y desmienten con bajo grado de indignación que el Presidente no hubiera sido informado por su ministro de Economía sobre la intervención de Edesur, anunciada el lunes en el Palacio de Hacienda. “Todas esas versiones provienen de fuera de la Casa de Gobierno”, se escucha. Igual remate que el párrafo anterior.

Se leyó en los diarios una historia bastante verosímil al respecto, en la saga de los cruces entre voceros de la Casa Rosada y de Economía sobre las desalentadoras señales de la economía: básicamente, la escalada de la inflación, con el registro de 6,6% en enero, 8,9% en alimentos, tres dígitos en la medición interanual. Es verdad que el Indec confirmó esta semana las cifras de crecimiento económico en 2022 (5,2%) y una nueva baja en la tasa de desempleo, en el orden del 6 por ciento. Pero es igual de cierto que la actividad está en franco repliegue y el grueso de creación de empleo responde al monotributo social. Las proyecciones para la economía en el año electoral son desalentadoras, según todos los análisis. Alcanza con salir a la calle, escuchar y ver.

Sobre Fernández, Massa y Cristina Kirchner, principales accionistas del Frente de Todos, se dio una curiosidad esta semana, que refleja el estado de cosas en el oficialismo. El miércoles, mientras el presidente hablaba en Chaco junto al omnipresente Jorge Capitanich, la vicepresidenta Cristina Kirchner encabezaba en el CCK un acto de desagravio a sí misma rodeada de ex presidentes y otros integrantes del Grupo de Puebla. A la misma hora, Massa recibía a un grupo de periodistas en Hacienda para presentar los primeros rudimentos del canje de bonos en dólares para los organismos públicos. Un galimatías que le ha costado incluso a algunos entendidos desentrañar. Entendemos que las dos figuras del vértice institucional de la Argentina ya estaban al tanto del plan de Massa. ¿Sí?

Este, dicen, es el último viaje de Fernández en avión de línea. Se demoró la llegada de una nueva nave presidencial: debía estar alistada para esta gira. Ese tiempo se traduce en menos plata para el proveedor: podría costarle el precio de esta gira. Tiene 49 plazas y suite, al estilo del Tango 01, que pasó a decomiso o algo así. Fernández la espera para sus últimos compromisos internacionales. “Los últimos de este mandato”, acota alguien del equipo, rápido de reflejos.

El Presidente no se hizo ver en Airbus de AA sino hasta que lo abandonó. No pudimos preguntarle si realmente cree que hay un triple empate entre el FDT, Juntos por el Cambio y el inclasificable Javier Milei en las mediciones de intención de voto, como se echó a rodar con intencionalidad en estos días. En el entorno de Macri están preocupados con los números de Milei. Por razones distintas a las del ingeniero, cómo no estarlo (leer a Juan Becerra aquí). Milei protagonizó días atrás un acting frente a una periodista en un estudio de TV. No pasó gran cosa, pero después Fopea salió a repudiarlo. Por menos que eso se crucificaba a Guillermo Moreno (otro personaje de difícil encuadre).

A Fernández lo acompañan en este tramo de su viaje su mujer Fabiola Yañez, el canciller Santiago Cafiero, el fiel Julio Vitobello, secretario de la Presidencia y la vocera Gabriela Cerruti. Seguirán con él este domingo rumbo a Nueva York, donde se sumará Massa y se prepara una de las calesitas habituales de los presidentes argentinos en la ciudad. Finalmente la meca de Washington, para la ansiada foto en el Salón Oval. 

WC/MG