El PRO reaccionó con una dureza inusitada a una noticia que muchos dentro del partido veían venir: la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, confirmó su afiliación a La Libertad Avanza, el partido fundado por el presidente Javier Milei. El gesto es un punto de no retorno en su vínculo con el macrismo, que no tardó en acusarla de romper con sus electores y su propia trayectoria política.
El comunicado partidario, publicado en X, no ahorró en reproches. “Hoy, al darle la espalda a aquellos que la votaron y creyeron en ella, deja atrás una parte muy grande de su reputación, tal vez toda”, dice el texto, en una frase que resume el malestar de los cuadros dirigenciales que fueron sus compañeros durante años. Para el PRO, Bullrich “fue elegida en representación del PRO y fue acompañada por más de 6 millones de votos” en la elección presidencial de 2023, una responsabilidad que, afirman, “no tiene vencimiento”.
La crítica va más allá de la coyuntura. El texto busca marcar una línea de continuidad entre la historia del partido y la decisión que ahora lo hiere, con una frase de alto contenido ético y político: “Los dirigentes alcanzan sus posiciones de poder representando las ideas y la voluntad de muchas personas... al ser elegidos, dejan de ser del todo libres”.
Bullrich presidió el PRO desde 2020 hasta 2023, cuando dejó el cargo para lanzarse como precandidata presidencial. Fue ministra de Seguridad de Mauricio Macri entre 2015 y 2019, y durante la pandemia fue una de las figuras más activas de la oposición al gobierno del peronista Alberto Fernández, del ya fantasmal Frente de Todos (ahora Unión por la Patria). Construyó un liderazgo propio dentro del partido fundado por Macri, disputándole espacios tanto al expresidente como a Horacio Rodríguez Larreta, con quien compitió en la interna presidencial.
Tras derrotar a Larreta en las PASO, Bullrich encabezó la fórmula presidencial de Juntos por el Cambio, acompañada por el radical Luis Petri, quien también es funcionario de Milei: ministro de Defensa. Bullrich obtuvo el tercer lugar en octubre, pero fue clave para la victoria de Javier Milei en el balotaje, al anunciar su apoyo inmediato apenas se conocieron los resultados. Ese respaldo generó una fisura interna en Juntos por el Cambio, con sectores que se alinearon con su decisión y otros que la cuestionaron por considerar que se entregaba a un proyecto ajeno.
Esa alianza táctica se transformó en estratégica cuando Milei la designó ministra de Seguridad (una cartera que la gestión libertaria rebautizó como “de Seguridad Nacional”, en línea con la denominación estadounidense). Desde entonces, Bullrich se convirtió en una de las principales espadas del oficialismo, con un discurso alineado con el ideario libertario. Su estandarte es el protocolo antipiquetes, un aparato represivo que se emplea al menos cada miércoles en contra de las protestas de los jubilados por sus magros ingresos; defiende la baja de la edad de punibilidad, que ahora avanza en la Cámara de Diputados, y acompaña sin fisuras todas las iniciativas del Presidente.
“El PRO, como los electores, aprende de las buenas y malas experiencias, distingue entre las personas y sigue avanzando para cumplir su mandato de cambio”, concluye el comunicado.
JJD