Kicillof activa el protocolo de “última cama” en Provincia, pero Larreta sigue apostando a que bajen los casos en la Ciudad

La segunda ola, el aumento de los casos en el AMBA y el récord de muertes en los últimos días llevaron al máximo la tensión en el sistema de salud y obligan al gobierno nacional a definir si mantiene, flexibiliza o endurece las restricciones en un contexto de lo más delicado. Alberto Fernández deberá definir ante una escena que se repite, mientras el gobierno de Axel Kicillof alerta sobre las consecuencias de un desborde sanitario y el de Horacio Rodríguez Larreta prefiere relativizar las alarmas que suenan y demorar las medidas que reclaman desde provincia de Buenos Aires. 

Ante las dificultades para avanzar con la vacunación masiva y el crecimiento acelerado de los contagios en el último mes, aumentan los casos de sanatorios, clínicas y hospitales que se encuentran al límite de su capacidad para internar a los pacientes de COVID 19 y el sistema público llegó al récord de derivaciones. Por eso, en los últimos días, en el territorio bonaerense ya comenzaron a activar el llamado “protocolo de última cama” para definir cómo actuar ante la emergencia y la falta de plazas. Todavía no se llegó al límite ni hubo casos concretos que trascendieran pero tanto en el sector público como en el sector privado quieren estar preparados. 

La información fue confirmada a elDiarioAR por el jefe de Gabinete bonaerense, Carlos Bianco. “El protocolo de última cama existe desde hace tiempo en todos lados. Hasta hace poco, no había sido necesario hacerlo circular, pero ante la situación que es más compleja y más grave, hay que empezar a instalarlo porque además los médicos tienen que conocerlo desde antes. No es que pueden averiguar en el momento en que tienen que decidir. Tienen que saber desde antes lo que tienen que hacer”, dijo. 

De acuerdo a la información que brindaron a este diario desde el ministerio de Salud de la provincia, no existe una regulación sobre el tema y la decisión queda en manos de los Comités de Bioética Clínica que se pusieron en funcionamiento en los hospitales bonaerenses a partir de una resolución que firmó el ministro de Salud Daniel Gollán en mayo de 2020. Según explican en la Dirección de Investigación y Cooperación Técnica del ministerio, se trata de equipos interdisciplinarios que asesoran a las instituciones de salud en los casos que generen dilemas éticos y pueden estar conformados por representantes religiosos o de la comunidad. Además, existen las recomendaciones del Comité de Ética y Derechos Humanos en Pandemia COVID-19, un organismo de especialistas de distintas áreas que fue creado por Ginés González García en junio pasado.

Sin embargo, nunca como ahora, los criterios que se especifican en la bibliografía internacional se convierten en una referencia ineludible para la situación actual. Ante el desborde sanitario y la escasez de camas, las autoridades están habilitadas para definir quién tiene prioridad en función de urgencia y las posibilidades de salir adelante con el tratamiento. Sólo un descenso en la curva que se disparó en el último mes, puede evitar que los médicos estén obligados a optar y definir quién accede a una cama cuando más de un enfermo la demanda o quién debe ser intubado para ser asistido por un respirador artificial.  

Desde el ministerio de Salud de Gollán informaron el lunes último que en abril es récord el número de derivaciones hospitalarias que se hicieron entre distintas jurisdicciones para evitar el tan temido como anunciado colapso sanitario. “En lo que va del mes ya casi se cuadruplican los traslados de pacientes realizados en comparación con abril del 2020, para garantizar la disponibilidad de camas críticas en el territorio bonaerense”, dice el comunicado oficial. En lo que va del mes, la Unidad de Gestión Centralizada de Camas y Derivaciones (UGCC) del ministerio realizó 1.940 derivaciones de pacientes a establecimientos sanitarios públicos y privados de otras localidades, en la mayoría de los casos desde el Conurbano hacia el interior de la provincia. Es una cifra que va camino a cuadruplicar las 538 realizadas en abril del 2020 cuando comenzó la pandemia. En enero, habían sido 1.664 derivaciones, en febrero habían bajado a 1.423 y en marzo habían llegado a 1744. 

Junto con el reclamo de mayores restricciones, Gollán informó que el nivel de ocupación de camas llegó al 74% y que la situación es crítica, pese a que de 883 camas que tenía la Provincia cuando se inició la pandemia se pasó a 2.200 camas y el objetivo es seguir agregando. Al lado de Kicillof sostienen que el 74% es el promedio a nivel provincial, pero remarcan que existen alrededor de 10 hospitales que están a 100% de su capacidad y eso explica tanto el récord de derivaciones como las situaciones que ya viven quienes hoy necesitan internación en el AMBA. Algo similar sucede en el sistema privado. “Las derivaciones se hacen cada vez más difíciles. Ya hoy tenés pacientes que están dando vueltas 12 ó 13 horas en una ambulancia o en un transporte familiar. Cuando entran y consiguen una cama, ya están con un cuadro agravado”, dicen desde la Provincia.

En el gobierno de Kicillof, deslizan que la situación también se está dando en el territorio de Larreta, aunque se intente esconder, ocultar o minimizar. De acuerdo al parte epidemiológico diario que dio a conocer  este martes el ministerio de Salud de Fernán Quirós,  la ocupación de plazas de las Unidades de Terapia Intensiva (UTI) en los hospitales públicos llega al 84%. El crecimiento de la curva es tan alarmante como exponencial. La semana pasada, ese porcentaje estaba en 61,1%, hace 14 días, en el 48% y el 25 de marzo pasado llegaba apenas a un 27,3% del total, con 123 personas internadas en estado de gravedad. Hoy hay 378 camas críticas ocupadas en el sistema de salud público de un total de 450 y solo quedan 72 camas. Sin embargo, los voceros de salud siguen descartando que se esté avanzando hacia el desborde sanitario. “Estamos muy lejos de eso, está creciendo la ocupación pero no estamos en una situación de saturación para estar con protocolo. En caso de que sea necesario vamos a levantar más camas. Además, el sistema privado se fue haciendo de un número importante de camas en los últimos días y si continuamos con restricciones no tiene que haber problemas”, dijo un colaborador de Quirós a elDiarioAR. Sin embargo, las fuentes consultadas por este medio en los sanatorios de la Ciudad que integran la Unión Argentina de Salud afirman que es necesario reducir los contagios cuanto antes porque, si se mantienen estables, las UTI no van a ser suficientes y no habrá forma de evitar el dilema de la última cama.  

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