Leandro Santoro cerró su campaña en la Ciudad con un mensaje que combinó crítica por dos, al oficialismo porteño y nacional. En un acto sobrio, lejos de los grandes despliegues a los que acostumbran las coaliciones peronistas, apostó a reafirmar su identidad: progresista, universitaria, transversal. El dirigente de extracción radical, primer postulante de la lista Es Ahora Buenos Aires, un frente equivalente a Unión por la Patria, se mostró como una figura capaz de liderar una alternativa democrática frente a lo que denominó crueldad libertaria y desgaste del macrismo.
“Si la política se ha convertido en una carrera a ver quién es más hijo de puta, no cuenten con nosotros”, declaró Leandro Santoro en el aula magna de la Facultad de Medicina de la UBA. A su costado, prolijamente organizada, con unas 900 personas sentadas en las butacas, Claudia Negri, exdecana de esta casa de estudios y segunda ena lista, lo aplaudía enfáticamente cuando anunciaba: “Esta elección puede ser histórica porque estamos cerca de lo que hasta hace poco tiempo parecía imposible”.
A diferencia de la magnitud y de la estética que habitualmente tienen los actos peronistas, el cierre de campaña de Santoro, realizado en un claustro académico y teñido por un progresismo universitario, se caracterizó por la sobriedad y la organización en un espacio limitado donde muchas personas se quedaron afuera sin la posibilidad de ver a su candidato.
Santoro buscó consolidar su perfil universitario, “democrático y progresista”, en contraposición a la narrativa de recorte y privatización impulsada por el oficialismo. “Estamos en la Facultad porque acá están expresadas las pasiones y los sueños de millones de argentinos. Este es el motor de la movilidad social ascendente, consenso que las derechas pusieron en crisis”, dijo el candidato.
El acto comenzó a las 18.45 y se extendió hasta las 19.30 horas. Mientras algunos estudiantes festejaban su reciba y dos militantes de Alejandro Kim, sentados debajo de una sombrilla con la figura de Guillermo Moreno, comentaban irónicamente: “Qué bien los peronistas votando a un radical”, se bajaban de un micro cuatro trabajadores de la economía popular.
“Vinimos antes de salir a cartonear porque queremos apoyar a Santoro. Sabemos que si sigue Macri perdemos nuestro trabajo. No vamos a poder tocar más los tachos y cada vez más gente vive de la basura. Ya nos sacaron los carros y tenemos que levantar lo que reciclamos como animales, siguieron por el transporte y ahora también nos quitaron la obra social”, lamentó Romina Gómez (40), recicladora urbana. “Con Santoro estamos esperanzadas de que podamos seguir trabajando, con él se podría dialogar”, agregó Jésica Gómez (33), compañera de trabajo.
Adoptando un perfil prudente y aprovechando las internas dentro del universo libertario y entre Javier Milei y Mauricio Macri, el candidato de Es Ahora Buenos Aires lidera muchas de las encuestas publicadas en las últimas semanas, y podría consolidarse como una opción competitiva de cada al 2027 dentro de un espacio históricamente relegado en la Ciudad de Buenos Aires.
Su campaña estuvo enfocada en los problemas de la Ciudad, apuntando a Jorge Macri y vinculándolo directamente con el presidente. En simultáneo, hizo lo posible por desmarcarse del kirchnerismo tradicional —particularmente de Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof—, para presentarse como una figura con peso propio: “Santoro es Santoro”, insiste en sus intervenciones públicas, en contraposición de su principal adversario, que dice “Adorni es Milei”.
“Este es un frente para que el peronismo pueda gobernar en la ciudad. Santoro refleja los ideales de una ciudad más justa. Hace 20 años gobiernan los mismos, y hay cada vez más desigualdad. Vemos un proyecto de urbanización trunco. Y la mayoría de los vecinos viven mal”, dice José, 45 años, milita en el Hormiguero.
De origen radical, politólogo, docente y actual diputado nacional, Leandro Santoro se define como un “político no binario”: una síntesis entre peronismo y radicalismo. Una frase, que le gusta repetir, lo resume: “Vivo como militante. Hablo como radical. Pienso como marxista y peleo como peronista”.
Qué dijo el candidato opositor
Santoro convocó a “peronistas, radicales, independientes, de izquierda y liberales con sentido social” a “luchar por lo que nos corresponde” y ganar las elecciones porteñas del domingo próximo. Sostuvo que es momento de hacer de la ciudad de Buenos Aires la “más justa de América Latina, la capital cultural de América y un faro para el resto de las ciudades”.
Al aludir a “la derecha”, conjunto en el que metió a La Libertad Avanza y al PRO, dijo: “La diferencia no es que ellos defienden la propiedad privada y nosotros no. La diferencia es que nosotros también defendemos lo público. Y por eso no permitimos que se vendan los terrenos de la Ciudad para que los vivos de siempre hagan negocios”.
La derecha habla de libertad como si eso estuviera en juego perola libertad no se ejerce en abstracto, se ejerce cuando hay derechos, cuando hay condiciones sociales para elegir
Sostuvo que el adversario político es también un proyecto de ciudad. Uno que —dijo— reproduce desigualdades y promueve el desencanto. “Son perversos en la construcción discursiva. Tratan de engañar a la gente que legítimamente desconfía de la política. Incentivan la desilusión para generar odio y división. Nosotros, en cambio, queremos volver a enamorar a la gente con la democracia y con la política”.
Uno de los puntos más fuertes del discurso fue su crítica a la visión meritocrática que ignora los condicionamientos sociales. “A veces siento que hay personas que creen que el destino está definido por una lotería natural. Que hay gente con talento y gente sin talento. Que el pobre es pobre porque quiere. Y por eso usan a los pobres para enfrentar a los argentinos”.
En ese contexto, abordó el tema de la salud mental como símbolo de las desigualdades persistentes. “No es lo mismo atravesar un problema si tenés plata que si no la tenés. Incluso familias con prepaga no consiguen atención. Esta ciudad se volvió tan injusta que ni el sistema público ni el privado dan respuestas”.
También defendió la educación pública como motor de equidad: “El origen social condiciona el trayecto de vida de las personas. Y si queremos que haya meritocracia de verdad, tiene que haber un Estado de bienestar. Si no, la meritocracia es una excusa para justificar la desigualdad”.
Para Santoro, el debate de fondo es político y ético. “El mercado no organiza la vida con criterios éticos. Eso lo hace la política. Nosotros proponemos un Estado transparente, eficiente, que funcione con la ética de la solidaridad y la responsabilidad social”-
“No tienen solidaridad ni entre ellos, se traicionan entre ellos, se cagan”
“Si se puso de moda la crueldad, no cuenten con nosotros. Si para bajar el riesgo país tengo que hacer sufrir a mi gente, a mis abuelos, a mi historia, a mi país, no cuenten con nosotros. Quieren equilibrar las cuentas públicas, porque hacen bien, ahí sí van a contar con nosotros. Cuentas públicas fuertes y sanas. Pero para eso la Argentina tiene que crecer, tiene que haber inversiones, tiene que haber producción, tiene que haber trabajo. Así aumenta la recaudación, así se generan los dólares que la Argentina necesita para desarrollarse como país. Pero para que eso se produzca, tiene que haber un plan de desarrollo. Por eso es importante defender el sistema de ciencia y tecnología de la Argentina, por eso hay que defender el Conicet, por eso hay que defender la universidad, por eso hay que defender a los investigadores”, dijo Leandro Santoro en otro pasaje fuerte de su discurso de cierre de la campaña electoral porteña.
Y continuó: “Es difícil, porque en ese clima de de época quienes se presentaban al principio con el desarrollismo de centroderecha giraron hacia la ultraderecha. Por eso se desarmó Juntos por el Cambio, porque le compraron el discurso a Javier Milei y después Javier Milei los traicionó. Eso es lo que estamos viendo ahora. Le votaron todas las leyes en el Congreso, se hacían los zonzos cuando se decían barbaridades desde los atriles de la Casa Rosada, e incluso los aplaudían a los funcionarios que decían barbaridades, y cuando vino el momento de cierre de listas le dijeron: a vos no te necesito más. Eso es el símbolo de este modelo. No tienen solidaridad ni entre ellos, se traicionan entre ellos, se cagan en el sentido de pertenencia porque piensan solamente en ellos mismos. Y eso que les está pasando a los dirigentes del PRO, lo que les va a pasar a toda la Argentina si no paramos este proyecto político y económico. Un proyecto fraticida”, dijo el candidato opositor.
En una época marcada por la radicalización de los discursos, su perfil moderado y conciliador (se muestra desarmando una motosierra, símbolo del recorte y del extremismo libertario), podría marcar un cambio de ciclo si se confirma su triunfo en las urnas, sobre todo teniendo en cuenta que Milei se puso al hombre la campaña de su delfín político.
“Por primera vez tenemos una gran posibilidad de fuerza mayor en la Legislatura, sobre todo para llevar a cabo políticas sociales y para repensar el sistema de Salud y vivienda. Es la gran oportunidad para que haya un cambio de paradigma en cuanto a la forma de hacer política”, dijo a elDiarioAR Victoria Montenegro, legisladora y nieta recuperada.
A veces siento que hay personas que creen que el destino está definido por una lotería natural. Que hay gente con talento y gente sin talento. Que el pobre es pobre porque quiere. Y por eso usan a los pobres para enfrentar a los argentinos
Nacido en Caballito, Santoro inició su militancia a los 13 años, en la Juventud Radical del Comité de la calle Formosa. En 1999, tras un accidente de Raúl Alfonsín, fundó la agrupación “Los Irrompibles”, vinculada al alfonsinismo. Admirador de Alfonsín, su distanciamiento de la UCR se produjo con la formación de Cambiemos.
Su acercamiento al kirchnerismo fue gradual, influido por lazos familiares (su madre y su exsuegro Leopoldo Moreau), y consolidado con su participación en el equipo de Cristina Kirchner desde 2015. Aunque en 2012 era crítico del kirchnerismo, en 2017 ya calificaba a Cristina como “la líder indiscutible del campo Nacional y Popular”.
“Vinimos a restablecer una idea de justicia e igualdad, y con nuestros valores dónde la tolerancia es el eje de todo, con una ética profundamente humanista”, insistió Santoro en su discurso de cierre de campaña.
Fue electo legislador porteño en 2017 por Unidad Porteña, donde presentó 179 proyectos propios y 914 como coautor. En 2019 fortaleció su cercanía con Alberto Fernández, aunque más tarde intentó despegarse de esa figura. En 2021 fue electo diputado nacional por el Frente de Todos. En 2023 se presentó como candidato a jefe de Gobierno porteño por Unión por la Patria, pero fue derrotado por Jorge Macri y no participó del balotaje. Actualmente, encabeza la lista de “Es Hora Buenos Aires”, integrada por sectores del PJ, Frente Patria Grande, Kolina y otros espacios aliados.
“La crueldad del abandono es el clima de época. Este es un sistema ideológico que está intentando cambiarnos el alma a los argentinos, que busca que pensemos que lo más importante es la individualidad y el egoísmo, que son capaces de pegarle a los jubilados y sacarles la comida a los chicos”, apuntó el ex radical.
El escenario electoral porteño se ve condicionado por la fragmentación, que juega a favor de Santoro. La división en la derecha entre el PRO, encarnado por Silvia Lospennato, y La Libertad Avanza, con Manuel Adorni, le permite consolidar un electorado progresista. También se beneficia del desgaste interno en el macrismo —particularmente de Horacio Rodríguez Larreta— y de la disputa entre Milei y Macri. Por otro lado, Santoro enfrenta la fragmentación interna del peronismo con las candidaturas de Juan Manuel Abal Medina y Alejandro Kim, aunque su espacio advierte que votar por ellos sería “funcional a Milei”.
“Los jubilados merecen una mención especial esta noche. La democracia tiene una deuda con todos ellos. Pero nunca me imaginé que se pueda tener una crueldad tan inhumana, que va más allá de congelar sus haberes, sino que es un gobierno que celebra cuando les pegan y les quitan sus remedios”, denunció Santoro ante un Aula Magna que lo aplaudía.
Nunca me imaginé que se pueda tener una crueldad tan inhumana… un gobierno que celebra cuando les pegan y les quitan sus remedios
La falta de unidad en el peronismo operó el domingo último como factor clave en los malos resultados de otras provincias como Chaco, Jujuy, Salta y San Luis. En esos distritos, la fragmentación benefició directamente a los libertarios. Sin embargo, en la Ciudad, el cierre de listas que acompañó a Santoro se logró con relativa unidad, salvo por los casos de Abal Medina y Kim. Esta cohesión le permite al peronismo porteño aspirar a romper con la histórica lógica de derrota y comenzar a construir una alternativa real.
“Yo quiero una ciudad que cree oportunidades y que la gente pueda crecer. Es muy injusto pensar que esa oportunidad la tenemos todos y que el mercado va a ser quien solucione los problemas”, reflexionó. “No está en juego la libertad. Acá está en juego la justicia social y de que una familia pueda alimentar a sus hijos, y que esos hijos puedan crecer, independizarse y que puedan ir a la universidad pública”, dijo Santoro y cerró: “Quiero una sociedad donde no esté bien visto humillar al otro”.
LN/JJD