ESPECIES AMENAZADAS

Siguiendo a los tiburones: hallan nuevas pistas sobre sus rutas migratorias y zonas de cría en el Atlántico Sur

Laura Berisso

Mongabay Latam —
19 de julio de 2025 11:43 h

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Una de cada diez especies de tiburones del mundo nada en las aguas del Atlántico Sur. Cuatro grandes migradores —el cazón (Galeorhinus galeus), el tiburón gatopardo (Notorynchus cepedianus), el bacota (Carcharhinus brachyurus) y el escalandrún (Carcharias taurus)— figuran entre los principales depredadores de esta región marina. Sin embargo, sus poblaciones vienen en declive, presionadas por la sobrepesca, la contaminación y el cambio climático.

Una investigación reciente del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET) aporta datos inéditos sobre los movimientos migratorios y de superposición en el uso del hábitat de estos gigantes del océano. El estudio busca diseñar estrategias efectivas de manejo pesquero y conservación.

El estudio fue publicado este año en Aquatic Conservation y es encabezado por el biólogo Agustín De Wysiecki, en coautoría con otros científicos de la región: Noela Sánchez-Carnero, Andrés Milessi y Andrés Javier Jaureguizar. “El trabajo surge de mi tesis doctoral con el objetivo de identificar las zonas de mayor uso y superposición de estas cuatro especies para proteger o recuperar este acervo de predadores tope que tenemos y que es irreemplazable”, señala el experto en diálogo con Mongabay Latam.

Debido al marketing de Hollywood y alguna que otra película, el tiburón ha sido muy demonizado. Se lo puso en el lugar de un monstruo indestructible, grande, malo, agresivo, peligroso para la humanidad. Pero es todo lo contrario

Es irremplazable porque se trata de depredadores fundamentales para mantener el equilibrio marino. Al estar en la cima de la cadena alimenticia, los tiburones intervienen regulando las poblaciones que están debajo a través del consumo directo. Pero su situación es de riesgo: el cazón y el escalandrún están categorizados como en peligro crítico por la UICN, mientras que el gatopardo y el bacota figuran bajo la categoría de vulnerables. De allí la importancia de protegerlos y generar medidas de manejo pesquero todavía escasas en la región, señalan los expertos.

Como indica la Comisión Técnica Mixta del Frente Marítimo (CTMFM), organismo binacional entre Argentina y Uruguay, la explotación comercial intensiva es de las principales amenazas para los tiburones, con particular impacto debido a sus características de fecundidad baja y crecimiento lento, que los tornan especialmente vulnerables.

La información pública referida a la pesca en Argentina es limitada. El último informe disponible con estadísticas pesqueras de condrictios fue publicado por la subsecretaría de Pesca y Agricultura de la Argentina en diciembre de 2023. Este documento refleja la magnitud del fenómeno en cifras. Analizando los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), señala que entre 2010 y 2020 el país se ubicó en el séptimo lugar mundial en capturas de tiburones y rayas, con un promedio anual de 26 871 toneladas.

Ante la insuficiencia de información precisa y pública sobre el impacto de los diversos tipos de pesca y la posible distribución de estas cuatro especies, el estudio conducido por De Wysiecki arroja resultados reveladores: basándose en registros históricos, identificaron áreas centrales de distribución potencial y crianza comunitaria situadas entre Brasil, Argentina y Uruguay, que son claves para optimizar los esfuerzos de gestión conjunta e informar la elaboración de iniciativas de conservación, como la creación de áreas marinas protegidas (AMP).

Tiburones: más que amenazas, amenazados

“Debido al marketing de Hollywood y alguna que otra película, el tiburón ha sido muy demonizado. Se lo puso en el lugar de un monstruo indestructible, grande, malo, agresivo, peligroso para la humanidad. Pero es todo lo contrario”, reflexiona en diálogo con Mongabay Latam Juan Coustet, coordinador de la fundación en defensa del mar argentino Sin Azul No Hay Verde.

Aunque son vistos como una amenaza, los tiburones están hoy entre los animales marinos más amenazados. Además de su biología particular —crecimiento lento, madurez tardía y baja fecundidad—, muchas especies como el escalandrún presentan estrategias reproductivas muy sensibles: solo pueden gestar dos embriones por ciclo y cada tres años, explica el biólogo. Esto limita su capacidad de recuperación frente a la presión humana, que incluye la sobrepesca, la pesca deportiva y recreativa, la contaminación, la degradación del hábitat y el cambio climático.

En el mar Argentino los tiburones rara vez son objeto de comercio. Sin embargo, sí los afecta la captura incidental (bycatch), en particular a través de la pesca de arrastre. Este método, al no ser selectivo, es el más nocivo para el océano, ya que atrapa todo tipo de especies no destinadas a la captura y arrasa con el fondo marino, advierte el referente de la fundación.

Coustet cita como ejemplo un caso emblemático sucedido recientemente en las costas de Puerto Madryn, provincia de Chubut. Un buque arrastrero en plena faena de merluza capturó incidentalmente un tiburón peregrino (Cetorhinus maximus), el segundo pez más grande del mundo. El ejemplar, de nueve metros, fue fotografiado sobre la cubierta repleta de merluza, junto a los marineros sonrientes. “No puede valer más una foto o un trofeo que la vida de un animal”, sentencia Coustet.

Los científicos alertan en el artículo que las poblaciones de las cuatro especies de predadores estudiadas han caído más del 80 % en zonas costeras de la región. Si bien existen planes como el Plan de Acción Nacional para la Conservación y el Manejo de Condrictios (PAN-Tiburones), aprobado en 2009, su implementación se ve obstaculizada por la superposición normativa y la falta de regulaciones específicas.

Por ejemplo, como explicitan en el trabajo, solo las provincias de Buenos Aires (desde 2007) y Río Negro (desde 2023) cuentan con legislación provincial que regula la pesca recreativa de grandes tiburones. En el resto del país, las normas se limitan a algunas áreas protegidas.

Otro de los puntos críticos es la falta de transparencia pesquera. Mientras que en otros países existen registros públicos para saber quién pesca, con qué permisos y cómo se utilizan los recursos marinos, en Argentina esa información es difícil de encontrar. “Todo lo que pasa en nuestro mar se maneja de manera muy hermética”, advierte Coustet, cuya organización impulsa un proyecto para mejorar el acceso público a estos datos.

Mapear el presente con datos históricos

Agustín De Wysiecki explica que para concretar el objetivo de mapear las zonas donde se superpone el uso del hábitat entre las cuatro especies, como se trata de peces de gran tamaño y altamente móviles, la metodología más adecuada eran las marcas satelitales: un chip que suele ser colocado en las aletas de los tiburones y que permite detectar dónde nacieron, cuáles son los patrones migratorios que persiguen y qué hábitats utilizan.

Sin embargo, esta tecnología es sumamente costosa y difícil de acceder en países como Argentina, lamenta el biólogo. Tras no lograr financiamiento en convocatorias internacionales, no bajó los brazos. “Tiene que haber otras formas de hacerlo sin necesitar tanto dinero para estos dispositivos, me dije. Y pensé: bueno, si conociéramos todos los registros históricos de las especies, de alguna manera se podría inferir algún proceso migratorio”.

Así fue como comenzó su novedosa investigación en términos metodológicos: recolectando datos históricos sobre lugares y fechas donde se registró la presencia y capturas de las especies, provenientes de fuentes muy diversas como pesquerías, organismos oficiales como el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), cruceros de investigación y hasta redes sociales.

Relata que Facebook, por ejemplo, fue una herramienta fundamental porque en grupos de pescadores recreativos se comparten fotos de capturas que permiten conocer el momento y el lugar donde estuvieron presentes estas especies. Otra dimensión relevante, además, fue la identificación de capturas de neonatos, lo que sirvió para delimitar posibles áreas de cría.

“Luego de hacer una recopilación exhaustiva de ocurrencias para inferir posibles patrones migratorios y de distribución, trasladamos estos datos a mapas, delimitamos las áreas utilizadas y los superpusimos para observar regiones comunes de uso entre las distintas especies”, precisa De Wysiecki.

Además de novedoso, este abordaje tiene el valor de ofrecer una alternativa ante la escasez de presupuesto e infraestructura, un escenario que se agravó con los recortes en ciencia y ambiente del presidente Javier Milei. “Estamos enfrentando un gobierno que es negacionista del cambio climático, que no dimensiona la importancia de proteger el océano, con todo lo que ello conlleva: es el principal reservorio de dióxido de carbono, el principal generador de oxígeno, la fuente más grande o albergue más grande de biodiversidad del mundo”, advierte Juan Coustet.

Conservación a escala regional

Los investigadores hallaron una interacción muy grande entre las cuatro especies desde el Sur de Brasil y en toda la costa de Argentina y Uruguay. Uno de los resultados que más llamó su atención fue el obtenido al recabar los datos de pesca de neonatos, es decir, crías recién nacidas o dentro de los primeros seis meses de vida.

Al sistematizar los datos y elaborar las cartografías, identificaron que había un solapamiento entre las cuatro especies, lo que indica posibles áreas de cría comunales. Estas abarcan principalmente dos grandes áreas: una de 220 kilómetros al sur de la provincia de Buenos Aires; y otra de 120 kilómetros, en la costa uruguaya.

Desde el punto de vista del manejo y la conservación, estos hallazgos son muy importantes para elaborar medidas de manejo tendentes a la protección de estas áreas concretas, que permitirían cuidar a las especies en su primera etapa de vida, la más vulnerable, asegura el biólogo. Además, demuestran que la protección debe ser planificada y concertada a escala regional y no sólo nacional, con estrategias colaborativas entre Brasil, Uruguay y Argentina.

Referencias

Agustín De Wysiecki, doctor en biología de CESIMAR-CONICET PLAN DE ACCIÓN NACIONAL PARA LA CONSERVACIÓN Y EL MANEJO DE CONDRICTIOS (TIBURONES, RAYAS Y QUIMERAS) EN LA REPÚBLICA ARGENTINA (PAN-Tiburones).

Juan Coustet, Fundación Sin Azul no hay Verde. 2023. INFORME DPP Nº 07/2023 Condrictios: estadísticas pesqueras mundiales y posición Argentina (2010-2020).

PLAN DE ACCIÓN REGIONAL PARA LA CONSERVACIÓN Y PESCA SUSTENTABLE DE LOS CONDRICTIOS DEL ÁREA DEL TRATADO DEL RÍO DE LA PLATA Y SU FRENTE MARÍTIMO.

De Wysiecki, A. M., Sánchez‐Carnero, N., Milessi, A. C., & Jaureguizar, A. J. (2025). Advancing Management of the Main Predatory Sharks Along the Argentine Coast: Leveraging Habitat Use Knowledge and Historical Catch Data. Aquatic Conservation: Marine and Freshwater Ecosystems, 35(2), e70071.

*Este artículo fue publicado orignalmente en el medio Mongabay Latam, el 3 de julio de 2025.

ED