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El preso más célebre de Córdoba se fugó mientras jugaba la Selección y mató a un taxista

Roberto Carmona, detenido ayer por la policía de Córdoba tras su fuga y crimen de un taxista.

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Roberto José Carmona (58) es el preso más célebre de Córdoba, pese a que desde 1997, hace un cuarto de siglo, purga su condena a prisión perpetua en la cárcel chaqueña de la ciudad de Roque Sáenz Peña. En su historial criminal, Carmona carga con tres homicidios: el de una chica cordobesa en 1986; y el de dos presos, en una cárcel cordobesa y en otra chaqueña. Ayer a la tarde, Carmona volvió a matar: la víctima, un taxista cordobés.

En pleno partido por las semifinales del Mundial Qatar 2022 entre la Selección argentina y Croacia, Roberto Carmona volvió a ser noticia: mientras estaba en la zona sur de esta Capital, en el barrio San Roque, visitando a su pareja, se escapó ante un descuido de los guardias del Servicio Penitenciario de Chaco, tomó un taxi y con una navaja asaltó al chofer Javier Bocalón (42), quién se resistió, lo que produjo que el vehículo se descontrolara e impactara a alta velocidad contra una pared y una columna de cemento de electricidad, provocándole heridas en la cabeza de la víctima, que le causaron la muerte. Fuentes de la División Homicidios confiaron a elDiarioAR que el taxista, además de las heridas en la cabeza, presentaba “heridas punzocortantes”, por lo que se sospecha que había sido atacado por Carmona.

El delincuente dejó abandonado al taxista y al vehículo en la esquina de Santa Ana y Félix Paz en el límite de los barrios Las Palmas y Lamadrid y emprendió la fuga a pie. Caminó media cuadra y sorprendió a una mujer en la playa de un supermercado que queda frente al lugar del choque, robándole su automóvil VW Gol, emprendiendo la huida hacia Villa Carlos Paz, pero volvió a chocar en inmediaciones del Centro de Participación Comunal (CPC) de Ruta 20 y siguió la fuga nuevamente de a pie.

Tras el accidente fatal del taxista Bocalón y tras el relato de la mujer asaltada, la Policía dispuso un operativo de recaptura del sospechoso, aunque no se sabía a esa hora –alrededor de las 16.30- que se trataba de Carmona, sino se sabía sólo, que era un delincuente muy peligroso. El operativo incluyó un helicóptero y agentes del Equipo de Tácticas Especiales Recomendable (ETER), que alertados por los vecinos prácticamente peinaron los barrios Alto Alberdi y Los Naranjos.

Cerca de las 18.30, los agentes de la Policía cordobesa, finalmente detuvieron al prófugo en la esquina de Almirante Brown y Luis Agote, en la misma zona del accidente fatal con el taxista. Le secuestraron dos armas blancas con rastros de sangre.

La jefa de la Policía de Córdoba, comisario general Liliana Zárate Belletti declaró a los medios cordobeses que ni la Justicia, ni el Servicio Penitenciario de Chaco le habían informado a la fuerza que ella comanda sobre la presencia de Roberto Carmona en Córdoba; rechazando, de esta manera, sus responsabilidades sobre este nuevo raid delictivo.

Visitas familiares

Roberto Carmona se hizo conocido hace más de 35 años, en el verano de 1986, cuando asesinó a Gabriela Ceppi, la hija adolescente de un reconocido odontólogo cordobés, amigo y colega de los ex intendentes Ramón Bautista Mestre y Rubén Américo Martí.

La pésima conducta en Córdoba, donde asesinó a otro preso, hizo que fuera trasladado a una prisión en Chaco, donde también asesinó a otro recluso.

En junio de 2014, Roberto José Carmona fue beneficiado por el Juzgado de Ejecución 2 de Resistencia, Chaco, con el régimen de salidas transitorias de la cárcel: cada cuatro meses puede viajar a Córdoba donde puede permanecer durante tres días en el domicilio de su pareja que vive en barrio San Roque de esta Capital. Según el acuerdo de las autoridades judiciales chaqueñas y cordobesas, durante el viaje y su estancia en esta ciudad, el preso estará custodiado por efectivos del Servicio Penitenciario de Chaco; aunque los viajes son controlados por el juez de Ejecución 2 de Córdoba, Cristóbal Laje Ross.

El acuerdo, aún vigente, desmiente los dichos de la jefa policial Zárate Belletti, quién aseguró que la fuerza no fue notificada por las autoridades penitenciarias de Chaco, sino que fue una negligencia de la propia Justicia cordobesa. Con el paso de las horas, la sospecha apunta a dos hipótesis: relajamiento de los controles o liberación de zona.

Un psicópata

Héctor “Gonio” Ferrari es el periodista que más conoce a Roberto Carmona. En una de las tantas charlas que mantuvieron, el múltiple asesino le confesó, desafiante: “Yo soy recuperable, si quiero ser recuperable”. Ayer, demostró que es irrecuperable y sigue siendo un psicópata, tal cuál lo declaró una resolución judicial basada en una serie de pericias realizadas en 2011.

“Parte de la naturaleza criminal de Carmona se explica en su niñez. Su mamá, Magdalena Bonet, lo había abandonado con sus hermanos en La Plata y se fue a vivir a Catamarca. Imagine la idea, la mujer abandona a sus hijos y se va a miles de kilómetros de distancia. Cuando Roberto tenía cuatro o cinco años, no más, y viajó solo hasta Catamarca como pudo y la encontró. Haga este ejercicio mental, imagine a un niño de no más de seis años viajando solo, a dedo, en colectivo, caminando, desde una ciudad hasta otra que queda a miles de kilómetros, en busca de su madre. Eso hizo Roberto Carmona, a la edad en que los niños deben jugar con sus amiguitos a la pelota”, confió una ex funcionaria judicial a elDiarioAR, retratando la psiquis del asesino más célebre de esta provincia. Esta reconocida abogada, ya retirada, es la mujer que más conoce a Roberto José Carmona, y mientras fue funcionaria, hizo un seguimiento quincenal del preso, aunque estuviera alojado en Chaco.

En febrero de 1986, el nombre de Carmona salió en los diarios cuando fue detenido en la provincia de Buenos Aires donde lo buscaban por el asesinato de Gabriela Ceppi. La madrugada del miércoles 15 de enero, un mes antes, esta adolescente regresaba a la ciudad de Córdoba después de haber ido a bailar con dos amigos al boliche Chez Amis de Villa Carlos Paz. En medio de la autopista, se descompuso el Fiat 600 en el que regresaban los tres adolescentes. Además, se pinchó un neumático.

Un Ford Taunus se detuvo y un amable joven de 23 años les ofreció ayuda. Incluso le dio su campera de jean a Gabriela para que se abrigara. Mientras los dos chicos trabajaban en la rueda, el joven Carmona los asaltó con una carabina recortada. Después de robarles, se llevó a la chica con él. En su fuga Carmona violó dos veces a su víctima. Y luego la ejecutó de un disparo en la cabeza.

Tras ser detenido en Buenos Aires, los policías cordobeses trajeron a Carmona a esta Capital. Lo torturaron durante tres días para que confesara dónde había escondido el cuerpo de la víctima. El cadáver había quedado abandonado en un campo de sorgo a la vera de la Ruta 9 sur y fue encontrado descompuesto casi un mes después de cometido el homicidio. Las violaciones y la ejecución fueron confesadas bajo tortura.

En 1988, Roberto José Carmona fue condenado a reclusión perpetua y le impusieron una accesoria por tiempo indeterminado.

En 2014, tras pasar casi treinta años preso, el asesino de Gabriela Ceppi fue beneficiado para las visitas familiares, y el papá de la joven asesinada, Héctor Ceppi, declaró a los medios tras enterarse de la novedad: “Voy a hablar por mí, yo espero que Carmona rehaga su vida y no dañe más a nadie. La Justicia sabe lo que hace”. Ayer a la tarde, el anciano de 90 años de edad, no habló con los medios.

Carrera delictiva

La carrera delictiva de Carmona comenzó precozmente: a los 10 años cometió su primer robo importante, abrió el auto de un policía y se escapó con una pistola calibre 11.25. A los 13, su madre le exigió plata porque un hermano se había accidentado. Antes de los 18, ya había conocido varios de institutos de menores; y después pasó por las cárceles de Olmos, Sierra Chica, Junín, San Nicolás, Córdoba y Chaco.

La primera condena la recibió en marzo de 1982, siete años de prisión por un asalto. En octubre del mismo año, un tribunal de La Plata lo halló culpable de otro robo y le unificó la pena en 10 años y seis meses.

Seis años después, en 1988, Martín Castro, un interno de la Penitenciaría cordobesa de barrio San Martín, recibió un puntazo leve a manos de Carmona. A la noche, mientras Castro dormía Carmona le tiró caramelo hirviendo en la cara y lo desfiguró. Seis años después, en 1994, en la misma prisión, Carmona asesinó a puñaladas a Héctor Bolea, un preso pesado, jefe de pabellón. Carmona fue condenado a 16 años de cárcel por este otro crimen.

Por su pésima conducta, fue trasladado a una cárcel de máxima seguridad en Roque Sáenz Peña, Chaco, donde en julio de 1997, con una lanza hecha con un palo de escoba, mató a Demetrio Pérez Araujo. Otra vez lo condenaron a prisión perpetua.

Pese a los malos informes psicoambientales, en 2014 la Justicia de Chaco le dio a Roberto Carmona la posibilidad de visitar a su pareja que vive en Córdoba. El delincuente siempre había reclamado para que lo trasladaran a purgar su condena a esta provincia mediterránea y siempre le dieron respuestas negativas.

Ayer a la tarde, el fiscal cordobés Horacio Vázquez, que investiga la fuga del detenido y la muerte del taxista, le concedió a Carmona lo que buscaba: que lo alojaran en un penal cordobés. Las primeras horas las pasó en el complejo de la localidad de Bouwer, al sur de esta Capital y en los próximos días se resolverá si queda alojado allí o se lo traslada a Cruz del Eje, donde las condiciones de detención son más rigurosas.

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