Entrevista

Silvia Cabrerizo, pediatra y toxicóloga: “Hay que empezar a actuar temprano para evitar el consumo problemático en adolescentes”

“Lo que tiene que quedar claro es que se recomienda cero consumo de alcohol antes de los 18 años. Pero desde lo médico sabemos que se  toma alcohol desde antes, porque lo vemos en la práctica con adolecentes que sufren intoxicaciones alcohólicas y también por datos estadísticos”, sostiene la pediatra y toxicóloga Silvia Cabrerizo, secretaria del Grupo de Adicciones de la Sociedad de Pediatría Argentina (SAP), que recientemente emitió un comunicado sobre estrategias de prevención de consumo de sustancias psicoactivas, que generan cambios en el comportamiento y en la conducta.

“Las sustancias psicoactivas más consumidas por adolescentes, entre sustancias legales e ilegales, son el alcohol, el tabaco, la marihuana y la bebidas energizantes con cafeína”, explica Cabrerizo y agrega que en las la últimas encuestas se está viendo que la edad de inicio de consumo de estas sustancia es cada vez menor. “Hay que empezar a actuar temprano para evitar el consumo”, enfatiza.

Según la última encuesta  de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación (Sedronar) publicada en 2017 “el alcohol es la sustancia más consumida entre los jóvenes escolarizados”,  “el 70,5% de los estudiantes escolarizados a nivel país ha probado alguna vez en su vida” y la edad promedio de inicio del consumo es 13.4 años.

“En la práctica vemos que ocurren casos de coma alcohólico y esto es un problema importante a nivel sanitario”, afirma Cabrerizo y explica que está intoxicación alcohólica grave obedece a un patrón de consumo que se denomina Consumo Episódico Excesivo de Alcohol (CEEA) y que se produce cuando se ingiere una alta cantidad de alcohol, aproximadamente entre 50 y 60 gramos, en un corto periodo de tiempo. “Las bebidas destiladas como el vodka, el tequila o el whisky pueden alcanzar hasta 40 gramos de alcohol. Entonces tomando dos o tres tragos de estas bebidas en un corto periodo de tiempo se alcanzan niveles de alcohol tan altos en sangre que deprimen el sistema nervioso central y el paciente puede evolucionar a un coma. Entonces ya hablamos de consumo problemático porque genera un riesgo de vida”, sostiene Cabrerizo, que desde hace varios años da charlas de sensibilización sobre la temática en escuelas secundarias.

 Sobre la percepción de riesgo de los adolescentes, la encuesta de Sedronar indicó que “sólo el 10% considera riesgoso el consumo episódico de alcohol” y que “se observa entonces una naturalización del consumo entre los estudiantes que viene siendo registrada en otros estudios”.

¿Cómo se puede prevenir el consumo problemático en adolescentes?

El tema tiene que ser mucho más abordado antes de que empiece la adolescencia. Quizá esto toma dimensión pública cuando hay una noticia, pero en general no hay tanta difusión. Y creo que tiene que ser un abordaje desde todos los ámbitos, desde la salud, la familia, la escuela. Es necesario que los adolescentes conozcan los riegos, que estén informados, para que puedan tomar decisiones conscientes en el momento que tengan que hacerlo, que es cuando están solos.

¿En qué ámbitos se desarrollan en general estos consumos?

Las sustancias están presentes en todos los ámbitos, en espacios públicos, en clubes, en boliches, incluso en las previas, una práctica que usualmente tienen los adolescentes antes de la salida y que muchas veces ocurre en los hogares

¿Cuáles son los efectos del consumo de sustancia psicoactivas en adolescentes?

El cerebro termina su desarrollo después de los 20 años. En general sabemos que la incorporación de sustancias psicoactivas previas a la finalización del desarrollo cerebral interfiere con su normal desarrollo, la última maduración se da sobre todo a nivel de la corteza frontal, que es la zona cortical  que nos permite después tomar decisiones conscientes, ser críticos, tener un pensamiento analítico.

¿Qué otros riesgos hay asociados al consumo problemático de alcohol, por ejemplo?

-Estamos definiendo que uno no tiene consciencia plena, con lo cual pone en riesgo el cuidado del propio cuerpo. Riesgos como las relaciones sexuales no consensuadas, enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados, accidentes de tránsito y peleas y agresiones callejeras.

 “Para quienes ya están cursando la etapa de consumo problemático y no pueden dejar las sustancias hay múltiples estrategias, entre ellas, la reducción de daños”, afirma el comunicado de la SAP, y detalla que este tipo de programas se “desarrollan para  poblaciones específicas y evaluadas previamente” con el objetivo de “disminuir el impacto físico, psíquico y social del consumo y sus complicaciones”.

“Me ha pasado de encontrarme en la guardia con un paciente de 14 años con coma alcohólico después de un Último Primer Día de clase, que es un estilo de previa en la que se consume alcohol. Entonces, sí sabemos que es algo que pasa, por qué no darle pautas para evitar daños mayores, como sería en este caso terminar en una unidad de cuidados intensivos con asistencia respiratoria mecánica”, subraya Cabrerizo.

MB