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Beber en Chacarita: nueve propuestas para brindar con vino, vermú y hasta whisky

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En Buenos Aires las ofertas (y las demandas) gastronómicas explotan y el rincón menos pensado puede convertirse en un polo. Los dueños de los bares y restós concuerdan en que Chacarita logró mezclar la energía de barrio con cierta bohemia y estilo relajado, que se refleja en una característica: cada vez más propuestas para brindar. Desde vinos naturales hasta la reivindicación de la soda y el whisky, pasando por un bar de vermú que fue elegido como uno de los 100 lugares del mundo para conocer y una apertura muy reciente. Entre Jorge Newbery y la avenida Dorrego. Desde la Ecuación del Disfrute - el newsletter conjunto entre elDiarioAr y la revista digital de lifestyle MALEVA www.malevamag.com - les contamos sobre distintos lugares para beber y pasarla bien en este barrio porteño de casas bajas y calles (aún) tranquilas.

1) Condarco: un bar de tapas donde se puede comer y tomar vinito a cualquier hora / Av. Dorrego 901

Condarco es principalmente un bar de tapas con un ambiente informal, apto para distintos públicos y versátil respecto a qué se puede comer y tomar en cada horario y en cada época del año ya que el menú varía según la estación. Con muchas opciones vegetarianas y veganas también, la idea es pedir varios platitos y picar.

“Queríamos hacer un restaurante al que nos gustara ir y pasar un rato, lo cual no siempre nos pasa. Un lugar donde pudiéramos comer y tomar mucho, pasar horas conversando con amigos o bien usarlo para pasar el rato antes de ir a otro lado. Un lugar donde probar cosas nuevas constantemente y también descansar en el confort de platos clásicos”, cuenta Juan Lago Millán, encargado del salón y los vinos.

Desde su lugar buscan contribuir a extender la cultura del vino, acercando nuevos sabores a los clientes más tradicionales y fomentando acompañar con una copa cualquiera de sus platos y a cualquier horario. “Si querés venir a la tarde y comer unas papas fritas o una tortilla de papas con un pinot y seguir de largo, está genial. Si querés venir de noche a cenar en pareja, grupo o familia y pedirte varios vinos y probar toda la carta también”.

2) Lardito: una mesaza o un patio espectacular lleno de platitos, vinos y plantas / Jorge Newbery 3655

Es el tercer local de sus dueños, cinco amigos que le ponen el pecho también al bar Las Patriotas Vilardo en Palermo y el restaurante Lardo y Rosemary en La Lucila. “Vimos una zona con espíritu barrial en crecimiento e ideal para escaparse de Palermo”, recuerda Pipe Colloca, uno de los responsables de que Lardito nazca, sobre la elección de la ubicación.

Podés elegir sentarte en la mesa comunal dividida por flores y plantas en botellas de vino o en el patio para disfrutar de las noches con olorcito a verano que se vienen. Los chicos te invitan a la vinoteca - con precios de vinoteca - para elegir con qué acompañar cualquiera de los 11 platitos de la carta.

La selección de vinos es de productores pequeños que ofrecen botellas orgánicas y biodinámicas con una fuerte impronta del trabajo en la viña. Lo que buscan desde Lardito es poder explicar de dónde sale lo que estás tomando y que no hace falta gastar una fortuna para poder tener una buena experiencia.

3) Lutero: un bar que fusiona arte, platitos y bebidas herbáceas con la comodidad del living de tu casa / Jorge Newbery 3801

Lutero fue uno de los primeros en instalarse en el barrio de Chacarita hace 5 años, cuando el corredor gastronómico Newbery aún no había surgido. Sus dueños, Vanda Crisanti y Juan Andrés Falco, nos cuentan que la elección de la ubicación fue al azar: “tuvo que ver con la intuición, nos enamoró el barrio: la identidad de oficio y los locales atendidos por sus propios dueños”.

Lutero intenta transmitir esa pasión a través de los músicos que van a tocar o las obras de los artistas vecinos que habitan en sus paredes. Las mesas ratonas, los veladores y los sillones en la vereda recrean la comodidad de estar con amigos en el living de una casa.

Su propuesta gastronómica consta de los sabores de la comida turca o judía en platitos para tomar con vermú rosado con romero y pomelo o un gin Heráclito botánico. Las bebidas herbáceas son el distintivo de Lutero.

4) Ulúa: los sabores de la comida mexicana que todavía no conocés con vinos o tragos de autor / Jorge Newbery 3791

“Ulúa surge de querer compartir nuestras raíces. Más allá de los burritos y nachos que son solo una parte. Por eso vendemos tamales, gorditas y sopas con tortilla frita. Meses después de instalarnos acá, Chacarita explotó”, cuenta Freddy Morales, uno de los dueños y el encargado de seleccionar los vinos y tragos que acompañan los platos. “Quisimos romper con la idea de que la comida picante no se puede mezclar con vino, hemos encontrado hasta vinos tintos que se adaptan a la perfección”.

El lugar es chiquito pero acogedor y su vereda va muy bien para las nochecitas lindas que se vienen. Ulúa cuenta con 15 etiquetas de vino que van cambiando, el rosado y el naranjo son los que más salen. Freddy se fija en la calidad de los vinos ya sea de productores pequeños o grandes, a él lo que le importa es cómo combinan con los platos.

Los chicos también tienen tragos de autor por temporada. Los más pedidos son la Margarita Jamaica con infusión de hibiscus, jarabe de jalapeño y base de tequila blanco y el Gin Cilantro con base de limón, pepino, cilantro y gin. “Nunca los pudimos sacar de la carta”.

Ulúa es un buen plan para ir de 21 a 23h a hacer una buena previa antes de encarar para otro lado.

5) Naranjo: un wine bar con una onda muy relajada y opciones para todos / Ángel Justiniano Carranza 1059

“Quería construir un lugar de vinos donde la alimentación tuviera un lugar central”, dice Nahuel Carbajo, que de la mano de su socio Augusto Mayer, logró ir más allá de la típica picada de fiambres. En Naranjo cocinan con muchos productos frescos, las cosas para picar son mayormente vegetales y también hay platos principales con pescados, carnes, vegetarianos/veganos y gluten free.

Su estilo rústico, la luz tenue anaranjada, la barra de cocina en el centro donde ves la magia salir, las mesitas adentro y afuera abajo del naranjo que le da nombre al bar, invitan a pasar un buen momento. “Estuvimos un año buscando local, hasta que un día caminamos por enfrente de la vereda de Naranjo, vimos la persiana baja y el naranjo en la puerta y nos enamoramos, nos gustó porque es una cuadra tranquila, aunque ahora el barrio se está poblando”.

Siempre es una buena elección volver a probar una copa de vino ya que trabajan con más de 180 etiquetas que rotan mensualmente. Eso sí: hay que ir con paciencia porque no toman reservas y se llena rápido, pero vale la espera.

6) La Fuerza: con una terraza explotada para disfrutar las noches calurosas con un vermú en la mano / Av. Dorrego 1409

Es casi imposible pasar por la esquina de Dorrego y Castillo y no haberlo visto, la gente que juntan día a día y su imponente presencia no pasan desapercibidos en el barrio. La Fuerza es un proyecto que nace entre cuatro amigos con la idea de crear un vermú local de calidad. “Nos imaginábamos un bar donde la gente lo pudiera conocer y probar”, recuerda Martín Auzmendi sobre aquella época en la que la idea de abrir el local se estaba gestando.

La Fuerza abrió sus puertas el 9 de enero de 2018, siendo uno de los primeros en traer esta bebida al paladar porteño. “Ahí servimos por primera vez La Fuerza Rojo y La Fuerza Blanco, nuestros dos vermú originales”, cuenta Martín. Fue también ese año que la Revista Times los eligió como uno de los 100 lugares del mundo para conocer.

Elegimos instalarnos en Chacarita porque buscábamos tranquilidad, era un barrio que ya conocíamos y nos gustaba. En ese momento había muy pocos lugares más allá de algunos históricos y en estos años ha ido creciendo y hay muchas propuestas de calidad. A su vez, sigue teniendo un espíritu y onda barrial increíble”.

Dato: tienen nueva carta que incluye un vermú Sideral que se estaciona en barricas de roble de vino Malbec durante 12 meses.

7) y 8) Sifón y SEDE: todo lo que es apostar dos veces al barrio -para crear un bar de tragos que le dio una nueva vida a la soda y una central de whisky sin género- / Av. Jorge Newbery 3881 y Guevara 421

A esta altura del partido no necesitan mucha presentación, Sifón y SEDE vienen pisando fuerte entre las opciones de los comensales porteños.

“Cuando abrimos SEDE en 2018 ya veíamos que el circuito de Palermo estaba algo agotado. Entendíamos que mucha gente buscaba un lugar un poco más íntimo, de no tanta circulación de rebote sino de gente que eligió ir a ese lugar. Nos enamoramos del barrio y al año siguiente ya nació SIFON en un local exactamente a la vuelta”, nos cuenta Juan Manuel Bidegain, uno de los dueños de ambos locales.

Sifón es como la casa de la abuela, la mesa grande y competir horas. Lo que se recomienda es empezar con un tinto de verano, seguir con una reversión de un Aperol Spritz, pero en sifón, para terminar en una jarra de vermú con tinturas maderas.

SEDE podría ser tranquilamente un club, distendido y sin postureo pero con una energía más nocturna. Es un lugar para arrancar con un Penicilin de frutilla y terminar con un clásico: un Old Fashioned”, recomienda fuerte Bidegain.

9) Punto Mona Bar: el único bar de alta coctelería del barrio y como su nombre lo indica, es un punto de encuentro y placer / Fraga 93

Punto Mona surge en base a un cambio rotundo que empezó a latir dentro del corazón de la destacada bartender, Mona Gallosi, a partir de la pandemia. “Ya había elegido Chacarita 5 años atrás para armar un salón de eventos que transformé para apostar por este nuevo proyecto. Con el barrio crecimos juntos”.

Ubicado en el corazón de Chacarita en Fraga y Dorrego, a cuatro cuadras de Av. Corrientes y Av. Córdoba y dos de Jorge Newbery, se encuentra este bar con ambientación neoyorkina. Entre lo industrial y lo glam, tiene la música como eje con un Dj en vivo, una carta gastronómica que supera expectativas y la coctelería de vanguardia a la que nos tiene acostumbrados Gallosi.

El local es tan amplio que seguro conseguís lugar: en el salón donde está ubicada la extensa y espectacular barra, en alguno de sus livings, el patio o en la vereda, la invitación a disfrutar está hecha. “Mi elegido es el trago GauchoJohnnie Walker Black, vinagre de cedrón, vermú fortificado con hierbas del litoral y polen”, porque si hace las cosas, las hace a fondo.

En Buenos Aires las ofertas (y las demandas) gastronómicas explotan y el rincón menos pensado puede convertirse en un polo. Los dueños de los bares y restós concuerdan en que Chacarita logró mezclar la energía de barrio con cierta bohemia y estilo relajado, que se refleja en una característica: cada vez más propuestas para brindar. Desde vinos naturales hasta la reivindicación de la soda y el whisky, pasando por un bar de vermú que fue elegido como uno de los 100 lugares del mundo para conocer y una apertura muy reciente. Entre Jorge Newbery y la avenida Dorrego. Desde la Ecuación del Disfrute - el newsletter conjunto entre elDiarioAr y la revista digital de lifestyle MALEVA www.malevamag.com - les contamos sobre distintos lugares para beber y pasarla bien en este barrio porteño de casas bajas y calles (aún) tranquilas.

1) Condarco: un bar de tapas donde se puede comer y tomar vinito a cualquier hora / Av. Dorrego 901