Dibu Martínez, símbolo del éxodo juvenil: de las inferiores de Independiente a convertirse en el arquero argentino más caro de la historia

Emiliano “Dibu” Martínez tenía 17 años y era el arquero de las inferiores de Independiente cuando le dijeron que Arsenal estaba interesado en contratarlo. Pensó que se trataba del club de Sarandí, el equipo de los Grondona. Pero no: era el equipo inglés, ubicado en Islington, en el sur de Londres. 

Cuatro años antes, en 2005, después de probarse sin éxito en Boca y River, Independiente lo sumó a sus divisiones inferiores y lo alojó en su pensión en Villa Domínico con edad de Novena División. Pepé Santoro fue su formador futbolístico y sostén emocional. Había reparado en un detalle: tenía los pies muy grandes, por lo tanto, confiaba en que ganaría estatura en poco tiempo. La distancia con Beto, su padre fletero, y Susana, empleada doméstica, apenas se acortaba en las visitas esporádicas que podía hacer cuando no había partido de fin de semana. Tenía que viajar de Domínico a su Mar del Plata natal.  

En el Sudamericano Sub-17 de 2009 había sido una de las figuras de Argentina, que se quedó con el segundo puesto luego de perder en la final por penales contra Brasil. Allí le atajó los remates a Philippe Coutinho y a Eduardo. Por esa actuación los scouts de Arsenal le hicieron la propuesta y no dudó en emigrar. Llevaba cuatro años en las inferiores del Rojo, con la certeza de que en Argentina el sueño de ser futbolista profesional sólo se cumple para 1 de cada 100 que se lo propone. Santoro viajó con él a Inglaterra para terminar de cerrar el pase y lo acompañó en la adaptación. 

La propuesta llegó en una edad crucial para los juveniles que se forman en el fútbol argentino: algunos muestran cierta madurez y empiezan a ver con cercanía la posibilidad de firmar un contrato profesional, mientras que otros se sumergen en una crisis existencial al quedar relegados y notar que su vida vinculada al fútbol quizás termine pronto. 

Entre sus compañeros de la Selección que dirigía el Tata Brown estaban Esteban Espíndola, que no pudo debutar en River y ahora juega en el fútbol guatemalteco; Benjamin Rosales, que tampoco llegó a la máxima categoría de Lanús; Gonzalo Olid Apaz, que deambuló en equipos del ascenso hasta 2015 y Jorge Balbuena, de último paso por Talleres de Remedios de Escalada, solo por mencionar algunos. Entre los que alcanzaron cierta relevancia futbolística estaban Leandro González Pirez, Ezequiel Cirigliano y Daniel Villalva, todos con presencia en la Primera de River. También Nicolás Tagliafico, compañero en Qatar 2022 y con pasos por Banfield e Independiente.

A la edad en la que sus amigos empezaban a planear el viaje de egresados, Dibu se preparaba para rendir un examen que medía la evolución del aprendizaje del inglés a cuatro meses de su llegada. Lo aprobó y recibió una cifra cercana a 25 mil dólares.

Al ser tan joven y sin lugar en el equipo, entre 2011 y 2018 estuvo a préstamo en equipos de menor importancia y muchas veces como suplente: en Oxford United de la cuarta división, Sheffield, Wolverhampton y Rotherham de segunda y Getafe de España, entre otros. 

Como él, son muchos los que buscan pegarla en Europa para salvar su carrera futbolística. En mayo de 2022, el último informe de AXEM (Argentinos por el Mundo) registró 3229 argentinos en el Viejo Continente: desde el Dibu campeón del mundo hasta otros tantos anónimos más vinculados con el pasado del arquero.

Uno de los grandes puntos de inflexión en su historia sucedió a poco de cumplir 26 años en el Mundial 2018, cuando todavía era hincha y no jugador de la Selección. Viajó a Rusia con su hermano y el día de la eliminación con Francia le prometió que sería el arquero del próximo Mundial. Wilfredo Caballero, Franco Armani y Nahuel Guzmán ocupaban su puesto. Sólo Armani llegó al Mundial de Qatar . 

En 2019, luego de una temporada con poca participación, Dibu Martínez volvió a Arsenal y su suerte cambió en 2020, cuando una lesión de Bernd Leno le abrió la posibilidad de ser titular.  Fue clave en la conquista de la FA Cup y en la Community Shield y conoció a David Priestley, su psicólogo, una pieza clave de su rendimiento. En reiteradas oportunidades, Dibu dio detalles de los diálogos en las sesiones de terapia. “Hablé mucho con él. Me patearon dos veces y me hicieron dos goles. Es duro”, dijo aliviado después de ganarle a México en alusión al debut fallido con Arabia Saudita. Luego de que Van Gaal dijera que Países Bajos era favorito en caso de haber penales se encargó de sacarle una foto a la declaración y lo trató con David para hacerse fuerte. Le atajó los remates a Van Dijk y a Berghuis y le gritó, en cuero, al entrenador neerlandés: “fucked you twice”. En las entrevistas posteriores encontró otras palabras: “(las palabras de Van Gaal) Encendieron la dinamita”.

Con el deseo de la Selección en el horizonte, y con la promesa a su hermano presente, pasó a Aston Villa por 21.5 millones de dólares, en la venta más cara de un arquero argentino en la historia. Scaloni lo convocó a la Selección Argentina y el caso positivo de Coronavirus de Franco Armani le dio la chance de su debut un mes antes de la Copa América 2021. Se metió en el bolsillo a todos los argentinos después de patentar el “mirá que te como” en las semifinales contra Colombia que se convirtió, un año más tarde, en hamburguesa.

El jueves volvió a donde todo empezó. Había dejado su Mar del Plata natal a los 12 años en un micro de larga distancia cuando todavía no había pegado el estirón. Parecía un “dibujito”, por eso apenas llegó lo bautizaron con su apodo tan difundido.  Lo que nunca imaginó es que un día volvería y que además de sus papás lo esperarían más de 100 mil personas. Una gigantografía y un proyecto para ponerle su nombre al mítico Estadio José María Minella son un premio a los atajadas decisivas contra Francia y también implícitamente a todos los años que no pudo estar con los suyos. Luego se reencontró con Santoro y firmó una camiseta de Independiente para los chicos de la pensión.

Justamente en el club que se formó no llegó a debutar en Primera por un fenómeno que afecta a todos los clubes: ante las urgencias económicas, el éxodo es cada vez más temprano. De sus compañeros más jóvenes en la Selección, Enzo Fernández (21) y Julián Álvarez (22) pasaron al fútbol de Europa en el último receso, mientras que Thiago Almada, el más joven del plantel, eligió la MLS. 

Cuando Argentina fue campeón del mundo por primera vez en 1978, solamente Mario Kempes jugaba en el exterior. En 1986 15 de los 22 jugadores eran del medio local. En 2022 la tendencia se revirtió: Franco Armani fue el único futbolista de la Liga Profesional. El otro arquero, el titular y el nuevo ídolo nacional ni siquiera necesitó jugar en Primera División. En uno de sus primeros posteos después de ganar el mundial eligió una fórmula muy usada en twitter para ver el arco de su vida, el que va, precisamente, de Domínico a Qatar. 

PM