Entrevista

Matías Lestani, viceministro de Agricultura: “La presión impositiva para todos los sectores productivos es muy elevada”

De la Mesa de Enlace al Gobierno del Frente de Todos. El ingeniero agrónomo Matías Lestani, que cultiva en campos arrendados, dejó hace cuatro meses el cargo de director del Departamento Económico de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), una de las cuatra patas de la mesa, para convertirse en viceministro de Agricultura, convocado por el jefe de esta cartera, Julián Domínguez. No se trató de un pacto entre el ruralismo y el Gobierno sino de una apuesta de este dirigente peronista de Chacabuco por sumar un cuadro técnico. 

¿Hoy en día el campo argentino no está mejor que antes de que comenzara la desgraciada guerra de Ucrania?

El conflicto bélico afectó principalmente en forma inicial a la cadena de suministro, principalmente de insumos, debido a que el productor gestiona costos en pos de una cosecha. Si bien se replicó rápidamente los precios internacionales a Argentina, lo encontró con casi toda su producción vendida. El productor suele cubrirse y sobre todo los exportadores, con la venta de esa producción en el mercado de futuros, con el cual ya estaba colocada. No pudo capitalizar los precios internacionales. Eso nos obligó a nosotros a tener que abrir las posiciones (exportaciones) de la futura cosecha de trigo. De lo que es el aprovisionamiento de febrero habrá un escalonamiento de 10 millones de toneladas para captar ese precio internacional. Ahora, el productor en lo primero que lo afectó en forma directa no fue tanto en el precio de su producto, que ya lo encontró vendido e iniciando una nueva campaña (de siembra), sino comprando insumos para ésta. Entonces, el aumento de los insumos, básicamente fertilizantes y algunos fitosanitarios de protección de cultivos, tuvieron crecimientos porcentuales superiores a los que tuvo el producto final. Esto deterioró la relación insumo producto. Hoy el productor tiene una peor relación que en el año anterior. Entonces el conflicto bélico en realidad es una oportunidad para el país, pero para la cadena productiva en sí lo encuentra en un proceso de inversión con una rentabilidad un poquito menor a la del año pasado.

La Unión Europea está demandando más trigo y maíz argentinos por la guerra. ¿La Argentina podrá enviárselos o, por ese aumento de fertilizantes para los cereales como la urea, ¿vamos camino a una sojización?

Trabajamos desde el ministerio para asegurar el aprovisionamiento de fertilizantes y está asegurado para la campaña fina (la de trigo). Falta muy poquito importar para que esté la fertilización de la campaña fina, que es estratégica para la gruesa (la de soja y maíz) porque fertiliza todo el sistema. Básicamente, creo que el precio internacional va a impulsar a mantener el área sembrada. Hay algunos informes de la Bolsa que denotan un poquito menos de intención de siembra. En nuestro reporte vemos un empate de intención, aunque racionalmente, por las rotaciones que se hacen año a año, deberíamos tener un poquito menos de área sembrada. Creo que el impacto más grande va a venir por el lado del paquete tecnológico, con respecto al volumen de fertilizantes que se va a aplicar. El año pasado se aplicó un buen número de fertilizantes, pues la relación insumo producto era muy buena. Parte de eso está en el suelo. Así que si el tiempo nos acompaña, tendremos una cosecha similar a la de este año, por lo menos en lo que es la fina. Esperemos que no nos impacte una sequía en la gruesa, como fue este año, que impactó particularmente en el área del maíz. Y el tema de sojización, te diría que con los valores a los que están los alquileres y algunos insumos internacionales es relativo. Hay sojización cuando tenés una caída de rentabilidad abrupta en el resto de los cultivos. Si el girasol está firme en valores, el maíz también, aunque implica una inversión más alta, pero si fertilizas bien la fina, vos estás bien calzado para el proceso. Cuando se dan los procesos de sojización extremo, y nosotros ya lo vivimos, es cuando se distorsionan los mercados con alguna medida de cierre total (de exportaciones) o con derechos de exportación altísimos que vuelven inviable ciertas producciones.

Pero el trigo, la soja y el maíz aumentaron en el año hasta más del 40% en dólares, ¿los fertilizantes subieron más que eso?

Tenés un crecimiento con un porcentaje más alto en algunos agroquímicos, sobre todo los fosforados, tuviste un aumento muy grande ya desde mediados del año pasado hasta ahora de ciertos principios activos, el más usado básicamente para gruesa. Eso deterioró la relación. Aparte, no te olvides que el 70% del área cultivada se hace en modo de costos de producción con alquiler. Entonces el alquiler está atado al valor del producto final, con lo cual lo que te subió el producto, te subió el alquiler, que es a grandes entre el 28 y el 30% de tu costo de producción, depende de en qué zona estés y cómo lo cierres. Entonces ahí no tuviste una ventaja por un aumento de producto.

¿La menor inversión en el paquete tecnológico no va a generar menos cosecha?

Indudablemente, si hay menor paquete tecnológico y si vas a tener igualdad de condiciones climáticas, vas a tener menor cosecha. Pero con estos precios internacionales, teniendo abierto el máximo disponible para exportación que permita capitalizarlos, empujamos a que ese paquete tecnológico siga estando.

¿Entonces vamos a exportar más a la UE, teniendo en cuenta que este gobierno primero asegura el aprovisionamiento interno antes de dejar exportar?

Indudablemente depende de los volúmenes productivos que tengamos, pero Europa es un comprador de alto valor, de alta calidad y donde nos interesa estar. Se vio una mayor flexibilidad con respecto a ciertas variables sanitarias o fitosanitarias que pide la Unión Europea, fruto de la situación bélica internacional, y eso hace que permita entrar mayor volumen.

¿Pero si la Argentina produce la misma cantidad de granos, como usted comenta, a quién le quitará los granos para dárselos a Europa?

Será decisión de las empresas privadas. La que pague mejor es la que se aprovisiona. En eso Europa tiene una ventaja de capacidad de pago adicional con respecto a cualquier otro país.

El Gobierno promueve un impuesto a la renta inesperada para las grandes empresas. ¿Tampoco las grandes empresas como Cresud, Adecoagro o Los Grobo van a poder ganar más plata con estos precios internacionales?

En el sector agropecuario puntualmente, cuando vos cruzás la relación insumo producto, es un poco peor que el año pasado. Esto quiere decir que no pudieron capitalizar ese precio internacional porque los insumos subieron más que el producto terminado. Entonces no se ve un crecimiento de renta inesperada en ninguno de los estratos, sinceramente. Hay que ver cómo es el proyecto, lo desconozco. Desconozco cuál es el criterio de la determinación de una ganancia extraordinaria. ¿Comparado con qué línea de base se va a hacer? No conozco el programa de Martín Guzmán, pero digamos que el productor pequeño, mediano y aún el grande tienen una rentabilidad un poquito menor a la del año pasado.

¿Qué opina de, a pesar de que no está todavía claro ese proyecto de ley y que el Gobierno prometió que no va a haber más aumentos de retenciones, los autoconvocados, sin la Mesa de Enlace, organizaran el 23 de abril una tractorazo a la capital?

Todos los sectores o fracciones de los sectores tienen derecho a movilizarse, a manifestarse y a largar sus pedidos de necesidad. Yo conozco bien la agenda del sector y las necesidades del sector, porque soy productor. La realidad es que de la marcha no tengo una opinión formada puntual. Creo que responde a un sector del campo, no a todo, eso quedó claro en cuanto a que la Mesa de Enlace no formó parte de la de la movilización, por ahí sí algunas (sociedades) rurales de base. Pero todo el mundo tiene derecho a manifestar su opinión y sus demandas con respecto a ciertas políticas sectoriales. En el caso puntual de la marcha, lo que sí se pudo ver es que no eran reclamos específicos al Ministerio de Agricultura.

Hay un discurso en el campo de “estamos ahogados de impuestos”. ¿Es así o es una exageración?

La presión impositiva en la Argentina para todos los sectores productivos es muy elevada. Creo que las empresas crecen inversamente proporcional a los retiros que se hagan de la misma y los impuestos son retiros. Hay que ir a una reforma tributaria moderna que permita potenciar crecimientos específicos. Lo que no se puede hacer es tomar decisiones drásticas con el entramado social que tiene la Argentina. Eso también es claro. Pero desde el ministerio quedó clarísimo que los derechos de exportación no van a subir. Las exportaciones de carne están abiertas en ciertas categorías en cuotas.

¿Qué está haciendo el Ministerio Agricultura para morigerar la inflación?

La inflación se resuelve primero con injerencias del área de la Secretaría de Comercio, en la cual puntualmente no me voy a meter. Nosotros trabajamos en el aprovisionamiento. Pero para no esquivar del todo la pregunta, creemos que la mejor forma de salir de los procesos inflacionarios es con mayor producción, dar señales claras, disipar incertidumbres y que eso se manifieste en mayores volúmenes productivos. Para eso trabajamos en las políticas públicas y sectoriales, para tratar de ir generando confianza, transparencia y disipando incertidumbres con respecto a lo que vemos para el sector.

Cuando fui a Expoagro le pregunté al diputado opositor Ricardo López Murphy qué hacer ante el aumento de precios internacionales por la guerra y me dijo los dejen subir porque así va a subir el día de mañana la producción. ¿Es así o hay que hacer tomar medidas en el medio porque la gente no va a poder comprar el alimento?

Muchos economistas creen que la solución de los precios altos son los precios altos. Es cierto en un mediano a largo plazo. El problema es cómo hacés el empalme de lo que vos decís en el mientras tanto. Y ahí es donde tienen que estar las partes de las áreas específicas de cada ministerio: (Secretaría) de Comercio Interior, de Agricultura, de Economía, de Desarrollo Productivo, de Desarrollo Social, para tratar de articular una política en conjunto que sea sostenible en el tiempo. El entramado social de la Argentina hoy indudablemente condiciona muchas de las decisiones que hay que tomar, pero con más razón implican un grado de responsabilidad, de prudencia extremo a la hora de cualquier medida que se tome. Lo que no se puede hacer es estar sin hacer nada, eso seguro.

Agricultura dijo a los frigoríficos que si no cumplían el acuerdo de Corte Cuidados, no podrían exportar…

Sí, eso fue un pedido explícito de Comercio Interior.

¿Como vive su rol? Usted era economista de CRA y ahora está en el Gobierno. Seguramente hay gente del campo que lo considera un traidor y otros que dentro del Gobierno lo ven como un infiltrado de la Mesa de Enlace…

Mirá, yo soy un cuadro técnico, no político, no tengo respaldo político ni gremial, soy básicamente técnico y entiendo que lo que vino a buscar el ministro es un blindaje técnico, un volumen técnico a la hora de la gestión. Eso es lo que hago todos los días y los debates conmigo son técnicos. Yo los posicionamientos filosóficos, ideológicos o dogmáticos los discuto con un café en un bar. Se tienen que discutir técnicamente con las entidades. El sector público es apolítico y así debería ser. O sea, básicamente se determinan las políticas acordes a consensos y a la construcción de consensos técnicos sólidos. Porque es lo único que le da sustentabilidad en el tiempo. Porque si no, cambian las miradas políticas y cambian la metodología o la política sectorial. Toda la producción tiene su tiempo biológicos. Por eso es importante la construcción de consensos técnicos. ¿Cómo me ven los extremos de un lado u otro de la grieta? No me preocupan los extremos. Los miro como cuando uno se para en un extremo de una cosa y tiene una incapacidad intelectual de poder abrirse al resto o de tener una mirada más amplia.

¿Sigue en marcha la Dirección de Agroecología que había creado el anterior ministro de Agricultura, Luis Basterra?

Sí, bajo la Secretaría de Bioeconomía. Sigue al frente (Eduardo) Cerdá. Está a cargo de la primer Dirección de Agroecología de Sudamérica. Eso denota que para nosotros la sustentabilidad del sistema y del ambiente es fundamental. En realidad hay tres criterios que tienen que darse y no son mutuamente excluyentes. Tienen que darse tripartitos para el desarrollo en su conjunto: la sostenibilidad ambiental, social y económica. Si no, ninguno de los tres individualmente sirve.

Usted habló de menos paquete tecnológico, menos producción y los pro agroecología dicen que no necesariamente ocurre eso.

Paquete tecnológico no tiene que ver directamente con químicos. Hay rotaciones específicas, cultivo de servicios.

Empresarios del sector de agroquímicos que dice si queremos la agroecología, debemos aceptar que vamos a producir menos. Y los que se dedican a la agroecología sostienen que no necesariamente y que cuesta más comprar todo ese paquete…

Carlos Pellegrini en un discurso dijo: “Ambos están en lo cierto, o quizás ambos en el error”. Los dos tienen algo de cierto. El problema está en el empalme de conjunto y en los tiempos en los cuales vos pasás un proceso. Ahora los procesos productivos son optativos, no obligatorios. Hay planteos agroecológicos de bajo volumen de insumos agroquímicos que tienen buenos buenos rendimientos productivos y rendimientos económicos excelentes porque, al usar menor cantidad de insumos químicos, básicamente está teniendo mejor resultado económico. Hay planteos donde se quedan al medio por cuestiones de manejo y no llegan a los volúmenes productivos. Entonces ni uno ni otro. Se puede hacer un uso conciente bajo buenas prácticas y bien normalizado de lo que es tecnología. Hoy todo lo que es el ecosistema AgTech (agriculture technology) permite tener criterios de aplicabilidad muy específicos, con lo cual bajás volumen e intensidades de agroquímicos, sobre todo en las aplicaciones específicas. Hay todo un paquete de tecnología que empalma un sistema con otro en forma perfecta. La Argentina es muy sostenible. No te olvides que cuando hablamos de ganadería argentina, y la ganadería está muy atacada, acá generalmente es sobre pasturas. Se engorda en más o menos unos 6,5 millones de hectáreas de las 110 millones que usamos para la ganadería. Tenemos una relación 11 a 1 de pastizales naturales contra pastizales cultivados.

¿Qué opina de la ley de protección de humedales, que gente en el campo rechaza? ¿De las fumigaciones con agroquímicos, que fueron restringidas por algunos municipios? ¿Y de la deforestación para hacer agricultura o ganadería?

Sobre humedales dialogamos constantemente con el Ministerio de Ambiente para determinar las áreas específicas de intervención de cada ministerio. Indudablemente trabajamos para que no impacte sobre el escalón productivo porque los productores son la razón de ser de nuestro ministerio. Entonces estamos monitoreando y viendo cómo impactan las diferentes normativas de otros ministerios y haciendo las gestiones necesarias para que esto no sea un impacto negativo. Con el tema fumigaciones, sobre todo lo que vas a encontrar es que en las áreas urbanas hay bastante anarquismo. Estamos trabajando fuertemente en un manual de recomendación de normativas, basados en discusiones técnicas, más allá de filosóficas o dogmáticas. Creemos que tiene que haber una ordenanza específica en cada municipio porque no existe. Al no existir, saltas la instancia administrativa para caer directamente en una instancia judicial que ralentiza y frena todo, impactando negativamente para todo el mundo. Con el tema de deforestación, en realidad se da una convivencia, si bien puede haber casos de estos. La Argentina tiene mucho para hacer en planteos silvopastoriles y también en bosque nativo. Sí, ganadería en bosque nativo es una necesidad para empalmar la sostenibilidad ambiental con la económica. Si no, la ambiental no dura, porque en definitiva, si no hay sostenibilidad económica, en algún momento va a tener que generarse y eso se lleva puesto a lo ambiental. Entonces los empalmes se trabaja también muy técnicamente para ver los mejores sistemas productivos en cada región específicamente y de esa forma adaptar un sistema productivo amigable con el ambiente.

AR