En 2021, elDiarioAR identificó 26 grandes millonarios argentinos que habían mudado su residencia fiscal al extranjero, sobre todo a Uruguay, tras el aumento del impuesto a los bienes personales en 2019 y el aporte solidario de las grandes fortunas de 2020, dos medidas del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. Dos disposiciones aprobadas por ley que revirtieron la rebaja de Bienes Personales de la administración anterior, la de Mauricio Macri, que preveía eliminar el gravamen.
La gestión de Javier Milei –con el apoyo de la oposición ahora ya no dialoguista– legisló el año pasado otro descuento en ese impuesto a la riqueza. Y los ricos reaccionaron: tres de los 26 grandes millonarios, el 11% del total ya regresó a la Argentina. Pero uno de los principales contadores de la City porteña cuenta que la tendencia, que comenzó en 2024, está empezando a contagiar a otros y prevé que en 2026 se vea reflejado en más casos.
En 2021, las constancias de inscripción en la entonces Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP, ahora llamada Agencia de Recaudación y Control Aduanero, ARCA) de aquellos 26 afortundados decía “no registra impuestos activos”. Marcos Galperin (Mercado Libre) lideraba aquel éxodo, pero también incluía a otros empresarios como Sebastián Bagó, Jorge y Ricardo Stuart Milne (ex Banco Patagonia), Gianfranco Macri (hermano del expresidente), Daniel, Marcelo y Carlos Sielecki (Laboratorios Elea), Martín Migoya y otros dos accionistas de la tecnológica Globant, Omar y Daniel Garbarino, Gustavo Grobocopatel, las herederas Bárbara Bengolea y Amalia Amoedo (nietas de Amalia Lacroze de Fortabat) y la actriz Susana Giménez, entre otros.
Pero hay tres de ellos que ahora ya figuran otra vez con impuestos activos en su país: Gerardo Werthein, que además se incorporó al gobierno de Milei primero como embajador en EE UU y después como canciller; y Diego y Cristina Miguens Bemberg, exaccionistas de Cervecería Quilmes. Ella, ingeniera, es también editora responsable de la revista Sophia.
“El regreso comenzó el año pasado y continúa este año, aunque quizás hay gente que se mude recién en este segundo semestre”, comenta el contador de la City. Primero recuerda por qué se fueron: En 2016, Macri organizó el blanqueo de capitales más exitoso de la historia argentina y les reformó Bienes Personales para bajar la alícuota máxima del 1,25% en 2015 al 0,75% con un sendero que iba a ir descendiendo hasta la desaparición del gravamen en 2019. Todo iba bien pero pasaron cosas. En 2018, con la crisis económica que le estalló, el presidente debió aceptar el consejo del Fondo Monetario Internacional (FMI) de frenar la baja del tributo, con lo que quedó en 0,25%.
En diciembre de 2019, con el gobierno peronista, el impuesto al patrimonio subió del 0,25% a un máximo del 2,25% para bienes en el exterior. Así es que muchos se arrepintieron de blanquear sus cuentas, sociedades y casas en el extranjero. Galperin inició la alta moda emigratoria. Hacia fines de 2020, con la pandemia, el diputado Máximo Kirchner impulsó el aporte por única vez que llegaba hasta el 5,25%. Es decir, ese año los más ricos debieron tributar con el 7,5%. Así es que la tendencia a marcharse para pagar menos impuestos se profundizó. Ahora el éxodo de los millonarios es moda en muchos países del mundo, pero ya lo había sido mucho antes en Francia, de donde partió el actor y ahora condenado por agresión sexual Gérard Depardieu hacia Rusia.
La AFIP de los Fernández empezó entonces a controlar que los ricos realmente mudaran su residencia fiscal. En el primer año debían permanecer 270 días fuera del país y a partir del segundo, 180 días. Esa costumbre de vigilar si no se quedan 181 días o más continúa, pese al relajamiento de la ARCA en la era Milei. Ese es uno de los motivos por los que algunos vuelven: están cansados de contar en el calendario si se exceden o no en sus visitas a su país de origen, según otro contador de millonarios. “Tengo unos que se habían ido a EE UU y volvieron porque ARCA está muy controladora de los días que están”, agrega.
“Los que se fueron quedaron bastante dolidos porque el gobierno anterior les aplicó normas retroactivas para agarrarlos con Bienes Personales, con el aporte solidario, y eso quedó en la cabeza de muchos”, explicó el contador
Diego Fraga, del grupo Expansion. Algunos ricos temieron que el aporte solidiario por la pandemia no fuera por única vez ante las nuevas necesidades de financiamiento del entonces gobierno.
A la hora de regresar pesaron diversos factores, según los estudios contables que atienden a grandes fortunas. Por un lado, Milei impulsó una rebaja de Bienes Personales del 2,25% máximo al 1% actual, que bajará en 2026 al 0,75%. Pero además se creó un régimen especial por el que en 2024 pudieron pagar cinco años por adelantado con una tasa de sólo 0,5%, sin tener que tributar por aumentos patrimoniales que se dieran de 2025 a 2028 y con estabilidad fiscal hasta 2038. Es decir, aquellos que adhirieron al mecanismo estará exentos de cualquier incremento impositivo que pueda decidir un futuro gobierno en 2027, 2031 o 2035.
Pero no sólo la plata pesa. Los contadores cuentan que sus clientes también quisieron volver porque extrañaban su país de origen, su familia, sus nietos. Y otro factor de peso fue la cobertura de salud que ya tenían en la Argentina y la dificultad para conseguirla a cierta edad en otra nación.
“Lo afectivo juega: agarrar las cosas e irte si no tenés un grupo de pertenencia y amigos es complicado”, cuenta un profesional de los números. “A eso se suma el factor Milei, que bajó los impuestos patrimoniales, que son los que más estaban jodiendo, y promete bajarlos más impuestos.”
Pero todavía quedan muchos millonarios afuera. Otro contador comenta que ninguno de sus clientes regresó. “El que se fue convencido por ahora no vuelve. Por lo menos hasta que el panorama político sea uniforme, o que haya un sentido económico claro, sin riesgos de que vuelva el populismo”, sostiene el asesor contable.
Que vuelvan los millonarios argentinos no significa necesariamente mayor inversión productiva. En contraposición, las que se van son las empresas extranjeras, que venden sus operaciones, a empresarios criollos. No gobierna el peronismo, pero esta semana se conoció que la francesa Carrefour quiere vender toda o parte de su filial local. Es la última de una larga lista de multinacionales que se fueron o planean irse con Milei: HSBC, Xerox, Clorox, Procter & Gamble, Prudential, ENAP Sipetrol, Petronas, Fresenius Medical Care, Telefónica, Mercedes-Benz, ExxonMobil y Cartesian Capital Group (exdueña de Flybondi). Otras pusieron cartel de venta como Raízen (Shell), Equinor y Paramount. Están las que pasaron de fabricar a importar, como Nissan.
AR/MG