Arrebatos, amenazas y operaciones: la nave chapucera de los Milei va

El Mundo de los Hermanos Milei mostró tres de sus facetas constitutivas en la semana que pasó.
- Pobreza política. Los memes de leones que vejan mandriles con los que se entretiene el Presidente no se proyectan a una fortaleza real de su armado de poder. La contundente derrota oficialista en el Senado en un puñado de proyectos —que procuran apenas reparar una parte menor del daño de la motosierra— dejó expuesta la debilidad de una concepción infantiloide, que reparte etiquetas evaporables de “héroes” y “ratas”, según sea la sumisión circunstancial del destinatario. Política del arrebato y la compra de voluntades a cielo abierto. No se trató sólo de una derrota numérica abrumadora (52 a 0, 56 a 0). También demostró un engranaje desarticulado en el interior del oficialismo, con tácticas alocadas que hace cúspide en la acusación de “traidora” a la generala Victoria Villarruel, y desconocimiento básico del funcionamiento parlamentario. Sobre todo, el mal mayor del texto ultraderechista: la Libertad Avanza (LLA) carece de un solo senador con un universo lexicográfico superior al de un niño de cuarto grado. Si lo tiene, hasta ahora prefirió el silencio.
- Amenaza a la democracia. La violencia institucional intrínseca que supone colocar a Patricia Bullrich en un ministerio, el submundo de la SIDE y Comodoro Py, y la utilización abusiva de DNU son elementos antidemocráticos del Gobierno ultra. Vicios en los que sus predecesores en Casa Rosada incurrieron, en mayor o menor medida, pero ninguno llegó al extremo actual. La novedad de la semana fue que el Gobierno utilizó a activistas de la más baja calaña para alentar “los tanques a la calle”, “dinamitar el Congreso con diputados y senadores adentro” y “organizar milicias”. Daniel Parisini (Gordo Dan), Francisco Antunes (Fran Fijap) y otros escribas de esas amenazas tienen ingreso privilegiado a Casa Rosada, el Congreso, los clubes de estafas cripto y actos de LLA; desde las redes, señalan, escarmientan y anticipan medidas que tomará Milei, y cuentan con espacios generosos en streamings y los canales y radios de Clarín, América, Werthein y La Nación. La misma característica autoritaria del soez que habita la Casa Rosada hace que esas peligrosas manifestaciones no tengan consecuencia judicial. Un ilusorio peritaje sobre el contenido de los celulares de cualquiera de ellos cambiaría la agenda por varios meses.
Sobre todo, el mal mayor del texto ultraderechista: la Libertad Avanza (LLA) carece de un solo senador con un universo lexicográfico superior al de un niño de cuarto grado
- Precariedad económica. “El mundo habla del milagro económico argentino” (Milei), “comprá campeón, no te la pierdas” (Caputo), “Nobel de Economía para Milei” (Scioli, Milei). La megalomanía encontró su límite en una comedia de enredos que protagonizaron dos de las correas de transmisión favoritas del ultra, Luis Majul y Alejandro Fantino, durante el feriado del 9 de julio. El guion incluyó unas tres horas de entrevistas a Milei y Caputo, y un relato burdo de misiles y reactores recitado por Fantino en su canal, Neura. Del barullo autogenerado quedó claro que el Gobierno cree que el programa económico enfrentará severas turbulencias por la aprobación de una extensión de la moratoria a jubilados y un aumento de 7,2% en los haberes. En el cálculo de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), las medidas equivalen a 0,08% y 0,3% del PBI anual, respectivamente. El Gobierno que prenuncia terremotos es el mismo que redujo a la mínima expresión el impuesto a los Bienes Personales (riqueza), un regalo para los adinerados, cuyo costo fiscal fue 0,41% del PBI (OPC), o que festeja a los evasores como “héroes” y crea “el blanqueo más generoso de la historia”. Los otros proyectos que en estos días estuvieron en agenda del Congreso (Garrahan, universidades, Bahía Blanca, discapacidad) tienen un peso presupuestario menor, y, en algunos casos, incluyen la forma de financiamiento.
Ante esta escena de inspiración mileísta, cabe preguntarse cuál es la interpretación posible de un inversor extranjero, que podría tener los dólares que le faltan a la economía argentina.
Desde Manhattan, Londres o Hong Kong, el hombre o la mujer en cuestión seguramente tendrá afinidad epidérmica con un libertario con motosierra en un país del sur. Podría no preocuparse por peligros autoritarios, excentricidades y estafas cripto, pero sabrá sacar cuentas. Si escucha a un Presidente y a su ministro alertar que “quieren dar un golpe institucional” y “lo único que les interesa es volver para robar”, y constata que los mentores de tan aviesas intenciones se las ingenian para sumar a tres cuartos del Senado y a “todos” los gobernadores, lo mejor —en la propia lógica del Gobierno— es mantenerse lo más lejos posible. Está en riesgo la estabilidad cambiaria y el descenso inflacionarios, logros exclusivos de un plan que deterioró el empleo, forzó la deserción estatal de las funciones más básicas, hundió jubilaciones y fijó los precios del supermercado entre los más caros del mundo.
Las seguridades del ultra
En un arco narrativo que va de catástrofes bíblicas a penetraciones inconmensurables, Milei reaccionó a la derrota legislativa con la enunciación de tres seguridades, dos de ellas, relativas, y una, absoluta. Dijo que aplicará el veto a todo lo aprobado porque “el superávit no se negocia”, aunque exista una “mínima probabilidad” de que las cámaras de origen confirmen la ley con dos tercios de los votos (primera seguridad relativa). Ante esa eventualidad, acudirá a los tribunales, para que el asunto quede enterrado por meses o años. Basa su argumento jurídico en que la sesión del jueves —convocada, validada y votada por mayorías muy holgadas— no habría respetado el reglamento del Senado. También en ese punto, el ultra admitió como probable que un juez desestime el intento de bloquear al parlamento (segunda seguridad relativa).

Milei no concibió la más mínima duda en que va a “aplastar para siempre” y “hacer mierda” a la oposición en las elecciones legislativas de octubre.
Esa escala de seguridades merece ser revisada.
Tiene motivos el Presidente para intuir que podrá convencer a los radicales, algún cordobesista, provinciales y el puñado de peronistas necesarios para alcanzar el tercio en la Cámara de Diputados que le permitiría confirmar el veto a las reparaciones sociales y jubilatorias aprobadas el jueves.
El torcimiento de voluntades, la aparición oportuna del bloque “darle-las-herramientas-al Presidente” y ausencias sospechosas fueron la norma en el primer año y medio del economista en la Casa Rosada. El método dio sus frutos para aprobar la ley Bases, mantener vigente el mega-DNU 70/2023 y frenar cualquier intento opositor. De ser necesarios, Margarita Stolbizer, Rodrigo de Loredo y Florencio Randazzo siguen ocupando bancas.
Tiene motivos el Presidente para intuir que podrá convencer a los radicales, algún cordobesista, provinciales y el puñado de peronistas necesarios para alcanzar el tercio en la Cámara de Diputados que le permitiría confirmar el veto
Es cierto que la dinámica de borocotización se encuentra previsiblemente en crisis ante la sobreoferta oficialista — con tinte local o nacional— en muchas provincias. Se pueden buscar explicaciones en la relatada “intransigencia” de Karina, el “pragmatismo” de Santiago y la orfandad del PRO y la UCR, pero lo cierto es que los lugares elegibles son finitos y, en un punto, aliados dispuestos a casi todo, como el gobernador correntino Gustavo Valdés o el senador cordobés Luis Juez, se ven forzados a mostrar los dientes. La política sabe cómo resolver esos conatos de rebeldía.
Lo mismo cabe para los tribunales. El fuero federal y la Corte Suprema se manejan con una ley propia, mutante y sórdida, por lo que Milei no debería temer demasiado en ese frente. El bloqueo a una decisión a todas luces válida del Congreso se parece bastante al fin de la democracia, pero la aventura ultraderechista no teme meterse en ese terreno.
El Gobierno se prepara para vetar las leyes aprobadas en el Congreso dentro de los diez días hábiles, con un texto que pondrá el acento en que la sesión del jueves no respetó el reglamento del Senado. En las últimas horas, se afirmó la confianza de la Casa Rosada en que el bloqueo en la Cámara de Diputados está garantizado.
Voces cercanas al Gobierno libertario arrimaron la idea de dejar las normas aprobadas en un limbo, sin pronunciamiento del Ejecutivo, de modo de evitar un veto que, en sí mismo, incluye el reconocimiento de la validez de lo aprobado en el Senado. Ello habilitaría un proceso de judicialización y lucha de poderes constitucionales, que serviría para ganar tiempo y llegar a las elecciones de octubre.
La alternativa fue descartada. Suponía una violación constitucional pura y dura, causa nítida de juicio político, algo que hoy suena ilusorio, pero quizás mañana no tanto.

La justificada confianza de Milei en el tercio de la Cámara de Diputados y la mano de algún juez radica en la tercera de las premisas: La Libertad Avanza arrasará en octubre y ello reconducirá a gobernadores que hoy se muestran atrevidos. La estridencia en el enunciado de la hipótesis de victoria arrolladora es inversamente proporcional a la certeza que brinda el escenario al respecto.
La lectura triunfante del mandatario y sus medios cautivos sobre las elecciones locales de este año, llevadas a cabo en siete provincias y la Capital Federal, no tiene un correlato nítido en los porcentajes obtenidos. Se trató de comicios provinciales, no necesariamente proyectables a la Nación, aunque aportan indicios.
Un dato probado es que el sello LLA se nacionalizó, cuando hace apenas dos años dejó de presentarse en ciertas provincias, y con ello, resignó bancas. El partido oficialista está presente en casi todas las provincias con esa identidad, mientras se borronean algunos de sus adversarios, amigables o reales.
La lectura triunfante del mandatario y sus medios cautivos sobre las elecciones locales de este año, llevadas a cabo en siete provincias y la Capital Federal, no tiene correlato nítido en los porcentajes obtenidos
El mapa se mueve
La cosecha de LLA mostró, hasta ahora, desde un resultado marginal a una porción significativa, de entre 10% y 30% de los votos, que a veces alcanzó para ganar (Ciudad de Buenos Aires) y otras para salir segundo, tercero o cuarto. Con márgenes de abstención sin precedentes, una lectura realista del recorrido electoral de este año abre incógnitas.
Entre estas últimas, la más comprobable es que el partido de los Hermanos está absorbiendo al de Mauricio Macri. Tras dos años de seguidismo acrítico, el PRO se quedó sin margen para resistir la avanzada. Sensible trasvase desde la derecha a la ultraderecha, aunque puede sumar cero a la hora de contar bancas en las cámaras.
Si entre los bloques libertarios y el PRO hoy cuentan unos ochenta diputados y el número, a partir de diciembre, no difiere mucho de eso, los Hermanos no tendrán demasiado para festejar. Desde el requisito de disciplina y lealtad, el PRO fue incluso más orgánico desde diciembre de 2023 que las propias bancadas oficialistas.
Hay escenarios en los que la división de la oferta electoral en las competencias por cargos provinciales se repetirá en las legislativas nacionales de octubre. Por caso, distritos importantes, como Córdoba, Tucumán, Santa Fe y —con más dudas— Mendoza. Sus cuatro gobernadores (dos radicales y dos peronistas) pusieron y sacaron diputados de acuerdo a las necesidades del ultra, a veces, arrojando la piedra y escondiendo la mano.
Se viene una campaña electoral. Con ella, crecerá la necesidad de ahondar diferencias, sea por cambio de ciclo político o porque conviene disimular un rato. Nuevamente, ante la casi segura existencia de frentes realmente opositores, liderados por el kirchnerismo u otras identidades peronistas, que competirán con los armados de gobernadores amigables, un resultado positivo para La Libertad Avanza rondaría el tercio de los votos. Probablemente alcanzará para ganar, pero estará lejos de “arrasar” y otras proyecciones escatológicas que suelen salir de boca de Milei.
Menos kirchnerismo en el Senado
En el Senado, las cuentas pueden marcar un avance neto del oficialismo, real o aliado, dado que las sillas en juego son las electas en 2019, cuando triunfó el fallido Frente de Todos. Renuevan sus senadores Salta, Santiago del Estero, Chaco, CABA, Entre Ríos, Neuquén y Río Negro. En principio:
- Chaco (gobernada por Leandro Zdero, UCR, aliado de Milei): el peronismo antimileísta tiene dos de los tres senadores, y podría pasar a uno, aunque la disputa es pareja.
- Salta (Gustavo Sáenz, peronista, aliado de Milei): podrían repartirse las tres bancas entre el peronismo filomileísta local y LLA, por lo que la oposición real perdería a sus dos senadores actuales.
- Ciudad de Buenos Aires: de tres senadores en ejercicio con perfil opositor, Martín Lousteau (UCR), Guadalupe Tagliaferri (PRO-Horacio Rodríguez Larreta) y Mariano Recalde (PJ), la oposición real podría quedarse con uno o ninguno, si una boleta de LLA y otra del PRO se reparten las sillas en juego.
- Entre Ríos (Rogelio Frigerio, PRO): el peronismo podría conservar su única banca.
- Santiago del Estero (Gerardo Zamora, UCR-K): la versión local del kirchnerismo podría mantener las tres bancas que posee, o perder una.
- Tierra del Fuego (Gustavo Mellela, UCR-K, opositor): El armado peronista retendría sus dos senadores o perdería uno.
- Neuquén (Rolando Figueroa, provincial, amigable con Milei): Entre LLA y el partido de Figueroa, podrían repartirse las tres bancas, con lo que el peronismo perdería las dos que tiene.
- Río Negro (Alberto Weretilneck, provincial, amigable con Milei): Con una probable competencia de la fuerza provincial, un frente peronista y LLA, el kirchnerismo podría perder uno o los dos senadores que pone en juego.
Con este mapa, un resultado positivo —no necesariamente arrasador— para LLA y sus aliados marcaría un sensible retroceso de hasta diez bancas para la oposición, y con ello, se extinguiría cualquier capacidad de avanzar con iniciativas propias, y mucho menos insistir con mayorías calificadas ante un veto del ultra. En un cálculo conservador, LLA pura podría agregar cuatro senadores a sus siete actuales.
Es con esa realidad con la que debe lidiar el peronismo. Todo un desafío, no ya para “volver a enamorar” al electorado, sino para, al menos, no causar indiferencia y desprecio.
El eje Instituto Patria-Cámpora se propone centrar la campaña en el reclamo “Cristina libre”. Tras dos años de prédica para no asumir la más mínima responsabilidad por el ciclo 2019-2023, defensa cerrada de “los años maravillosos 2003-2015”, concentración de decisiones en una mesa ínfima entre el Instituto Patria y La Cámpora, con un Kirchner a cada lado, manejo de la lapicera en los PJ nacional y bonaerense y retórica “Che, Milei”, el liderazgo estratégico de la expresidenta se pone a prueba.
slacunza@eldiarioar.com
SL
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