El viernes lo pidió Steve Bannon, antiguo colaborador de Donald Trump en su primera presidencia en un discurso en su programa, de nombre elocuente, War Room: “Que sean declarados organización terrorista, que se empiece a solicitar registros telefónicos, mensajes de texto, ver quién los financia, quién los contacta, qué políticos trabajan con ellos, qué medios de comunicación los colaboran, y deberíamos arrestar a los medios que colaboran como cómplices. Si quieres evitar una guerra civil, hay que hacerlo hoy. Hay que usar el poder del estado, y nosotros estamos al mando. No queremos unidad, solo aceptaremos la victoria. Solo nos importa ganar. ¿Por qué? Porque eso es lo que salvará a nuestro país”.
Y este domingo, cuando emprendía el regreso a la Casa Blanca después de haber estado jugando al golf en su campo de Bedminster (New Jersey), Trump anunciaba que la persecución política daba un paso más: “El problema está en la izquierda. Si nos fijamos en el problema, el problema está en la izquierda. No está en la derecha, como a algunos les gusta decir. El problema que tenemos está en la izquierda. Y cuando vemos a los agitadores, y vemos a la escoria que habla tan mal de nuestro país, las quemas de banderas estadounidenses.... Eso es la izquierda. Eso no es la derecha”.
¿Tienen previsto investigar? “Ya están bajo investigación, mucha gente que tradicionalmente se consideraría de izquierdas ya está bajo investigación”.
Aún no se han presentado los cargos contra el supuesto asesino de Charlie Kirk, las autoridades policiales tampoco están contando cuál du fue el móvil que ellos consideran pudo llevar al supuesto culpable, Tyler Robinson, pero la Administración Trump ya ha empezado a investigar a personas de izquierdas, si bien no ha dicho a cuáles: no ha explicado ni qué organizaciones, entidades o personas está siendo investigadas.
Pero las personas que también están ahora en el punto de mira son las extranjeras que viven en EEUU con visado, que se arriesgan a ser expulsados del país por comentarios en relación con el asesinato de Kirk: “Estamos buscando nombres. No nos gusta. No está bien. No celebraríamos si algo pasara de su lado, y no lo hacemos. Son gente enferma. Son gente realmente trastornada”.
“Los radicales de izquierda son el problema: son crueles, horribles y políticamente astutos”, decía Trump el viernes por la mañana en Fox.
Este mismo domingo, el número dos del secretario de Estado, el vicesecretario Christopher Landau, anunciaba en X la retirada del visado a un periodista alemán que hacía una descripción muy crítica de Stephen MIller, una de las personas más trumpistas de la Administración.
Desde la muerte de Kirk, Trump no ha dejado de responsabilizar “a la izquierda radical”, ha hablado de “lunáticos”, se ha acordado solo de los ataques a dirigentes republicanos, y ahora ya anuncia que hay investigaciones en marcha sobre algunas personas.
Las personas 'trans', en la diana
Una de las referentes MAGA del momento, Laura Loomer, está pidiendo la “ilegalización de ANTIFA”, como si fuera una organización, pero, también, declarar terrorista “el movimiento transgénero”. Y lo está pidiendo ahora, cuando ha trascendido que el compañero de piso del supuesto asesino de Kirk es una persona trans en transición de hombre a mujer, con la que tenía una relación sentimental, según las autoridades policiales.
A partir de ahí, el marco que se está intentando crear desde el trumpismo es que Tyler Robinson, sensibilizado en primera persona con la realidad trans, asesinó a Kirk por sus ideas tránsfobas.
El gobernador de Utah, Spencer Cox, ha explicado en la MSNBC que el martes será el día que presenten los cargos formalmente contra Tyler Robinson. “Se están reuniendo pruebas, entrevistando a amigos y conocidos, personas cercanas al sospechoso. Por lo que sabemos hasta ahora, hay un par de cosas que podemos confirmar: que, según la familia y las personas que estamos entrevistando él proviene de una familia conservadora, pero su ideología era muy diferente a la de su familia. Y que el compañero de piso es una pareja que está en transición de hombre a mujer”.
Cox, además, afirma que, al contrario que Robinson, la persona con la que compartía piso sí está colaborando con la policía: “Sabemos que esa persona ha cooperado mucho con las autoridades y tenemos pruebas forenses procesadas que compartiremos cuando se presenten los cargos el martes”. Y ha añadido: “Claramente, había una ideología izquierdista en este asesino”. No obstante, no se ha hecho pública ninguna prueba de esa supuesta radicalización de izquierdas del presunto asesino de Kirk –libros, decoración de la casa, archivos en el ordenador, escritos, manifiestos políticos, militancias...–.
“El sospechoso no ha cooperado hasta ahora”, ha explicado Cox: “Así que estamos obteniendo toda esta información de familiares, de personas cercanas al sospechoso”.