Massa y poder
Tomar las consignas de los contrincantes y devolverlas multiplicadas: querías bajar impuestos, los bajo primero yo. Querías aniquilar al kirchnerismo, yo lo hago desaparecer en un momento. Querías un país ordenado: acá lo acabo de ordenar: ordené que suban al escenario mi familia y la familia de mi vicepresidente: familia, propiedad –este último concepto no en términos heideggerianos–, una familia como se debe: heterosexual, un hijo varón , una hija mujer, nada de drag queens y otras deformaciones. Del lado de lo monstruoso, de lo deforme están los adversarios. ¿De dónde salieron?
Los adversarios de La Libertad Avanza parecen salidos de un programa de la televisión de la tarde. Son mediáticos, tienen algo de esos tipos que se visten de superhéroes pero no tienen super poderes. Y como sabemos, cada superhéroe surge por una anomalía: lo mordió una araña radioactiva, le mataron a los padres en su cara, le secuestraron a la madre: son víctimas de la inseguridad.
Pero estos superhéroes se parecen a los Watchmen que imaginó Alan Moore en un mundo que se está haciendo mierda. Nuestra sociedad se está haciendo pomada básicamente porque no se consigue una síntesis superadora entre el peronismo y el antiperonismo. En el medio, la corrupción que campea por ambos lados pero que, salvo para la izquierda y Juan Grabois, ya no le importa a nadie.
Lo que los kirchneristas le dicen a Myriam Bregman es: ¿Por qué te importa la corrupción? ¿No te das cuenta que para gobernar eso no es importante? ¿Te da lo mismo, Myriam, Milei o Massa? Y no. Myriam dice que no. A nadie le da lo mismo Milei que Massa porque Milei representa el peligro del totalitarismo que llega mediante la democracia al poder para después eliminar la democracia.
La corrupción va a hacer que tengamos, dos por tres, un Milei en la puerta con la motosierra, hablando de la casta. ¿Qué es la casta? Titanes en el ring. Esos luchadores que no se pegaban, hacían que se pegaban.
Pero si tuvieras que organizar una fiesta, a quién invitarías ¿a Milei o a Massa? Yo creo que a Milei, porque es como uno de esos youtubers descontrolados que le llaman tanto la atención a la gente, que dicen las cosas que nadie se anima a decir, que parecen no tener inconsciente. Milei es un meme peligroso que encarnó en una persona. Hay una película con Russell Crowe que trata de esto, se llama Realidad Virtual, es un film que se anticipa a Matrix, donde un asesino serial que vive en una computadora logra escapar de la realidad virtual y empieza a hacer desastres en el mundo real.
Massa, en cambio, sería un plomo en una fiesta: todo es previsible, conservador, ordenado. Su discurso post triunfo fue demoledor: ni un rasgo de poesía, pura praxis, perfecto, sin altibajos, de memoria. Massa, a diferencia de Milei, puede convocar hasta los votantes de Patricia Bullrich, es un ser político abierto que no parece todavía tener techo, ni siquiera la economía paupérrima logró derrotarlo. Hay algunos kirchnerista que incluso lo ven sexi. Ojalá que Massa cambie, dicen. Ojalá que Massa nos sorprenda, dicen. Y ya nos está sorprendiendo. Su mejor creación es el Mileinarismo algo que, simplemente, es demasiado. Mucha intensidad en la mierda. No nos olvidemos que después de votar hay que laburar, comer, ver Netflix. Una cosa es el animador de la fiesta, otra que el animador sea el que gobierne el país.
¿Y Mínimo Kirchner? Celoso de la preferencia de su madre por Kicillof, trató de que bailemos el wadu wadu. Pero a Wado estos tiempos salvajes se lo comían crudo. Me pregunto cuál es la nueva canción que quería cantar Axel. ¿Será Pato trabaja en una carnicería? Porque ahí está ahora Pato Bullrich, en la carnicería en que se ha convertido el Pro. “La montonera que tiraba bombas en los jardín de infantes”, según Milei, que le sacaba plata del bolsillo a los jubilados, según la historia, y que quería exterminar al kirchnerismo, según sus consignas, ahora atiende una carnicería donde las moscas caen electrificadas cuando chocan con la luz de neón violeta que ilumina al último local del Pro.
FC
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