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COVID-19 y gripe A

Un desafío logístico inédito: 100 millones de dosis y tres vacunas para los mayores

Alberto Fernandez Ginés González García Carla Vizotti

Pablo Ibáñez

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Llegarán al país vía aérea, en palets, y con hielo seco para garantizar los 18 grados bajo cero. El Ejército las distribuirá en los puntos de logística que fije cada provincia y ahí empezará el tramo más complicado del mega operativo de vacunación que, en 2021, deberá aplicar 100 millones de dosis, un desafío inédito para el sistema de salud.

En la Argentina, cada año se aplican 42 millones de vacunas dentro del calendario oficial: desde recién nacidos hasta mayores de 60 años, grupo que a partir de la gripe A —la pandemia que arreció en 2009— se convirtió en un universo de alto impacto.

En 2021, por el COVID-19, la cifra de vacunados se multiplicará por 2.3, lo que pondrá a prueba la capacidad organizativa de los gobiernos: el Nacional que hará la compra y el reparto a todo el país, y los de cada provincia que, junto a los municipios, harán el operativo de vacunación barrio por barrio.

El plan anual de vacunación preventiva de gripe A alcanza a 12 millones de personas, entre niños de 6 a 24 meses, embarazadas, grupos de riesgo, mayores de 65 y personal de Salud. En 2021, esa cifra se repetirá, pero incorporará un inconveniente extra: la dosis por la gripe A no se puede colocar junto a ninguna de las dos dosis anticoronavirus.

Cada dosis, que se preserva a -18 °, tarda media hora en descongelarse para poder ser aplicada y dura solo media hora activa. Pasado ese tiempo pierde eficacia

“La de la gripe A se da en abril, por lo que los 12 millones de mayores tendrán que tener las dos dosis de COVID-19 antes de esa fecha”, explicó a elDiarioAR una fuente de Salud que participa del diseño del operativo.

La triple vacunación para los adultos —dos dosis anti COVID-19 y una de gripe A— es uno de los factores que aparecen en rojo en el diseño del operativo: por la secuencia y el despliegue territorial. El tiempo y el espacio son factores clave. Aunque con las semanas se bajó el nivel de frio que requerían algunas vacunas —que llegaron a los 80 bajo cero—, perdura la dificultad de que el ciclo de la vacuna es relativamente corto y requiere una logística precisa.

“Cada dosis, que se preserva a -18 °, tarda media hora para descongelarse para poder ser aplicada, y después dura solo media hora activa. Pasado ese tiempo, pierde eficacia”, detallan fuentes oficiales.

Así como se planifica una vacunación por turnos para evitar aglomeraciones, también se busca evitar que vaya menos gente de lo previsto porque eso implicaría que haya que desechar vacunas. No sólo por el costo sino, sobre todo, por la disponibilidad de dosis que aparece todavía en el terreno de la incertidumbre.

El mapeo para la vacunación se hará sobre la base del padrón electoral, porque se considera el registro más actualizado respecto a la ubicación. Servirá como guía. La Cámara Nacional Electoral (CNE) abrió, entre el 15 de noviembre y el 15 de diciembre, un plazo para incorporar actualizaciones en caso de mudanzas o traslados. Ese proceso no impacta sobre el operativo de vacunación. El Ministerio del Interior tuvo que desmentir que fuese obligatorio confirmar los datos en la Justicia para luego ser incluido entre los vacunados.

La aplicación empezará con personal esencial, grupos de riesgo y mayores de 60, en este caso por por orden alfabético.

Sólo en el segmento COVID-19, la previsión oficial es que el operativo conjunto a nivel nacional permita aplicar 5 millones de dosis por mes. El gobierno llegó a un acuerdo para que antes de fin de año lleguen al país 600 mil dosis de la Sputnik V —alcanza para 300 inmunizaciones—, en enero se sumen 5 millones y otra cifra similar en febrero, con la posibilidad de otros 5 millones en marzo.

En Nación y en las provincias definen, contra reloj, la compra de materiales y equipamiento para el operativo. En Buenos Aires, donde proyectan vacunar 12 millones de personas —el 75% de la población—, se apuró la primera adquisición de 5 millones de jeringas y agujas, y 300 freezer, por citar dos renglones que definen la dimensión del operativo que se desplegará en los 77 hospitales provinciales más los municipales —para personal de salud y policías—. El ministerio de Salud provincial sumará vacunatorios y puntos PAMI y IOMA para los adultos , y preparará 300 escuelas para incorporar al dispositivo.

Sólo en el conurbano, entre mayores de 60 años y personal de Salud y Seguridad, la provincia debe vacunar a más de 3 millones de personas. Hay, en paralelo, otro deadline: con fecha de reinicio de clases previsto para el 1 de marzo, en el gobierno se anticipa como escenario ideal, casi imprescindible, que antes de esa fecha estén vacunados el personal educativo, docentes y no docentes.

En todo el país, de acuerdo a los datos del Ministerio de Salud nacional, hay 883 mil docentes, desde el nivel inicial al universitario.

PI SL

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