“El Argentino”, quién era Facundo Molares, el ex militante de las FARC que murió en el Obelisco

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Facundo Molares, el hombre que este miércoles murió tras ser detenido por la Policía de la Ciudad en una protesta en el Obelisco, era fotoperiodista y había sido militante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), donde militó durante 15 años en la Columna Teófilo Forero.

“En mi juventud estuve militando en las filas guerrilleras de las FARC en Colombia”, contó en una entrevista con Tiempo Argentino en abril de 2022, preso en la cárcel de Ezeiza. “Se me acusa del secuestro de un concejal colombiano, del cual no participé pero sí estuve en su liberación”.

Molares, de 47 años, participaba este miércoles de una manifestación organizada por Votamos Luchar y Rebelión Popular en el Obelisco para expresar su rechazo a las elecciones del próximo domingo.

Por su participación en las FARC, Molares estuvo detenido y luego excarcelado en 2022, después de que la Jurisdicción Especial para la Paz de Colombia suspendiera la solicitud de extradición que pesaba contra su persona. En total, Molares estuvo preso ocho meses en la Unidad Penitenciaria Federal Nº 6 de Ezeiza.

Durante esa detención, un comunicado de la Coordinadora por la Libertad y Rebelión Popular había advertido que el periodista había tenido que ser hospitalizado por un cuadro “de fiebre e hipertensión”, a la vez que advertía que  necesitaba “una atención urgente en mejores condiciones que las que ofrece un hospital carcelario”. 

Sobre su alejamiento de las FARC, había dicho en el reportaje con Tiempo Argentino:  “Dejé el campamento a la luz del día, me despedí de mis compañeros de 15 años. Sentí tristeza por el pueblo colombiano, porque su sufrimiento no terminó y se merece una vida mejor”.

Preso en Bolivia

Molares Schoenfeld, tal su apellido completo, también estuvo preso en Bolivia durante casi un año, en la cárcel de máxima seguridad de Chonchocoro. Había viajado hacia ese país en noviembre 2019, para cubrir el golpe de estado contra Evo Morales y terminó encarcelado durante el Gobierno de facto de Jeanine Áñez. Según explico en un reportaje con la agencia Télam, “hubo coincidencias que me perjudicaron. Esos días Evo Morales estaba Buenos Aries y había dicho que frente a la desobediencia constitucional de las fuerzas armadas debía formarse una milicia popular. Les caí como anillo al dedo”.

Tras ser repatriado desde La Paz, se refugió en Trevelin, en Chubut, donde volvió a ser detenido por su participación en las FARC.

El móvil era un pedido de extradición del gobierno de Colombia, que no correspondía porque Molares había ingresado en los acuerdos de paz entre las FARC y el Estado colombiano”, explicó Prensa Obrera. “Yo soy parte de los firmantes de ese acuerdo”, relató Molares en la nota. “Eso es lo que determina mi vuelta al país”.

Una vida militante

Molares vivió sus primeros años en José C. Paz, donde empezó a formar su militancia junto a su padre Hugo, referente sindical del Hospital Ciudadela. Con apenas 14 años, se hizo comunista y leía los diarios del Che Guevara, según reconstruyó el periodista Nicolás García Recoaro para la revista Crítica.

“De pibe miraba los chicos comiendo la basura y decía, ¿por qué? La gente viviendo en la calle entre cartones, ¿por qué tiene que pasar esto?”, se preguntaba Molares en una entrevista a Télam.

Con el final de la dictadura y el regreso de la democracia, la familia Molares Schoenfeld se mudó a la Patagonia. Cuando terminó el secundario, se instaló en la villa 1-11-14 del Bajo Flores, donde militaba.

El 19 y 20 movilizamos con el barrio entero, vecinos que fueron por primera vez al centro. Cómo no participar en una manifestación social de ese calibre”, contó Molares a Crítica sobre las protesta de diciembre de 2001. A los pocos meses, vendió sus pertenencias y salió a la ruta.

En el camino hacia Colombia, fue electricista, carpintero y albañil. Sobre su encuentro con las FARC, dijo: “Desde que ponías un pie en esa tierra era imposible abstraerse de la realidad. La lucha era muy poderosa. Me fui quedando”. Adoptó el seudónimo de “Camilo Fierro”.

El alias de Molares surgió por Cienfuegos y el cura Torres, y el apellido por un viejo apodo de su padre sindicalista. Sin embargo, sus compañeros lo llamaban “El Argentino”.

LC con información de agencias