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EL LLAMADO DE LA EXPRESIDENTA

“¿Me escuchan ahí en la Plaza de Mayo? Soy yo, Cristina”

Luego de un mensaje grabado, los militantes en Plaza de Mayo escucharon el llamado telefónico de Cristina Fernández de Kirchner.
18 de junio de 2025 16:21 h

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“Hola, ¿cómo están? ¿Me escuchan ahí en Plaza de Mayo? Soy yo, Cristina, estoy acá en San José 1111, ¿se escucha? ¿se escucha?”. El discurso de Cristina Fernández de Kirchner había terminado y los miles de militantes se preparaban para empezar la desconcentración de la Plaza de Mayo cuando los sorprendió un nuevo audio. Esta vez era la expresidenta en vivo y directo que habló a sus seguirdores con una llamada.

“Bueno, nada, tenemos que darnos maña para poder comunicarnos y para estar cerca, así que bueno, vamos con la tecnología por ahora, así que un abrazo a esa plaza, a esa plaza maravillosa, desbordada, que me hace acordar a la plaza del 9 de diciembre del 2015”, siguió Fernández de Kirchner en lo que fue su primer discurso tras la detención domiciliaria que ordenó la justicia en la causa Vialidad.

La ex presidenta envió primero un audio que se escuchó en la Plaza de Mayo y luego se comunicó vía telefónica. En ese llamado siguió: “Están todos juntos y la verdad que quiero agradecerles tanto cariño y tanto afecto y que junten codo con codo, fuerza con fuerza, brazo con brazo, porque tenemos razón, la razón nuestra es que somos todos los pueblos que se niegan a ser arrasados y también una patria que se niega a ser colonia, así que compatriotas, como siempre, con firmeza y con mucho trabajo, siempre tirando para adelante, siempre, gracias, los quiero mucho, mucho, mucho, los abrazo con mi corazón, fuerza compañeros, fuerza argentinos, fuerza compatriotas”.

Apenas terminó la llamada la plaza estalló al ritmo de “Todo preso es político” de Patricio Rey y los Redonditos de Ricota.

Antes, los militantes escucharon el mensaje grabado de la expresidenta. Aqui el texto completo: “Hola, ¿qué tal? ¿Cómo están, queridos compatriotas, en esa maravillosa e histórica Plaza de Mayo? Bueno, espero que muy bien. Yo aquí, en San José 1111, firme y tranquila. Eso sí, con prohibición de salir al balcón. Dios mío, qué cachivaches que son. Quiero agradecerles a todas y a todos las increíbles muestras de afecto y de cariño todos estos días acá, en la puerta de mi casa y en distintos puntos del país. Gracias de corazón. Los he escuchado cantar consignas, cantar la marcha, cantar el himno nacional, con mucha pasión. Pero quiero contarles que lo que más me gustó fue escucharlos cantar otra vez Vamos a volver. No lo hacíamos desde hacía muchísimo tiempo. Demasiado, tal vez. Y me gusta ese vamos a volver porque revela una voluntad, la de volver a tener un país donde los pibes puedan comer cuatro veces al día, y en el colegio les den libros y computadoras, que los laburantes lleguen a fin de mes y puedan ahorrar para comprarse un autito, una casita, un terrenito, algo que sea de ellos, conseguido con el esfuerzo de su trabajo. Bien peronista. Los jubilados tenían remedios. Dios mío, ese país no fue ninguna utopía. No, no, no, no. Lo vivimos durante 12 años y medio. Y además lo dejamos desendeudado, como a las familias y a las empresas. Increíble lo que han hecho y cómo han destruido. Pero así como aquello fue una realidad, yo les quiero decir que este modelo que ahora encarna mi ley, que no es diferente a los de otrora, se cae. Y se cae no sólo porque es injusto e inequitativo, no, no, no. No solamente por eso. Sino fundamentalmente porque es insostenible en términos económicos. Tiene vencimiento como el yogur y no es nuevo. Ya lo vimos con Martínez de Hoz en el 76 y con Cavallo en los 90. Porque me pregunto, ¿cómo se sostiene un modelo económico donde la gente tiene que tarjetear la comida del día a día y arriba después no puede pagar la tarjeta? ¿Cómo subsiste un país donde es mucho mejor comprar comida, viajar, comprar ropa afuera, porque es más barata de lo que está aquí adentro del país? Y mientras esto sucede, el ministro de Economía, el impresentable de Caputo, alquila dólares, alquila dólares para simular que tiene reservas. Realmente, ¿hay alguien que pueda pensar seria y sensatamente que esto es sostenible? Mi Dios, más chanda no se consigue. Y lo peor es que el verdadero poder económico sabe que este modelo no tiene futuro. Sabe que se cae. Y por eso estoy presa. Pero hay algo que deben entender todos y todas, incluso ellos, los del poder económico, concentrado. Pueden encerrarme a mí, pero no van a poder encerrar a todo el pueblo argentino. Los que están asustados no somos nosotros, son ellos. Hace exactamente una semana me le pregunté públicamente, lo dije, ¿por qué si dicen que yo estaba acabada, que nadie me quería, por qué no me dejaban competir? Bueno, ya respondieron, ya respondieron. Y la respuesta es esta, yo aquí presa en San José 1111 sin siquiera poder salir al balcón. Menos mal que no tengo macetas con plantas porque ni siquiera las podría regar, qué sé yo. Gente ridícula si las hay. ¿Y saben por qué no me dejan competir? Porque saben que pierden. Pero en esta etapa es necesario organizarse para clarificar, repito, organizarse para clarificar cuál es el verdadero problema que tiene nuestro país. Que no es más ni menos que un modelo económico en el que se enriquecen unos pocos y el resto la nieta contra el vidrio. Y esto está sostenido por un andamiaje judicial que al mismo tiempo que mantiene vigente a defesios como el decreto 70 que directamente modificó la Constitución, me mete presa a mí. Simple y sencillo, ¿no? Fácil de entender. Poder económico más partido judicial. Y el resto, que se joda. Hoy es el momento de demostrar que vamos a defender la democracia con las mismas herramientas con las que la construimos. Sin violencia, pero con coraje, sin miedo, pero con absoluta claridad del momento histórico que estamos atravesando todos los argentinos. Con amor. Lo vamos a hacer con mucho amor, como siempre. Con amor profundo por esta patria que tantas, tantísimas veces intentaron arrodillar, tantas veces supo levantarse una y otra vez. El pueblo argentino ya lo demostró mil veces, que sabe ponerse de pie, que sabe resistir, que sabe organizarse, que sabe luchar y que si lo expulsan también sabe volver. Volvió con Perón, volvió con Néstor. Yo no sé exactamente qué me depara el futuro inmediato, no tengo una bola de cristal, pero sí sé algo. Ya he pasado por casi todo en esta vida. Viví una dictadura que ha desaparecido a 30.000 argentinos y argentinas. Viví múltiples intentos de saquear el país y dejar el pueblo sin derechos. Viví el ejemplo y el enorme y terrible sacrificio de Néstor y todo lo que nos costó construir aquella de Canadá. No solamente en términos políticos, sino te diría hasta en términos personales y de familia. Viví también un intento de asesinato. No, la verdad es que no me ha faltado nada en estos años. Y he soportado este proceso judicial infame que se arrastra desde hace años y que llegó a su fin con la misma corrupción judicial con la que empezó. Bueno, queridos argentinos y argentinas, vamos a volver. Y además vamos a volver con más sabiduría, con más unidad, con más fuerza. Y desde donde me toque estar, desde la trinchera que sea, voy a seguir haciendo todo lo que esté a mi alcance para estar ahí junto a ustedes. Como ustedes siempre han estado también junto a mí. Pero lo vamos a hacer. Porque tenemos algo que ellos jamás van a tener ni van a poder comprar por más plata que tengan. Tenemos pueblo, tenemos memoria, tenemos historia y tenemos patria. Vamos a volver, argentinos y argentinas, lo vamos a volver a hacer una y mil veces como se ha hecho desde el fondo de la historia. Los pueblos, los pueblos finalmente siempre vuelven”.

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