Preguntas sin respuestas, nerviosismo y gritos: Francos titubeó en su defensa de los Milei por el caso $LIBRA
El jefe de Gabinete apostó a replicar la defensa que ya había hecho el Presidente en la televisión. La incógnita sobre los tiempos del tuit presidencial y el lanzamiento del proyecto Viva la Libertad Proyect.
Guillermo Francos, interpelado por el caso $LIBRA. Desde hacía 30 años que el Congreso no interpelaba a un funcionario nacional. La última vez fue Domingo Cavallo, en los 90. NA
—El número de contrato, la página web, ¿fue una creación del Presidente?
—No, él tomó la información pública.
—¿De dónde obtuvo el código y la página web Viva la Libertad Proyect?
—Era información pública, es lo que estableció el Presidente.
—Pero en la página web, en el momento que [Javier] Milei tuitea, todavía no estaba el número del contrato. Hay una coordinación evidente, entonces: ¿quién le envió a Milei el número de contrato?
—Esa es su opinión, pero el Presidente dice que la información era pública.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, intentó mantenerse imperturbable durante la interpelación de la Cámara de Diputados. Había estudiado el guión de memoria y, ante cada arremetida opositora sobre el caso $LIBRA, respondía con alguna variante de lo que Javier Milei ya había declarado en una entrevista televisiva poco después de que estallara el criptoescándalo. Por momentos, sin embargo, había grietas: resquicios por los que las preguntas opositoras penetraban el relato blindado y, ahí, Francos se mostraba nervioso.
El primer intercambio que tuvo con el diputado de Unión por la Patria, Itai Hagman, fue un ejemplo de la dinámica que se viviría en la primera interpelación a un funcionario nacional en más de 30 años. Una repetición de frases trabajadas, basadas en declaraciones televisivas de Milei, que giraban en torno a tres ejes: que el proyecto Viva la Libertad era una iniciativa entre “privados”, que Milei solo había difundido su existencia y que el Ejecutivo no había tenido injerencia sobre el proyecto.
Había una pregunta, sin embargo, que Francos no lograba responder. Hagman sería el primero en formularla, pero los diputados opositores la repetirían con insistencia durante horas. Esto es: si antes del tuit de Milei la web de Viva la Libertad Proyect y el número del contrato del token $LIBRA no existían, ¿cómo podía ser que el Presidente se enterara del proyecto por “la información que circulaba de manera pública”?
Juan Marino, Sabrina Selva, Itai Hagman y Carolina Gaillard debaten con la bancada peronista NA
Los diputados de Unión por la Patria serían los más agresivos, llevando a que Francos muchas veces titubeara. Cuando Sabrina Selva y Hagman inquirían si el Gobierno había tenido un listado de las pymes que, supuestamente, serían beneficiadas por el proyecto difundido por Milei. O, al menos, cuándo comenzaría la iniciativa. Francos respondía, como un robot: “Como dijo el Presidente, era una relación entre privados. La administración pública no tuvo nada que ver con quienes podían intervenir en un proyecto privado. Es información privada”, repetía.
“¿Le parece correcto que el Presidente publique un proyecto privado del que no tiene información?”, le consultaba Juan Marino (UxP). “Yo no sé si es correcto. No está normado. Pero estoy convencido de que era bueno para el país”.
Marino insistió, al igual que harían después varios diputados opositores, sobre las denuncias por cobro de coimas que pesaban sobre la secretaria de la Presidencia, Karina Milei. Se refirió desde la denuncias por compraventa de candidaturas de Juan Carlos Blumberg hasta la de Juan Carlos Pallarols. “Se hace eco una persona que se hacía llamar ingeniero y no tenía título. Si se guía por noticias periodistas, llévelo a la Justicia”, le respondió el jefe de Gabinete, molesto.
Martín Menem dialoga con el jefe de la bancada peronista, Germán Martínez NA
La interpelación se había organizado de manera tal que cada bloque opositor pudiera ejercer el rol del interpelador. Y, si UxP había cumplido con el rol de policía malo, el pichettismo de Encuentro Federal asumiría el rol de policía bueno. “Si alguien lo engañó, él tiene que denunciarlo y no permanecer en silencio por 70 días. Hizo lo que hizo en su investidura presidencial”, le recomendó Nicolás Massot, quien demandó la presencia de Karina Milei y Manuel Adorni. “Ningún funcionario tiene nada que ver con la relación de Libra y sus inversores”, le respondió Francos.
“¿A usted le gusta el mar o la montaña, jefe de Gabinete?”, irrumpió, entonces, el jefe del radicalismo díscolo, Pablo Juliano. “Capaz quiere hablar de otra cosa porque no respondió nada de lo que se le pregunta”, lo cruzó Juliano, entre los gritos indignados de la bancada libertaria. Martín Menem lo interrumpió y le pidió, enojado, que no le faltara el respeto a Francos: un pedido que se repetiría, a veces a los gritos, a lo largo de toda la sesión. Especialmente a medida que las respuestas de Francos se iban convirtiendo, cada vez más, en un “no lo sé” o “eso ya lo respondí”.
Muchas veces, cuando el oficialismo observaba que Francos estaba incómodo, los alfiles libertario saldrían a los gritos a defender a su jefe de Gabinete. “Eso ya lo respondió” o “Se acabó el tiempo” eran dos bramidos habituales del jefe de bancada Gabriel Bornoroni, que aprovechaba para interrumpir a los diputados opositores cuando veía que la tensión contra el jefe de Gabinete escalaba. “Che, están más nervioso ustedes que Francos”, le responderían, entre risas, Hagman o Juliano. Por fuera de esos gritos, sin embargo, LLA casi ni participaría de la sesión. Solo para sacarse, de vez en cuando, una selfie con Francos.
En un momento, sin embargo, Francos dejaría de responder las preguntas. En uno de los bloques de respuestas, incluso, el jefe de Gabinete se dedicaría a enumerar las causas de corrupción que involucran a dirigentes del kirchnerismo. Y remataba, ante cada denuncia, con la misma pregunta: “¿Alguna vez se creó una comisión investigadora o se interpeló un funcionario?”. A unos metros, como si formara parte de una coreografía, la libertaria Lorena Villaverde agitaba una foto de Alberto Nisman, mientras Francos mencionaba el memorándum de entendimiento con Irán y la muerte del exfiscal.
“Sos un caradura”, le gritaban los diputados del peronismo, ubicados apenas a unos pasos del jefe de Gabinete. “Vos sos un caradura”, le respondió, furioso, el propio Francos.
Guillermo Francos y Germán Martínez, charlando sonrientes después de discutir NA
La sesión se extendió durante varias horas más, hasta pasadas las 10 de la noche. En los pasillos se rumiaba el mismo chiste, que un diputado opositor había verbalizado en el recinto: “Esta reunión podría haber sido un mail”.
No sería la última, sin embargo. Tarde a la noche, la oposición logró acordar con Menem volver a citar a Mariano Cúneo Libarona y Luis Caputo, los dos grandes ausentes, para el 14 de mayo. La novela $LIBRA recién comenzaba.
MC/JJD
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