Los recortes educativos llegan a las aulas argentinas

Impulsado por su reciente victoria en las elecciones legislativas, el presidente Javier Milei espera que el Congreso le apruebe por primera vez en tres años de gobierno una ley de presupuesto en el que se mantiene el ajuste fiscal. La motosierra incluye la educación, cuyo gasto ha caído a la mitad en diez años. Expertos consideran que el país debe invertir más pero también mejor para recuperar el prestigio perdido de sus escuelas. 

A lo largo de la provincia de Buenos Aires hay hasta 85 construcciones de jardines de infantes que el anterior gobierno argentino, peronista, había empezado, pero nunca terminó, y que la actual administración de Javier Milei paralizó. La desinversión en la escuela inicial explica en parte la caída a la mitad del presupuesto educativo del Estado nacional argentino en los últimos diez años. Los vecinos de las obras lo lamentan. 

La motosierra de Milei también afecta a la infraestructura universitaria, los libros escolares, los salarios y la formación de los docentes, el reparto de computadoras a los alumnos y las becas estudiantiles, como la que recibe Matías Gómez Galeano y otro millón de jóvenes, que cobran la mitad que hace dos años. Al menos no están entre los 700.000 que directamente perdieron la beca.

El ajuste educativo también ha sido aplicado en 16 de las 23 provincias argentinas, que son las responsables del mayor gasto porque tienen en sus manos desde el nivel inicial al secundario, aunque el recorte varía entre 1 y 26%, según el caso, un rango menor que el aplicado por Milei.