Segunda ola

Fernández, el pedido a Biden y un menú limitado ante el acecho de la pandemia

Alberto Fernández clausurará su retiro post Covid y este martes abrirá Olivos para almorzar con Juan González, el director para el Hemisferio Occidental, funcionario de Joe Biden que el domingo inició una gira express por Colombia, Argentina y Uruguay. A González, descendiente de colombianos, se lo señala como el portador de la llave mágica para coronar una bilateral con el presidente de EEUU.

El don que se atribuye a González excede su cargo formal y se nutre de la intimidad política que el funcionario tiene con Biden, de quien es colaborador hace tiempo, cercanía se expresó en otro dato: González fue designador asesor especial del presidente. En su recorrida por el sur, no viajó solo: lo hizo junto a Julie Chung, subsecretaria interina del Departamento Estado.

Para Fernández, la inclusión de Argentina en la ronda por tres países latinoamericanos, es un dato alentador que enlaza con la conversación que tuvo el canciller Felipe Sola con el secretario de Estado Antony Blinken, que dejó dos capítulos abiertos que el presidente tratará de reforzar en el almuerzo de este martes: su eventual viaje a EEUU y el pedido, que exploró Solá, para que la gestión Biden autorice el envío de vacunas a Argentina.

Solá hizo ese sondeo tras conocer a través de otro canciller que EEUU tenía un stock de más de 20 millones de dosis de AstraZeneca sin destino en su plan de vacunación y envió lotes a México y a Canadá. Fernández apuesta, con más voluntad que certezas, a que Biden tenga un gesto y autorice una partida para Argentina, quizá a cuenta de las dosis que se terminan de envasar en Nuevo México ante la falta de insumos y materiales en el laboratorio Liomont de México donde se completa el proceso que comenzó en Garín con la producción del principio activo.

En la planta de maBxiencie hasta marzo se habían elaborado el componente para unos 40 millones de dosis. Cada 10 días, se completa un lote con principio activo para 6 millones de vacunas, un procedimiento que arrancó en enero y forma parte de un contrato para la producción de entre 150 y 250 millones de dosis. Es una variante que adquiere más relevante frente a un panorama complejo en la provisión de dosis.

Al lunes, Nación distribuyó 7,1 millones de dosis de las cuáles se aplicaron, entre primera y segunda, 5,4 millones. Quedan, según ese registro, 1,7 millones de dosis para ser aplicadas. Al ritmo de la última semana, que completó 944 mil aplicaciones entre el lunes 5 y el domingo 11, las dosis disponibles alcanzarían para unos diez días. Ese deadline, que no es simultáneo en todas las provincias, marca las urgencias de la Casa Rosada. De ahí que Fernández trate, vía González y Chung, de destrabar otra ventanilla para la provisión de vacunas.

La crisis sanitaria en India complicó los envíos pendientes de la Covishield -otro lote de 580 mil del Instituto Serum-, faltan 2 millones de Sinopharm y la expectativa se concentra, otra vez, en Moscú, a la espera de una novedad que aporte alguna previsibilidad. Un día a día incierto en medio de un vertiginoso aumento de casos, Fernández recurre a una demanda multipolar.

No habrá, más allá de las charlas -casi pre charlas- que ensayó CABA con laboratorios de EEUU, una fuente adicional de provisión. No hay antecedentes de estados subnacionales que hayan conseguidos vacunas. En Sao Paolo, que se suele citar como ejemplo, produjo vía el Butantán la Covonavac del laboratorio Sinovac, de uso extendido en Brasil, Chile y Uruguay.

Los nubarrones también asoman en el frente interno. Fernández charló el fin de semana con gobernadores, intendentes y expertos sobre la velocidad de la pandemia. La proyección es lineal: esta semana seguiría el aumento de casos aunque no se sabe a qué velocidad, y el efecto de las restricciones podría notarse recién a partir del fin de esta semana.

Fernández charló con gobernadores, intendentes y expertos sobre la velocidad de la pandemia. La proyección es: esta semana seguiría el aumento de casos y no se sabe a qué velocidad

Muy rápido, cambió el eje: de restricciones a presión sobre las camas UTI, y un interrogante sobre qué herramientas le quedan en el menú a Fernández para reaccionar si la curva no se ameseta luego de las restricciones. En Casa Rosada advierten que, hacia adelante, la carta fuerte será más de los jefes de territorio y citan un caso: en Catamarca, el gobernador Raúl Jalil suspendió las clases presenciales en tres departamentos frente a un pico de casos. Jalil notificó la decisión pero el alerta y la decisión corrieron por su cuenta.

“Sobre la actividad económica y la clases no habrá una decisión nacional, se verá provincia por provincia, con los gobernadores”, dijo a elDiarioAR un funcionario nacional que sostiene, todavía, la tesis de que son dos sectores de bajo contagio aunque, admite, suman circulación. Explicita dos fenómenos: que el tiempo del consenso pandémíco está agotado, en parte herido por la temporada electoral, y que Casa Rosada anticipa que no tomará medidas drásticas sin el OK de las provincias.

PI