Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

El defensor de los “pibes chorros”: “Defender a los poderosos es lo más aburrido que hay”

El libro de Julián Axat  reúne 35 historias de adolescentes a los que defendió. Muchos de ellos murieron y muy pocos consiguieron un empleo.

Celeste del Bianco

0

“Defender  a los poderosos es lo más aburrido que hay, no es apasionante”, dice Julián Axat en su despacho de la Dirección General de Acceso a la Justicia (ATAJO) en el Ministerio Público Fiscal de la Nación.  Es abogado, poeta y escribió “Diario de un defensor de pibes chorros”, un libro con las historias de adolescentes con los que se involucró mientras fue Defensor Penal Juvenil de La Plata entre el 2008 y el 2014. 

De las más de mil historias que recolectó entre el 2008 y el 2014, seleccionó 35 que hablan de esos pibes chorros, pero también del sistema judicial, de la Bonaerense y de los medios de comunicación. Indagó en lo más profundo de los expedientes, habló con esos adolescentes y produjo aguafuertes. Cuenta, por ejemplo, la historia de JCR, de 17 años, que asesinó a sus dos hermanos adoptivos. O la de “Chonono”, un pibe que cuando dejó de robar para la policía fue torturado en una  comisaría de Tolosa: lo “bolsearon”, lo sometieron a submarinos, seco y mojado, durante dos horas. También está la historia de H, un adolescente que entró a robar a una casa y mantuvo secuestrada a la familia durante horas y que después,  en la cárcel, fabricó poemas con su expediente judicial siguiendo el método del poeta estadounidense Charles Reznikoff.

En los textos están las voces de los pibes chorros, historias con patrones que se repiten y llevan, como en un grabado, la marca de un sistema que no se reduce solo a la cuestión judicial. “Cuando uno bucea en los expedientes, muchas veces el adolescente es inocente y se construyó toda una bomba mediática, o el hecho no es como dicen los medios, o un adulto puso al adolescente en ese lugar, o la propia policía lo reclutó. Son las tres posibilidades que muchas veces la bomba mediática demagógica esconde. Es lo que pasó con el asesinato de Blaquier y el menor de edad al que se le endilgó la responsabilidad. La foto la filtró la propia Policía Bonaerense, todos construyeron la idea de que el menor había cometido el delito y tiempo después se demostró. Toda la construcción de ese castillo mediático es irreversible, no se borra. Todos los casos están vinculados a ese ”entra y sale“ y a la captura del sistema del cual después no pueden salir”, cuenta Axat en diálogo con elDiarioAR.

Me especialicé mucho en la lectura de los patrones para armar causas judiciales, me sentaba con los adolescentes presos y ellos me decían que la policía les daba el arma y les marcaban la casa. Cuando salían de robar, les tenían que dar la plata".

Julián Axat Dirección General de Acceso a la Justicia (ATAJO)

En esas historias se narran también las causas armadas por la policía y el reclutamiento de menores por parte de bandas. “Hay un trasfondo detrás del delito juvenil y es que están las organizaciones criminales que viven de los jóvenes, que usan a los vulnerables. Los seducen con dos o tres cuestiones (celular, droga, plata) y los usan como carne de cañón”, sostiene el autor. “Las causas armadas son un gran problema de la Provincia de Buenos Aires y su sistema penal. Me especialicé mucho en la lectura de los patrones para armar causas judiciales, me sentaba con los adolescentes presos y ellos me decían que la policía les daba el arma, les marcaba la casa y cuando salían de robar, les daban la plata,  la misma policía los detenía. También había organizaciones criminales que utilizaban a los adolescentes como soldaditos de venta de narcomenudeo o los ponía dentro de los bunkers, encerrados como en una jaula”, explica.

Para esos casos de reducción a la servidumbre o en otros casos, Axat habla del delito de trata de personas que esconde el reclutamiento de adolescentes para cometer delitos. “Son víctimas de una organización criminal en la que muchas veces la policía está vinculada y que usan a los adolescentes vulnerables como instrumentos del delito. de esto nadie habla”, detalla.

El libro tiene huellas de escritores, poetas, pensadores que van desde Roberto Arlt hasta Truman Capote o desde Michel Foucault hasta Karl Marx, al que Axat también citó en uno de sus escritos judiciales para defender a un chico que estaba siendo juzgado porque rompió una botella de vino porque un comerciante se negó a vendersela. “La aritmética punitiva del caso ‘Botella de vino’ estaba vinculada con el plusvalor que tiene la justificación de todo el sistema penal judicial para que exista como tal”, escribe en el libro después de explicar como la causa por una botella de vino de 7 pesos se convertía en algo que, entre los salarios de los funcionarios y otros gastos administrativos, costaba más de un millón de pesos al Estado.

También hay historias de mujeres, las madres de los pibes chorros. Castigadas por “malas madres”, por “criar hijos delincuentes”. “Las madres son estigmatizadas con sus hijos. He visto en las audiencias a juezas castigando simbólicamente a madres desesperadas por sus hijos. No es porque ellas no les han podido dar sino porque están arrasadas en muchos casos como esos adolescentes. Ese imaginario es el del patronato de los menores, que tiene más de 200 años en la cultura de los tribunales, que establece que los menores cometen delitos porque su papá y, por lo general, la mamá no es buena madre y no lo sabe contener. Por esa razón, el sistema institucionaliza a los menores, castiga de algún modo a esas madres que han sido irregulares en el modo de la crianza. También aparecen las madres de chicos que fueron asesinados por la policía, que son historias terribles de violencia institucional”, agrega. 

¿Qué pasó con esos chicos y chicas 15 años después? Axat los buscó, y descubrió que algunos fueron asesinados, que otros siguen presos, que otros, los menos, tienen familia y que algunos, en casos excepcionales, tienen empleo.

¿Qué pasó con esos chicos y chicas 15 años después? Axat los buscó, se acercó a sus casas y les golpeó la puerta. Descubrió que algunos fueron asesinados, que otros siguen presos, que otros, los menos, tienen familia y que algunos, en casos excepcionales, tienen empleo. “Fueron a una velocidad en las que envejecieron muy rápido, me encontré con personas ancianas de 30 años”, dice. “El Estado tiene la gran responsabilidad sobre sus vidas. ¿Qué hizo? ¿Qué no hizo?. Son  historias arrasadas, tremendas, porque el sistema fue el que les tatuó en la vida algo tan negativo que son vidas que no pudieron ser vividas, que terminaron en un destino trágico. El sistema fue el culpable y ahí están desde el policía que los capturó hasta el juez que los juzgó, el carcelero que los tuvo y hasta el grupo mediático que los estigmatizó. Toda esa cadena fue la que tatuó en el cuerpo de esa trayectoria un destino trágico”, agrega.

El libro, editado por Punto de Encuentro, se presenta el lunes 12 de diciembre a las 19 horas en la Biblioteca Nacional. “Es un libro sobre las voces de los adolescentes, el defensor modula esa voz. Lo que trato de mostrar es que ese nombre pibes chorros lo construyen la sociedad y los medios. Mi desafío es mostrar que debajo del concepto hay un ser humano arrasado al que el Estado ha olvidado”, cierra Axat. 

CDB/MG

Etiquetas
stats