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Hay que pasar el verano

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Apenas leídas las primeras páginas de la última novela de Muriel Spark ya estamos en el corazón de una intriga europea y ejemplar. Cada nuevo paso de la acción será tanto más doloroso porque se verá con superior nitidez cuán previsible había sido cada una de las catástrofes imprevistas; más todavía, en angustiosa vuelta de tuerca: cuán evitables. The Finishing School (2004) es el título del libro y la designación de un tipo de institución educativa elitista a la que se encomienda a quienes antes de ingresar a alguna Casa de Altos Estudios universitarios precisan de un 'acabado', un 'cepillado final', en un año intermedio, después de haber egresado de esa escuela que, aun en el mejor de los casos, siempre resulta fatalmente media.

En esta novela perversamente pedagógica, la finishing school queda en Suiza, a orillas del lago del Ginebra, y su clientela es británica. Escenarios y protagonistas a salvaguarda de una Unión Europea (UE) a la que sin embargo reflejan. El docente estrella y mayor autoridad es un novelista que no consigue terminar de escribir su novela; el mejor alumno, un joven de 17 años que ya ha concluido (y a su entera satisfacción) la suya, que desdeña someterla al examen tallerístico común. El profesor busca hurtársela, para leerla a escondidas. Colocar al frente de la escuela a un talento frustrado, era mala idea; siendo una escuela de élite, de elegida asistencia competitiva, que entre los alumnos encontrara un rival; hurtar la novela, es una idea todavía peor. Anticipamos que sólo habrá malas consecuencias, institucionales, educativas, personales, policiales, penales de esta situación paradójica pero no sorprendente.

Como ocurre con la UE desde febrero, eso mismo sabemos, pero ya no podemos saber, ni conjeturar, el desarrollo de los detalles futuros, de cuyo presente reporta  El es azul como una , Newsletter Semanal de Política Internacional de elDiarioAR que hoy jueves 21 de julio, a un mes del invierno austral, a un mes del verano boreal, les llega aquí y así. 

1. Cómo no seguir perdiendo (por) la guerra en Ucrania

El compromiso a ultranza de la Unión Europea (UE) y de EEUU con la posición ucraniana en la guerra con Rusia ha sido más hemorrágico de lo que pareció, en el frente y por obra de consecuencias indirectas, o de consecuencias desfavorables de consecuencias indiferentes, que cobraron entidad inesperada en sus dimensiones y solidez (unas y otra en absoluto arduas de representarse).

El escenario de desensillar junto a Kiev esperando que aclarara ya es irrecuperable e irreplicable. Y a la vez, retrospectivamente, se vuelve menos y menos confuso, menos recusable su saldo neto de suma cero de tropas muertas, y de población civil sacrificada, y de recursos armamentístiicos y logísticos cada vez más modernos, exigentes y costosos presupuestados para una causa con resistencia irrendentista si onerosamente alimentada pero con baja capacidad de victoria. 

2. Fruta las cuatro estaciones

A las quejas reprimidas con disciplina por los altos costos y parvos retornos de su cruzada ucraniana, esta semana Europa ha sumado más sordina para otros lamentos. Por heridas que la guerra en Ucrania vuelve más dolorosas, pero de las que no es la causa, sino el agravante. La UE ofrece el espectáculo de haberse ilusionado con que iba a tener suerte, con que tantas desgracias indeseadas no tenían por qué ocurrir, en tiempos de guerra. Peripecias de las que es protagonista en un teatro a cuyas funciones llegara tarde o distraída o admirada, olvidadiza o desdeñosa de un calendario de festivales estacional.

Desde la crisis de gobierno en Italia, que volvió a parecerse a sí misma y puso fin abrupto a un año y medio de dorada tecnocracia mediocre (pero inigualable, por lo que se quitó la confianza al gris economista Mario Draghi) y al fervor de los disgustos y entusiasmos norafricanos de España (políticos y migratorios), del rencor albanés y macedonio del norte de por la bien dispuesta escucha de Bruselas a la lista de supermercado que cada día dícta Kiev por teleconferencia después de calcular sin sobreprecio pero con decimales el monto de su martirio cotidiano, a la balanza comercial negativa por primera vez desde 1991 de una Alemania con gobierno débil y a disgusto. Y en el fondo, incendiándolo todo, las temperaturas récord y los fuegos incendiarios de un largo verano abrasador. 

3. Olaf Scholz, o la socialdemocracia sin aura y la cancillería sin lustre 

Si hay un país en mundo para el cual la gesta ucraniana ha resultado la más inoportuna ordalía de sus valores democráticos, es Alemania. Cuando el socialdemócrata Olaf Scholz fue votado en diciembre canciller de Alemania al frente de un gobierno de coalición con los verdes y con los liberales (a los que entregó la gestión económica), su principal objetivo, o preocupación, era encargarse de un presupuesto en el cual el pago de jubilaciones y pensiones se encaminaba a represantar el 40% de las partidas. Al socialista tocaba el deber de su partido, ajustar -como antaño a Schröder en su país, en Gran Bretaña Blair, en Francia a Mitterrand. En vez de eso, le tocó gastar en Defensa en una guerra que socava las bases de la riqueza nacional que debía gestionar.

El canciller fiscalista que prometía que el ahorro iba a alcanzar para cuando Alemania se jubilara fue el del primer balance comercial negativo desde 1991, cuando Angela Merkel llegaba de Alemania del Este para unirse a la derrotada Democracia Cristiana de Helmut Kohl. También en liderazgo está en déficit Scholz. 

 

4. Deutsche Qualität, o los milagros no se recuperan

También en 1991 debía Alemania enfrentar costos cuyo origen directo era Rusia. La perestroika llevó a la Caída del Muro en 1989, y la reunificación de la Republíca Democrática (comunista) con la República Federal (occidental). Perdía competitividad. Pero después de esta 'Segunda Guerra Mundial', después de esta 'Segunda Caída de Berlín', pudo vivir un Segundo Milagro Económico, como había vivido un Primero en el post-1945. La adopción del euro se hizo con una tasa de cambio que favoreció al marco (más que al franco y mucho más que a la lira, para hablar de la troika que formó el pelotón inicial de 2001). y por tanto a la industria y las exportaciones. Alemania reformó la legislación del Estado de Bienestar, para reclamar menos del Presupuesto. El gas ruso, cercano, barato, abundante, aparentemente inagotable en su flujo disponible, y que esta semana vuelve a fluir con destino germano, reforzaba la competitividad. Y al mismo tiempo que Rusia entubaba el gas, se abría como mercado a Alemania, y con la globalización todos los mercados se abrían, y el chino era el mayor de todos. Durante treinta años, Alemania fue la única potencia industrial con más exportaciones que importaciones en su comercio con la República Popular China.

Ni magias ni luces ni taumaturgias ni walkirias ni triunfantes sigfridos quedan en el firmamento sin mitos ni ritos de la desangelada socialdemocracia 'semáforo'. De la tetralogía milagrosa, sólo queda el euro débil, por primera vez igualado al dólar, en una paridad benéfica para las exportaciones de la primera exportadora de la UE. Pero esa ventaja, para ser competitiva, precisa de competencia para significar a la vez impulso y beneficio a las exportaciiones.  En un contexto de baja demanda en el mundo, una de las razones adicionales para que resulten más baratas exportaciones que nadie corre a importar. 

5. Pekín ya no quiere más meses con treinta días del amigo cada uno

También a China le sale cara la crisis energética, los cortocircuitos del comercio de granos, la inflación, el alza de los precios de las materias primas. Caros los efectos de las operaciones militares rusas en Ucrania ordenadas por el 'amigo eterno' Vladimir Putin a las que ni condena ni llama con otras palabras más armadas o fogosas.

China paga un precio más caro que cualquier otra potencia, porque la fábrica de los bienes más económicos y masivos es el primer comprador mundial de combustibles, de minerales, de metales, el primer importador de todo el agrobusiness global

6. China, o la salud de los enfermos 

A lo largo de un año, cada nuevo objetivo pesimista para el nuevamente mutilado crecimiento económico de China al que Xi Jinping anunciaba que se resignaría con sabia prudencia no tardaba en avergonzar por lo temerario de su irresponsabilidad optimista. El último objetivo anunciado para para 2022 fue un todavía expectante 5,5%, pero su ambición recortada ya era tenida por inalcanzable, y ya fue admitida como excesiva. Por detrás de este realismo de la modestia serial hay una invariante cuya perduración produce efectos no constantes, sino crecientes en su corrosión. Es la política china de cero covid, una higiene nacional que el presidente chino no duda de que sea modélica y global. Apenas descubierto un foco de covid, se cierra un barrio, una ciudad, un conurbano. La 'Nueva York china', Shanghai, pasó así encerrada, sin asomarse a la calle, la mayor parte del año.

En Wuhan se conoció el 'virus chino', como lo llamaba el presidente Donald Trump, pero China no conoció el millón de muertes de EEUU o Brasil. Tampoco Corea, Japón, o la propia provincia de Taiwan, que no aplicaron la cuarentena estricta con calles vacías. Es cierto que un peligro, salvado, en China, habría sido que la pandemia se difundiera por las áreas rurales. Si la economía china no crece, la alemana tampoco, y menos las economías regionales europeas industriales, como en el norte de Italia, conexas a la alemana.

Tampoco han querido en China importar vacunas de EEUU, y se obstinan con patriotismo a usar sólo las vacunas nacionales, que también protegen, aunque menos. 

Por segunda vez, Xi, que no sale de China desde el inicio de la pandemia, mantendrá esta semana una cumbre bilateral por teleconferencia con el presidente de EEUU Joe Biden. Acaso China compre Moderna y Pfizer. Pero sólo después del Congreso del Partido Comunista de octubre, que le concederá a Xi un tercer mandato presidencial, y acaso sin término fijo. 

7. Todos los fuegos el fuego, o el Sur se quemó primero 

Hasta el viernes está reunida en Santo Domingo, República Dominicana, la Semana del Clima de América Latina y el Caribe 2022 (LACCW) organizada por la ONU. Que recuerda que en cuanto a récords, en el verano austral América Latina y el Caribe se adelantaron al hemisferio Norte con sus calores nunca registrados en este verano boreal. En 2022, Argentina, Uruguay, Brasil y Chile sufrieron las temperaturas más altas desde que hay registro y medida en sus territorios. También se ha destacado, en el foro caribeño, que la República Oriental ya obtiene de fuentes renovables el 97% de su energía eléctrica.

8. Los mil y un velorios, o los números negros de la crónica roja en el hemisferio sin guerra

Del otro lado de la misma isla caribleña donde la ONU debate el cllma americano, en Haití solo la semana pasada 89 personas murieron en enfrentamientos entre pandillas que han paralizado una parte de la capital Puerto Príncipe.Pero Haití ni es caso aislado, ni excepción. Según el Balance Anual de Homicidios de 2021 de la organización Insight Crime, un centro que investiga la seguridad ciudadana en las Américas, en 2021 América Latina y el Caribe han experimentado un aumento de asesinatos en casi todos los países.

Con 50 asesinatos cada 100 mil habitantes por año, Jamaica lidera una vez más la lista de los países más violentos.

En Ecuador los homicidios se multiplicaron por dos en 2021, un año en el que vivió los motines carcelarios más violentos de su historia.

El Salvador, Guatemala y Honduras lideran la violencia al norte del ecuador.

Aunque México bajó en número de muertes con respecto a 2020, el país superó en 2021 los 30 mil asesinatos anuales por cuarto año consecutivo.

Antes uno de los países con tasas de homcidio más bajas, desde 2021 Chile vive una aumento notable de los crímenes de sangre. El último informe de la Jefatura Nacional de Delitos Contra las Personas chilena señala 413 homicidios hasta julio 2022, un aumento del 29% respecto al primer semestre de 2021.

9. México, ausente con aviso en Los Ángeles, cantó presente en Washington

El encuentro entre Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden del 12 de julio en el Salón Oval de la Casa Blanca ha frustrado a la oposición republicana que había vaticinado represalias del gobierno de EEUU a México a causa de la posición del  presidente mexicano.  AMLO lideró la petición regional de que no se excluyera a VenezuelaNicaragua  y Cuba no asistió a la Cumbre de las Américas y envió al canciller Marcelo Ebrard en su representación. Por su parte, AMLO invitó a Biden a la Cumbre de Líderes de América del Norte a celebrarse en diciembre entre los  líderes Justin TradeauBiden y AMLO  en México.

El punto más importante de la reunión fue el tema migratorio. El reciente hallazgo de 53 cuerpos de migrantes fallecidos en un camión en las cercanías de San Antonio en Texas  y  el aumento récord de detenciones de migrantes mexicanos y centroamericanos en la frontera ha gravitado en la agenda de ambos gobiernos. 

A pesar de que la popularidad de AMLO  se sostiene en sus tres años y medio de mandato, en México la pobreza no ha disminuido, la inseguridad ha dado tregua, el sistema de salud no presenta mejoras y la economía presenta los peores índices en 86 años, muy lejos del prometido crecimiento del 4% para este sexenio. En vísperas del encuentro realizado en la Casa Blanca, 10 senadores demócratas  enviaron una carta de bienvenida a AMLO  en la que condenan la violencia contra periodistas en México y defienden la libertad de expresión.

10. Dieciocho días que estremecieron a Quito, o Ecuador sigue temiendo y temblando

La estrategia política del gobierno de Guillermo Lasso no desactivó la protesta nacional liderada por los movimientos indígenas que duró más días que los del conflicto de octubre de 2019 y desmintió la promesa presidencial de un fraternal “encuentro” entre la clase dirigente y la ciudadanía del Ecuador. 

Del paro quedan cuantiosa pérdidas económicas que según el gobierno, alcanzan los 1,000 millones de dólares, con un promedio de 55 millones por cada día de paro, superando a las de octubre de 2019, tras el paro de 11 días. 

La industria láctea calculaba, a la semana de iniciado el paro, más de 13 millones en pérdidas. El sector avícola también sufrió el impacto: muchos pollos tuvieron que ser sacrificados porque el bloqueo de las carreteras impedía que llegara el alimento a las granjas avícolas.

También la prolongación de la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia empobrecen a Ecuador de una manera visiblemente directa. Cooperativas florícolas denunciaron amenazas de extorsión y destrucción de las flores para exportación durante el paro. El principal mercado de exportación, ahora bloqueado, de la floricultura ecuatoriana era la Federación Rusa.   

Coda

De que Moscú ama las flores, a nadie le han de faltar impresiones grabadas en su retina cinematográfica. El saber que hasta febrero tantas fueran ecuatorianas es una precisión en el conocimiento, pero no una corrección. En otros casos, la guerra en Ucrania ha producido un sinceramiento, o desnudamiento. Así ocurrió con la mostaza.

Francia es el primer consumidor mundial de mostaza, y en los supermercados franceses, falta; Carrefour negó que estuviera acaparando para especular. Ocurre que la mostaza de Dijon, se supo, ni es mayoritariamente francesa ni es es de Dijon, es canadiense. Las semillas marrones vienen de Canadá, donde la sequía y el calor malograron la cosecha. Rusia y Ucrania son dos de los más grandes productores de mostaza, pero semillas amarillas, más apreciadas que las marrones, importadas por Alemania y Hungría. Con la guerra y las sanciones a Rusia, faltan, porque lo que se dirigieron al mercado canadiense, pagando más caras las semillas marrones. Y dejando sin mostaza a Francia, que está comprando más wasabi y más salsa inglesa.

AGB

Apenas leídas las primeras páginas de la última novela de Muriel Spark ya estamos en el corazón de una intriga europea y ejemplar. Cada nuevo paso de la acción será tanto más doloroso porque se verá con superior nitidez cuán previsible había sido cada una de las catástrofes imprevistas; más todavía, en angustiosa vuelta de tuerca: cuán evitables. The Finishing School (2004) es el título del libro y la designación de un tipo de institución educativa elitista a la que se encomienda a quienes antes de ingresar a alguna Casa de Altos Estudios universitarios precisan de un 'acabado', un 'cepillado final', en un año intermedio, después de haber egresado de esa escuela que, aun en el mejor de los casos, siempre resulta fatalmente media.

En esta novela perversamente pedagógica, la finishing school queda en Suiza, a orillas del lago del Ginebra, y su clientela es británica. Escenarios y protagonistas a salvaguarda de una Unión Europea (UE) a la que sin embargo reflejan. El docente estrella y mayor autoridad es un novelista que no consigue terminar de escribir su novela; el mejor alumno, un joven de 17 años que ya ha concluido (y a su entera satisfacción) la suya, que desdeña someterla al examen tallerístico común. El profesor busca hurtársela, para leerla a escondidas. Colocar al frente de la escuela a un talento frustrado, era mala idea; siendo una escuela de élite, de elegida asistencia competitiva, que entre los alumnos encontrara un rival; hurtar la novela, es una idea todavía peor. Anticipamos que sólo habrá malas consecuencias, institucionales, educativas, personales, policiales, penales de esta situación paradójica pero no sorprendente.