Cumbre de Amcham

“Argentina está baratísima”, sorprendió Milei a inversores a los que buscó seducir

En la cumbre anual de la Cámara de Comercio de EEUU en la Argentina (Amcham, según sus siglas en inglés), este martes, el lema fue “una Argentina competitiva”. En los paneles se habló de cómo lograrla sin devaluar, pero en los pasillos del Centro de Convenciones Buenos Aires no dejó de comentarse una y otra vez lo cara que estaba la Argentina por la combinación de tipo de cambio bajo, impuestos y costos laborales y logísticos altos. Sin embargo, llegó el presidente Javier Milei a cerrar el encuentro y lanzó una frase final a una alocución en la que intentó seducir a los inversores: “La Argentina es una oportunidad de compra, la Argentina está baratísima y la Argentina va a subir como pedo de buzo”.

En su discurso habló como si fuera un profesor de economía ante alumnos, no ante empresarios, con citas de autores clásicos y nobeles. Después argumentó por qué debían invertir en la Argentina, con una promesa de crecimiento venturoso, con explicaciones sobre las ventajas del Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones (RIGI) –por ejemplo, que futuros gobiernos que lo incumplan enfrentarán demandas en hasta tres tribunales internacionales–, de las bondades de su Ministerio de Capital Humano, de la motosierra fiscal y monetaria para terminar con la inflación y reducir el riesgo país, de modo de asegurar financiamiento accesible para la Argentina y sus compañías.

Pero al iniciarse esta jornada por la que pasaron empresarios, funcionarios, economistas, opositores amigables y algún sindicalista, el presidente saliente de la Amcham, Facundo Gómez Minujin, ofreció un discurso en el que destacó la estabilización macroeconómica, pero advirtió que no alcanza. Además, llamó a luchar contra dos males que Milei desestima como tales: la evasión tributaria y la desigualdad social.

“Hay que recuperar la competitividad”, dijo Gómez Minujin, que también conduce la filial argentina del banco JP Morgan. “La estabilización macro son pasos fundamentales pero deben consolidarse. No alcanza con estabilizar. Se necesita previsibilidad. La competitividad exige una profunda reforma tributaria porque la presión impositiva desalienta, ahoga. Hay que reducir presión fiscal sobre la economía formal y reducir la evasión”, planteó el hijo de un célebre economista contra el fraude impositivo como Juan Carlos Gómez Sabaini. Su madre es la artista Marta Minujín.

“La competitividad también se construye del costo laboral, que es hasta dos veces mayor que en Brasil y Chile”, planteó el jefe de las empresas norteamericanas en la Argentina, que apuntó contra la litigiosidad y a favor de un “marco laboral más moderno”. También pidió una reforma educativa porque el país ocupa el puesto 81° en rankings mundiales.

“La competitividad requiere infraestructura logística y digital”, reclamó el presidente de Amcham, que la semana próxima será sucedido por primera vez por una mujer, Mariana Schoua, directiva de Aconcagua Energía. En un país con la obra pública casi paralizada, Gómez Minujin señaló que el costo logístico de la exportación es el doble que en Chile. Ya la semana pasada, en el mismo centro de convenciones pero en el evento anual del Instituto Argentina de Ejecutivo de Finanzas, el CEO de la minera canadiense Barrick, Marcelo Álvarez, había dicho que con el RIGI no alcanzaba, que faltaban rutas y que por eso era más conveniente invertir en Chile.

“Amcham requiere instituciones sólidas porque no hay innovación sin reglas claras”, sumó otro factor el presidente de Amcham. “Me preguntan por qué levantamos la voz por esto. Lamentamos que no se haya avanzando con Ficha Limpia”, se quejó por el rechazo del Senado al proyecto de ley que prohibía candidaturas de políticos con condenas judiciales de segunda instancia, como la expresidenta Cristina Fernández de Kichner o el exsecretario de Comercio Interior Guillermo Moreno.

“No puede haber competitividad con 40% de pobreza, hay que reducir la desigualdad”, inquirió después el jefe de la cámara, que en los últimos años ha ganado en influencia en el establishment argentino. Se trata de una necesidad para que haya paz social. “Porque no hay desarrollo posible sin cohesión social”, sentenció Gómez Minujin.

AR/MG