El aumento del 10,5% del precio de las naftas y el gasoil eleva la presión sobre la inflación. Se trata de un fenómeno global debido al encarecimiento del petróleo provocado por la guerra en Ucrania. En la Argentina recalienta aún más y sus números superan a la inmensa mayoría de los países.
El alza del combustible tiene un impacto directo sobre el índice de precios al consumidor (IPC) por el incremento de este ítem en sí y otro indirecto porque al encarecer el transporte termina afectando a toda la producción de bienes y servicios. Por un lado, el efecto indirecto del 10,5% sumaría 0,3 puntos porcentuales a la inflación de marzo, según el economista Hernán Hirsch, de FyE Consult. Por otro, entre las consecuencias directas e indirectas del 10,5% se agregarían 2,2 puntos, según su colega Juan Miguel Massot, de la Universidad del Salvador.
La inflación ya alcanzó el 3,9% en enero y se espera que hoy el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) arroje una cifra peor para febrero. Marzo promete seguir recalentado por la encarecimiento mundial de la energía y los alimentos.
AR