El FMI espera a Massa entusiasmado por el ajuste con apoyo político, pero preocupado por las reservas

Sergio Massa llegó ayer a Washington y hoy arranca su primera gira en Estados Unidos como ministro de Economía, con dos reuniones clave con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el trumpista Mauricio Claver-Carone, que viene retrasando el desembolso de créditos aprobados para la Argentina; y con el asesor especial de Joe Biden para América Latina, Juan Sebastián González, clave en el apoyo político del gobierno demócrata ante un Fondo Monetario Internacional (FMI) donde la superpotencia es la socia de mayor peso. Recién el próximo lunes se verá con la directora gerenta del FMI, Kristalina Georgieva, pero desde ayer mismo su equipo negocia en forma presencial en la capital norteamericana con el staff de la entidad para que se apruebe la revisión del cumplimiento del acuerdo en el segundo trimestre del año y continúen los desembolsos para repagar la deuda récord que dejó el gobierno de Mauricio Macri.

“Todo muy bien por lo fiscal, pero preocupación por la brecha cambiaria”, resumió una fuente de diálogo frecuente con los técnicos del Fondo. Es decir, por un lado están entusiasmados por los recortes de Massa al gasto público, pero por otro les preocupa que aún siga amplia la diferencia, en el 92%, entre el dólar oficial mayorista, a $ 140, y el blue, en descenso por el nuevo dólar soja para septiembre, pero todavía a 270.

En una reunión extraoficial que el directorio del FMI celebró el martes pasado, los representantes de los países miembros valoraron “positivamente que Massa aparentemente tenga apoyo político sólido y que él mismo manifestara su voluntad para llevar adelante el programa” actual con el organismo, según fuentes oficiales vinculadas a la entidad. Al mismo tiempo, manifestaron sus “preocupaciones sobre la situación económica, sobre todo las reservas y la inflación”, y, como consecuencia, se preguntaron si se logrará o no el cumplimiento de las metas del acuerdo. Apuntan en especial a la de acumulación de activos en el Banco Central. Por eso, resolvieron pedirle a Massa y a su equipo explicaciones sobre estas inquietudes.

Técnicos del FMI encabezados por el venezolano Luis Cubeddu comenzaron ayer las reuniones con la delegación de la Argentina, en la que participan el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, los secretarios de Hacienda, Raúl Rigo, y de Finanzas, Eduardo Setti, el director del Banco Central Lisandro Cleri y el del Instituto de Estadística (Indec), Marco Lavagna. Las partes, que habían estado trabajando “en estrecha colaboración” de manera virtual las semanas anteriores, continuaron las “discusiones sobre las perspectivas macroeconómicas y sobre políticas para fortalecer la estabilidad y asegurar el cumplimiento con los objetivos del programa”, según un portavoz del Fondo. El lunes, Massa no solo se reunirá con la búlgara Georgieva sino también con la primera subdirectora gerenta de la entidad, indioestadounidense Gita Gopinath, y el director del Departamento del Hemisferio Occidental, el brasileñoisraelí Ilan Goldfajn. En los últimos tres meses, los integrantes de la plana mayor del FMI habrán hablado con tres ministros de Economía argentinos diferentes, tras el paso de Martín Guzmán y Silvina Batakis, por lo que esperan a escuchar qué les dirá Massa.

Pero antes de ir al Fondo, el abogado tigrense arranca hoy su gira con un desayuno con Ricardo Zúñiga, subsecretario de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado norteamericano. Después hablará de inversiones con Pablo Di Si, el argentino que es CEO de la automotriz alemana Volkswagen para América Latina, Canadá y Estados Unidos; y Marcellus Puig, presidente de la filial argentina; y más tarde, con Arrow Augerot, directora de asuntos políticos del grupo tecnológico estadounidense Amazon. Almorzará con Jack Rosen, presidente del Congreso Judío Americano, y participará de una actividad de promoción del turismo receptivo.

AR/MG