El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) debió salir a responder públicamente, en un inusual comunicado, a las críticas que recibió tras la publicación del Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) de septiembre. La polémica estalló porque, junto con los nuevos datos, el organismo revisó al alza las cifras de julio y agosto. Esa modificación hizo que el tercer trimestre de 2025 terminara mostrando un crecimiento de 0,5% frente al trimestre previo, cuando todo indicaba que el resultado sería negativo y que la economía entraría formalmente en recesión.
El organismo, conducido por Marco Lavagna, difundió una nota aclaratoria en la que explicó que el EMAE es un indicador construido con información “parcial, provisoria e incluso con algunas fuentes diferentes a las utilizadas en la estimación del PIB trimestral”. Según remarcó, cada vez que se incorpora un nuevo dato -en este caso, el de septiembre- se recalcula la trayectoria previa. Por eso la comparación intermensual, clave para evaluar un proceso recesivo, sufrió cambios significativos.
En agosto, el Indec había informado que julio había caído 0,1% respecto de junio. Pero en el reporte de septiembre ese mismo dato pasó a ser de +0,1%. Lo mismo ocurrió con el resultado de agosto, que había sido informado como un crecimiento de 0,3% y luego fue corregido a 0,7%. Esa revisión alteró toda la lectura del trimestre.
Según el organismo, esta dinámica se explica porque el método de desestacionalización aplica filtros móviles que recalculan estacionalidad y tendencia-ciclo cada vez que ingresa un nuevo dato, lo que introduce “inestabilidad en los últimos meses de la serie”. La inclusión de septiembre —un mes atípico para algunos sectores— no sólo obligó a estimar su valor desestacionalizado, sino también a recalibrar la asignación de componentes irregulares y de tendencia en los meses previos.
El Indec señaló que dos sectores fueron decisivos para este salto: la intermediación financiera, impulsada por un fuerte incremento en préstamos y depósitos, y la actividad de agentes y sociedades de bolsa, que registraron un volumen extraordinario de operaciones con títulos públicos. Esa mejora sectorial elevó el nivel agregado del EMAE y modificó la lectura del trimestre.